Home

Nación

Artículo

En los últimos siete meses, más de 500 funcionarios del DAS se han sometido al polígrafo. 71 de ellos han sido destituidos porque no superaron la prueba

administración pública

Paso a paso

Las profundas reformas que están en marcha pueden sacar al DAS de la crisis.

11 de junio de 2006

Uno de los más célebres proverbios de los chinos afirma que en cada crisis hay que ver una oportunidad. Y eso puede ser lo que está pasando en el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). El año pasado, cuando estalló el escándalo por infiltraciones de paramilitares y narcos, ese organismo pasó por uno de los peores momentos de su historia. Jorge Noguera fue relevado de su cargo de director de esa entidad en medio de graves sindicaciones. Con él también salió por la puerta de atrás gran parte de la cúpula del DAS.

Para 'capotear' la crisis, el presidente Álvaro Uribe nombró en la dirección de esa entidad al viceministro de Defensa, Andrés Peñate. Se conformó una comisión de alto nivel encargada de determinar las causas de la crisis y hacer recomendaciones que permitieran enderezar el rumbo de la central de inteligencia colombiana. Diversos sectores vieron con escepticismo la designación de Peñate y muy pocos creyeron que fuera el hombre indicado para sanear el DAS y, mucho menos, para convertir a la entidad en un verdadero organismo de inteligencia.

Aunque hasta ahora ha pasado un poco más de ocho meses desde cuando Peñate asumió las riendas del DAS, muchos han quedado sorprendidos por su gestión y las acciones que ha adoptado.

Peñate comenzó su gestión con una de las medidas más impopulares en cualquier entidad: una purga. Uno de sus grandes aliados en ese tema ha sido el polígrafo. Comenzando por él, 570 funcionarios del DAS se han sometido al detector de mentiras en los últimos siete meses. Hasta la semana pasada, 71 empleados de la entidad habían sido retirados de sus cargos por no superar la prueba. El polígrafo se ha transformado en un elemento de juicio para desvirtuar o confirmar posibles conductas irregulares. Esa prueba, que hace parte de los controles de contrainteligencia que se han implementado, permitió detectar, por ejemplo, a cinco funcionarios que estaban involucrados en secuestros, extorsiones y fugas de información confidencial.

Pero si bien el afrontar el tema de la corrupción interna sin duda es un paso clave para 'limpiar' el DAS, Peñate ha adoptado otras medidas que pueden resultar en un cambio estructural importante para la institución. Una de ellas consiste en que, a diferencia de las administraciones pasadas, en donde los cargos directivos, entre otros, eran producto de una escogencia a dedo o caprichosa, ahora se está aplicando la meritocracia. Esto busca evitar los casos de corrupción que tanto mal le han hecho a la entidad. Por este sistema ya han sido ascendidos o seleccionados 36 funcionarios, entre ellos nueve directores y siete subdirectores seccionales. Por primera vez en la historia, también se acudió a este sistema para seleccionar al director general de inteligencia.

Otra de las reformas fundamentales consiste en la aplicación de una especie de reingeniería empresarial. Durante décadas, la mayoría de los cargos en el DAS no tenía ningún tipo de directriz, manual de funciones o especificación de tareas a cumplir. "Cuando una persona era nombrada en un cargo, no sabía cuáles eran sus funciones. Simplemente miraba qué hacer de acuerdo con su parecer o con las indicaciones que se le daban", afirma un funcionario del DAS. Ahora cada uno de los cargos tiene funciones perfectamente definidas, lo cual permitirá también establecer un perfil adecuado de la persona que debe ser nombrada. Esto no sólo debe hacer más eficiente el trabajo, sino que de paso evita que, como ocurría, se incurra en duplicidad de funciones y falta de responsabilidad en las tareas a desarrollar.

La crisis del DAS es profunda y el camino por recorrer es largo. Sin embargo, por primera vez hay señales de que se avanza en la dirección correcta. Paso a paso.