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CONSULTA

Peñalosa sin rival

Según la Gran Encuesta el exalcalde de Bogotá sería el candidato presidencial de la Alianza Verde. El difícil reto es revivir el dinamismo que llevó a Mockus a la segunda vuelta en 2010.

1 de marzo de 2014

El próximo 9 de marzo, simultáneamente con las elecciones a Congreso, el partido Alianza Verde escogerá a su carta para las elecciones presidenciales mediante una consulta interna abierta. Tras un difícil pulso entre las distintas tendencias del joven partido, Enrique Peñalosa y los senadores John Sudarsky y Camilo Romero se disputan la candidatura única.

Es la segunda vez que los verdes seleccionann su aspirante a la Casa de Nariño mediante este procedimiento y en día de comicios parlamentarios. Hace cuatro años fue precisamente la consulta entre los exalcaldes de Bogotá Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón, la que marcó el despegue del fenómeno conocido como la “ola verde”. Con más de 1,8 millones de votos depositados por el entonces naciente movimiento, Mockus se convirtió de la noche a la mañana en un opositor con peso frente al entonces líder de las encuestas, Juan Manuel Santos.

En esta contienda Enrique Peñalosa es el amplio favorito: 25 por ciento de los consultados en la Gran Encuesta manifestaron que votarían a su favor. Muy lejos están Sudarsky y Romero que empatan con un 3 por ciento. Sin embargo, el nivel de indecisos verdes es significativo. A tan solo una semana de estos comicios, el 36 por ciento de los consultados aún no sabe por quién votar mientras que uno de cada cuatro votaría en blanco.

El favoritismo de Peñalosa en la consulta obedece a varios factores. Primero, la consulta verde es abierta, lo que significa que cualquier ciudadano que se acerque a las urnas puede participar, no sólo los militantes de la Alianza Verde. En la capacidad de atraer votantes de otras tendencias radica el atractivo del exalcalde capitalino que representa una minoría dentro de su propia colectividad y es rechazado por su dirigencia. De hecho, los Progresistas decidieron no participar en la consulta y entre los verdes originales aún hay heridas abiertas por cuenta del apoyo que aceptó del expresidente Álvaro Uribe en las elecciones a la alcaldía de Bogotá en el 2011.

Probablemente el respaldo a Peñalosa se encuentre en otros sectores. Los más paranoicos han especulado que los uribistas podrían meterle mano a la consulta con el propósito de que el exalcalde de Bogotá emerja como una opción con posibilidades en la primera vuelta presidencial, y una carta alternativa en caso de que el candidato Oscar Iván Zuluaga no crezca durante la campaña presidencial.

Otro factor que inclina la balanza a favor de Peñalosa es el nivel de conocimiento del exalcalde de Bogotá entre la opinión pública, muy amplio frente al de sus otros dos contrincantes. El 67 por ciento de los consultados en la Gran Encuesta conoce a Peñalosa, el mayor porcentaje entre los aspirantes presidenciales después del presidente Santos. Su imagen favorable es del 37 por ciento, superior a la desfavorable que es del 30 por ciento. En contraste, está el nivel de desconocimiento que tienen Sudarsky y Romero. A pocos días de la consulta, el 88 por ciento desconoce quién es el primero y el 87 por ciento no sabe quién es el segundo.

Para tratar de contrarrestar esa enorme desventaja, el senador Sudarsky lleva varios días en una fuerte campaña publicitaria con la presencia del exalcalde Antanas Mockus. La duda está en que, a tan poco tiempo de los comicios, los electores podrán conocer mejor sus credenciales mockusianas.

Por eso el ganador de esta segunda consulta presidencial verde parece estar definida a favor de Peñalosa. Aunque el porcentaje de indecisos supere la intención de voto del exalcalde bogotano, no es tan fácil para Sudarksy y Romero conquistar esos electores en la recta final de la campaña. Sin embargo, para Peñalosa, el único repitente de la exitosa consulta anterior, el reto no está tanto en derrotar a los dos senadores sino en revivir el dinamismo que en las elecciones de 2010 impulsó a Mockus a la segunda vuelta.