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Carlos Alexander Rodríguez Linares | Foto: Archivo SEMANA

CASO

Pediatra señalado de abuso de menores iría a casa por cárcel

Un juez de ejecución de penas decidió que el hombre deberá pagar en prisión domiciliaria su condena de 38 meses de prisión. Fue solicitado en extradición por España, donde cometió el mismo delito.

31 de agosto de 2015

Hace pocas semanas, el país se escandalizó con el caso de Byron Palacio Fernández, conocido como el ‘Monstruo de La Sierrita’, aquel confeso abusador de niños que purgaba una pena de 15 años y a quien un juez le otorgó una polémica casa por cárcel.

Las autoridades prendieron las alarmas cuando se enteraron que este hombre había burlado la prisión domiciliaria. Entonces, hubo una persecución implacable hasta dar con su captura. El hombre, luego del escándalo y su recaptura, fue confinado en la cárcel de Cómbita (Boyacá).

Hoy otro caso podría escandalizar al país de no tomarse los correctivos necesarios. Se trata de la historia de Carlos Alexander Rodríguez, un médico pediatra capturado en diciembre de 2014 solicitado en extradición por España porque en ese país habría cometido abusos sexuales contra menores de edad.

Tras su captura el médico fue confinado en el pabellón de extraditables en la cárcel La Picota en Bogotá, mientras se avalaba el proceso de extradición a ese país.  Al mismo tiempo, se conoció que el médico había sido condenado, en 2009, a 38 meses de prisión por delitos asociados a actos sexuales abusivos contra menores de edad en Boyacá.

Pero lo que llama la atención es que el juez que profirió el fallo en su contra, le dio al médico la oportunidad de pagar la condena en su domicilio certificado en Bucaramanga. La preocupación de las autoridades carcelarias radica ahora en que un juez de ejecución de penas de esa ciudad se mantuvo en la decisión de darle la casa por cárcel. Las autoridades son claras en advertir que Rodríguez deberá cumplir primero su condena en Colombia, antes de ser enviado a España.

Conocida la vulnerabilidad del sistema penitenciario en Colombia, en particular lo que se refiere a la casa por cárcel, las alarmas se han prendido porque este hombre podría cometer nuevos delitos si es enviado a su vivienda.

“Tenemos mucha preocupación. Lo único que queda es cumplir la orden e instalar equipos de monitoreo como brazaletes para evitar que este hombre cometa nuevos delitos”, dijo una fuente del Inpec a Semana.com.

¿Cómo actuaba el médico?

Ganar la confianza de sus padres y de los menores era la estrategia que utilizaba Rodríguez para abusar de niños en España y Colombia.

Su accionar criminal empezó hace varios años en el municipio de Páez (Boyacá). Allí, saben las autoridades, abusó sexualmente de cuatro niños. Luego viajó al país ibérico y habría cometido otras seis agresiones contra menores.

En el momento de su captura las directivas de Interpol en Colombia, explicaron que la forma como Rodríguez se ganaba la confianza de las víctimas y sus padres para cometer el ilícito.

El médico utilizaba su profesión de pediatra para lograr el primer contacto con los menores. En la consulta, se acercaba a los progenitores y solicitaba que les permitieran pasar en su casa un fin de semana. Para crear una atmósfera de confianza, usaba como carnada a su hijo menor de edad. Al parecer, buscaba que la relación dejara de ser la médico-paciente para pasar a ser un amigo de la familia.

El modus operandi del presunto abusador era buscar a niños de mujeres separadas y de escasos recursos económicos. Eso le ayudaba a sus oscuros propósitos.

Rodríguez llegó hace seis años a España a ejercer su profesión. Allí también se valió de su estatus y su dinero con el que podía ofrecer diferentes atracciones a los niños como ir a la playa, centros comerciales, restaurantes o al cine. Planes que los pequeños usualmente no podrían hacer por su cuenta.

Tras la captura, el pediatra podría enfrentar en España, si llega a ser extraditado, una pena de hasta 34 años de cárcel por el delito de abuso sexual con menor de 14 años.

Durante toda la investigación, la Policía colombiana y la española coordinaron el trabajo para lograr dar con el paradero del médico, quien se había refugiado en Colombia, al parecer, con el fin de evadir la justicia.