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Eleonora Pineda y Rocío Arias desempeñan un papel protagónico en las negociaciones del gobierno con las autodefensas. ¿Cuál es su historia?

11 de diciembre de 1980

Eleonora María Pineda Arcia, de 36 años, jugaba con muñecas en la sala de su casa cuando sus familiares narraban sucesos de la guerra que empezó a arder en las tierras de Córdoba. Su padre, Cruz Manuel Pineda, ganadero hecho a pulso, encontró la muerte encadenado el 17 de agosto de 1996, cuando las Farc lo asesinaron días después de haberlo secuestrado. De sus siete hermanos, la guerrilla le asesinó a tres. "Estoy cansada de abrir tumbas para enterrar a mi familia", dice desconsolada.

María del Rocío Arias Hoyos, de 35 años, estaba en sus clases de tercero de primaria en la escuela rural de Piamonte, Antioquia, cuando las Farc irrumpieron, la sacaron al patio de recreo junto a los demás niñosº y delante de todos asesinaron a dos maestros. "Después del episodio de mi escuela volví a ver a la guerrilla, dice Arias. En Caucasia, entraron a las casas de mis primos más queridos y allí, a la luz del día, los fusilaron uno a uno".

Las coincidencias no paran allí. Las dos se casaron jóvenes, se divorciaron después de tener dos hijos, militaron en la política y llegaron al tiempo al Congreso. Y hoy ambas desempeñan un papel protagónico en las negociaciones de paz entre el gobierno y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).Se han involucrado de tal forma en el proceso que, como asegura una fuente de la Casa de Nariño, en ocasiones parece que ellas están más de parte de los paramilitares que del Estado. "Es una critica que nos han hecho pero que no la eludimos, dice Arias, quien ocupa por primera vez un escaño en la Cámara de Representantes por Antioquia. Nosotras dedicamos todos nuestros esfuerzos a buscar la desmovilización de las autodefensas porque son un actor armado y si firman la paz, realmente ayudamos a Colombia".

Arias se había presentado antes para la asamblea departamental pero se quemó. En cambio, cuando arrancó la campaña con su movimiento Colombia Viva, uribista y amigo de la negociación de paz con los paras, dobló su caudal y obtuvo 23.877 votos. Obtuvo el mayor porcentaje en Caucasia, de fuerte influencia paramilitar y donde ella vive en una casa sin mayor protección, rodeada de gallinas, patos y varias vacas. "Aquí vivo tranquila. Me siento muy segura porque este es un lugar muy sano", dice. En este municipio, en la frontera de Antioquia y Córdoba, a orillas del río Cauca, ahora reinan las autodefensas que han impuesto su propia ley con brazo de hierro.

Eleonora Pineda vive en una casa espléndida, decorada por ella misma, en el corregimiento de El Caramelo, a pocos kilómetros de Santa Fe de Ralito, dentro de la zona de encuentro donde está concentrados el estado mayor de las AUC. Aquí tampoco se mueve una hoja sin la autorización de los paras. El día que habló con los periodistas de SEMANA estaba sola. Afuera se escuchaban los grillos y no se veía presencia de ninguna escolta, aunque se sentía una vigilancia invisible. "Este lugar es un remanso de paz", dice Pineda. Su carrera política es aún más sorprendente que la de Arias. Era una desconocida concejal de Tierralta y por la región corría más su fama de buena esteticista, pues se especializó en estética facial y corporal en Barcelona, que de activista. Entonces decidió aspirar a la Cámara. En la región se dice que los paramilitares dieron la orden de votar por ella. Pineda replica: "Yo no creo. Mi votación es producto de mi arduo trabajo social reconocido en todo Córdoba". Sea como fuere, obtuvo 82.082 votos, la segunda votación más alta del país, y casi 20.000 votos más que pesos pesados de la política cordobesa como Zulema Jattin. Como Arias, también llegó por el movimiento Colombia Viva y con el propósito de impulsar la salida negociada con las autodefensas.

Este martes 20 de julio cuando cumplen dos años de parlamentarias, puede afirmarse que ambas mujeres han cumplido al pie de la letra sus promesas de campaña. Si bien, según consta en el Sistema de información de Congreso Visible del departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, entre las dos sólo han logrado la aprobación de un proyecto de ley (por el cual se declara símbolo de la Nación el sombrero vueltiao), han desempeñado un papel destacado en la discusión pública sobre el proceso que avanza en Santa Fe de Ralito.

"Si uno quiere saber qué están pensando las autodefensas tiene que ir a hablar con ellas", dice un congresista. En muchos casos, sus posiciones han estado en sintonía con las de los jefes de las AUC. "En varias ocasiones Rocío Arias ha dicho públicamente que las autodefensas deberían pronunciarse así sobre tal tema y a las dos horas exactas en la página web de los paras sale el comunicado en ese sentido", dice otro parlamentario.

Aunque entre ambas hay diferencias, a Eleonora Pineda se le ve más silenciosa en el recinto mientras que Rocío Arias es más fogosa. Las dos veces que ha intervenido oficialmente lo hizo contra el representante del Polo Democrático Gustavo Petro, durante los debates que hizo contra el Fiscal por supuesta favorabilidad a los paramilitares y cuando denunció la injerencia de las AUC en la Universidad de Córdoba.

A pesar de sus estilos similares, más de escuchar y anotar que de debatir, hay diferencias entre ellas. Pineda ha estado más cercana a las autodefensas de Córdoba. "Yo conozco a la esposa de Salvatore Mancuso, a sus hijos que estudiaron en la escuela con mis hijos, y naturalmente a él, a quien lo vi cómo lo obligaron a tomar las armas para defenderse", explica. Por eso dice que uno de los días más felices de su vida fue el primero de julio, cuando vio a Mancuso de orador central en la instalación de los diálogos con el gobierno.

Rocío Arias está más cerca de los hombres del Bloque Central Bolívar (BCB): Ernesto Báez, Julián Bolívar y Javier Montañéz. El BCB es la estructura militar y económica más fuerte de las AUC. Una cifra conservadora estima que el BCB tiene al menos 5.000 hombres en armas. "El día más feliz de mi vida fue cuando la desmovilización del Bloque Cacique Nutibara en Medellín", dice Arias.

Además, Eleonora Pineda se ha movido más en el campo internacional que su colega de bancada. Sólo en este año ha ido a Washington y al Forum de Barcelona. En ambos sitios ha defendido la negociación con los paras. Y lo que es más importante, es la autora del proyecto de ley para evitar la extradición a Estados Unidos de personas que firmen acuerdos de paz o se desmovilicen. Y aunque ambas dicen haber sido amigas de Carlos Castaño, a Arias la golpeó más duro su desaparición. "Hoy es un día de duelo para Colombia", dijo públicamente y lloró.

Ambas son admiradoras del Presidente, e incluso Pineda dice que Uribe la llama de vez en cuando para intercambiar opiniones acerca de la marcha del proceso. También le da ánimos y la invita a "trabajar, trabajar y trabajar". Arias, luego de haber sufrido un accidente automovilístico en el que se partió la clavícula y la pelvis el 16 de junio pasado, hizo caso omiso de la recomendación médica de guardar reposo y se fue al Congreso para llegar puntual a las 7:30 de la noche, y alcanzó a votar en plenaria a favor de la reelección presidencial.

Su posición favorable a la negociación les ha valido a Arias y a Pineda señalamientos, acusaciones y hasta amenazas. Por eso cuando salen de sus regiones viajan muy custodiadas porque los organismos de inteligencia les han advertido el peligro que corren por haber asumido estas posiciones.

A la pregunta de si tienen una relación sentimental con algún jefe para, como se rumora, lo niegan enfáticamente. "Somos mujeres profesionales, de una generación que tomó el protagonismo de su historia y que se cansó de vivir en un país en guerra", dice Arias. "Jamás; nuestro interés es general, la paz de Colombia, nunca individual", agrega Pineda. Su arrojo también les ha valido aplausos, como los del senador Carlos Moreno de Caro, que las considera valientes y honradas: "Yo que he estado cerca de este proceso puedo decir que hay muchos congresistas que apoyan o han tenido apoyo de las AUC pero que permanecen escondidos por cobardía o porque no saben cómo va a terminar esto, dijo a SEMANA Moreno de Caro. En cambio, ellas no se ocultan, no andan en la clandestinidad. Eso habla muy bien de su carácter".

Por sus gestiones Salvatore Mancuso y Ernesto Báez, dos jefes paramilitares, estarán el próximo miércoles 28 de julio hablando ante el Congreso por primera vez en la historia. Para muchos es un gesto demasiado generoso para dos hombres que han causado tanto daño a miles de ciudadanos inocentes y que todavía no han dejado las armas, para ellas es un paso de acercamiento a la añorada paz.