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"Para que se acabe la droga hay que legalizarla"

Jairo Wilmer Varela, uno de los hombres que salió de las entrañas de los ex jefes del llamado cartel del norte del Valle del Cauca, aceptó hablar con SEMANA desde la clandestinidad. Aunque no tiene una orden de captura las autoridades lo persiguen y lo han señalado en los últimos 10 años de haber acumulado un inmenso poder militar, de ser un hombre violento, con muchos enemigos en el interior de la mafia, a la que dice que jamás ha pertenecido.

28 de abril de 2003

SEMANA:¿Cuál es su relación con Diego Montoya Henao por quien la Policía ofrece 1.000 millones de pesos y está pedido en extradición por narcotráfico?

Jairo Varela: Lo conozco simple y llanamente porque nacimos en la misma región.

SEMANA:¿Qué hay de cierto en el enfrentamiento entre usted y algunos de los miembros del llamado cartel del norte del Valle del Cauca?

J.V.:No tengo ninguna clase de enfrentamientos con personas o grupo de personas que usted denomina cartel. Las indilgaciones que se me han hecho de confrontaciones han sido investigadas y resueltas favorablemente por las autoridades.

SEMANA:Las autoridades lo señalan como uno de los mayores narcotraficantes del país. ¿Es cierta esa acusación?

J.V.:No es cierta esta acusación. Lo único que están haciendo es desviar su interés. Consulte con las autoridades nacionales e internacionales, las que le van a decir lo que de verdad saben de mí. Que ni chiquito soy, no me interesa.

SEMANA:¿Entonces por qué lo buscan?

J.V.:Que yo tenga conocimiento, no tengo ningún requerimiento por parte de las autoridades colombianas.

SEMANA:¿Ha tenido algún tipo de acercamiento con las autoridades norteamericanas para que les colabore?

J.V.:No he hecho ningún acercamiento ni contacto con ninguna autoridad, porque no he sido requerido por ninguna.

SEMANA:Se dice que usted tiene un ejército de hombres al servicio de los hombres del norte del Valle. ¿Cuántos hombres trabajan para usted?

J.V.:Me une una gran amistad con gente de la región y del país. Mi único 'ejército' son los campesinos de la región que trabajan para mí en actividades de ganadería.

SEMANA:Se dice que usted está siendo protegido por las autodefensas. ¿Cómo es su relación con ese grupo?

J.V.:A mí no me protegen las autodefensas, eso no es cierto. Yo pienso que usted lo puede corroborar.

SEMANA:¿Desconfía usted de la justicia colombiana o estaría dispuesto a colaborar y a entregar sus bienes?

J.V.:No desconfío. Por el contrario, creo mucho en la justicia colombiana. En cuanto a los bienes, no entiendo por qué debo entregar lo que tengo, o a quién, si los he adquirido con mi trabajo. Todo el ganadito que tengo es el patrimonio de mis hijos.

SEMANA:¿Cree usted que el proceso de negociación de los hombres conocidos como los grandes capos con la justicia norteamericana, es la gran solución para acabar con el narcotráfico?

J.V.:Si usted quiere mi opinión como colombiano, si esa es la solución a uno de los problemas grandes de este país, bienvenida sea.

SEMANA:¿Quién es su principal enemigo?

J.V.:Todos tenemos el gran enemigo: la envidia y la ignorancia. No tengo un enemigo específico, pero de pronto la gente que ha querido desinformarla, se consideran mis enemigos. No los conozco, no sé quiénes son y la verdad no me interesa saberlo. Ellos, solo en su afán de desinformar, van a terminar enterrándose el puñal.

SEMANA:¿Cómo ingresó usted a lo que las autoridades llaman el mundo de la mafia y por qué lo hizo?

J.V.:No soy un mafioso, no he sido, ni lo seré. No he pertenecido al mundo de la mafia. ¿Respetar y hacerse respetar lo hace a uno mafioso?

SEMANA:Se sabe que usted es un hombre poderoso en el Valle d el Cauca. ¿A quiénes protege con ese poder?

J.V.:No es cierto. No tengo ningún poder político ni económico, ni mucho menos militar. Sólo protejo a mi familia y mi vida. Nadie más necesita de mi protección.

SEMANA: ¿Usted ha tomado partido en el conflicto político de las autodefensas contra la guerrilla?

J.V.: Soy ajeno al conflicto y en forma directa no he tomado ningún partido. Pero como colombiano no puedo ser ajeno a él y cualquier cosa que se haga a favor de la paz, contará con mi apoyo y mi respaldo.

SEMANA:¿Cuál cree usted que es la fórmula para acabar con los carteles de la droga?

J.V.:Yo le contesto con humildad y sentido común que ese negocio para que se acabe es preciso despenalizarlo o legalizarlo. De acuerdo con lo que leo en los periódicos, los presupuestos que genera la lucha endemoniada contra las drogas tiene muchos amigos, pues genera mucha publicidad lucrativa y hace de algunos, grandes e ilustres personajes.

SEMANA:¿Qué tanto lo afectó la muerte de su jefe, Orlando Henao Montoya, y de qué le sirvió haber trabajado tantos años a su lado?

J.V.: La muerte de un amigo tiene que afectarlo a uno inmensamente. Me causó gran dolor. El estar tantos años a su lado me enseñó los valores de la amistad y el respeto.