Paz: "no es necesario reformar la Constitución”

Fernando Carrillo: Nunca va a ser tan prolífica una legislatura como lo fue la de 2012 - 2013 y me refiero no solo a la cantidad sino a la calidad de las iniciativas tramitadas y aprobadas. De las 140 leyes de origen gubernamental en el mandato del presidente Santos, más del 52 por ciento, es decir 73, fueron aprobadas en esta última legislatura. Todo gracias al trabajo coordinado en la Mesa de Unidad Nacional y a la gestión del Congreso de la República. Nada ni nadie congeló la agenda legislativa ni desbarató la Mesa de Unidad Nacional. La era del hielo, que tantos anunciaron entre el Ejecutivo y el Legislativo después de la caída de la reforma a la Justicia, nunca se dio y las negociaciones de paz no descuadernaron la agenda. Quienes apostaron por el fracaso de la agenda legislativa en el Congreso se quedaron con los crespos hechos.

F. C.: Continúan en trámite la reforma al sistema de salud, el Código Penitenciario, la Ley de Infraestructura y la ley que crea la Agencia Nacional de Seguridad Vial, entre otras. Las prioridades de la agenda legislativa para la última legislatura serán definidas, como siempre, en el marco de la Mesa de Unidad Nacional que hoy más que nunca goza de buena salud.

F. C.: Logramos la aprobación de leyes como el presupuesto de regalías, el régimen municipal, el nuevo régimen de distritos y el de áreas metropolitanas. No hay duda de que estos instrumentos permitirán el fortalecimiento de las regiones para saldar la deuda pendiente desde la Constitución de 1991. Todo un andamiaje para profundizar la descentralización.

F. C.: Seguiré recorriendo el país como lo he hecho desde mi llegada al Ministerio del Interior. Adelantamos un intenso trabajo en todas las regiones del país, particularmente a través de Mesas de Descentralización en las que participan gobernadores, alcaldes, diputados, representantes de la sociedad civil, líderes cívicos y congresistas. Estas han permitido diseñar y ejecutar proyectos de interés regional en temas como seguridad y convivencia ciudadana. De igual manera han permitido fortalecer las relaciones entre las autoridades nacionales y las regionales para una mayor eficacia en la gestión y toma de decisiones.

F. C.: Hemos logrado reducir los tiempos de las consultas en casi el 50 por ciento teniendo en cuenta un aumento exponencial de las solicitudes. En 2010 se hacían 50 consultas al año, en 2012 cerramos casi 1.500 procesos exitosos. Estamos generando protocolos de entendimiento con las comunidades para lograr reglas de juego más claras y con las entidades del gobierno que intervienen en los procesos. Estamos definiendo mejor los papeles y los deberes de cada una de las entidades.

F. C.: Una constituyente es un punto de partida y no uno de llegada de un proceso político. Es evidente que, según la metodología que se definió, está previsto un mecanismo para validar los acuerdos. Pero en ningún momento se ha establecido que ese mecanismo sea una constituyente. Es importante tener en cuenta que la Constitución de 1991 ofrece otras herramientas –más prácticas y expeditas– para la refrendación de los acuerdos.

F. C.: Los acuerdos con el M-19 no concluyeron en una constituyente. Quien afirme eso no conoce ese proceso. Carlos Pizarro había sido candidato presidencial y Antonio Navarro ministro de Salud antes de la Constituyente de 1991. Para esa fecha, el M-19 ya se había reincorporado a la vida civil y había dejado las armas. 

F. C.: Este tema comienza apenas a manejarse en La Habana y por el momento lo más aconsejable es dejar que el proceso avance. 

F. C.: Hemos sido enfáticos en manifestar que la negociación se hará sobre las reglas de juego acordadas. Para lograr la paz en Colombia no es necesaria una reforma a la Constitución. La de 1991 es una de las más revolucionarias del hemisferio occidental por su estirpe social y de garantía de derechos. En ella cabemos todos los colombianos.

F. C.: Esto es materia de la directora actual y prefiero respetar su competencia en esta materia.