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Carlos Gutiérrez, heredero del rey de la papa y concuñado del alcalde Gustavo Petro, en su hacienda La Primorosa, en Zipaquirá, donde según denuncias, se han hecho reuniones para discutir asuntos del Distrito.

BOGOTÁ

Los líos del concuñado de Petro

SEMANA revela la contabilidad de los Nule donde aparecen los miles de millones de pesos que Carlos Gutiérrez les prestó y que los contratistas no le pagaron.

28 de junio de 2014

Luis  Eduardo  Gutiérrez, según contó alguna vez la revista Dinero, fue considerado en su momento el productor de papa más grande del mundo en lo que a personas se refiere y se hizo célebre, según la publicación, por sobrevolar sus más de 5.000 hectáreas de cultivos en helicópteros privados.

Tal vez el alcalde Gustavo Petro, tan crítico siempre del capitalismo, no se imaginó nunca que este apellido iba a cruzarse como lo está haciendo ahora en su Alcaldía.

Petro conoció a Gutiérrez cuando ambos eran concejales de Zipaquirá y en ese entonces, según ha contado el mismo Petro, él hizo un pacto con Luis Eduardo para que este ayudara a familias pobres gracias a sus extensos cultivos de papa. 

Es decir, la relación de Petro y la familia Gutiérrez no es nueva. Pero lo que los unió más fue el hecho de que María Teresa Alcocer, hermana de Verónica, la esposa de Petro, se casó con Carlos Gutiérrez, hijo de Luis Eduardo. Es decir, Gustavo Petro se convirtió en concuñado de Carlos Gutiérrez, el heredero del imperio papero.

Ahora ese lazo familiar se convirtió en noticia por las denuncias periodísticas sobre la presunta participación indebida de Carlos Gutiérrez, el concuñado, en los negocios del Distrito. La revista Dinero ya había puesto el dedo en la llaga en su edición de marzo diciendo que “Gutiérrez estaría detrás de las grandes decisiones del Distrito”, y en la de mayo con un reportaje en el que Gutiérrez responde a todas las preguntas que rondan sobre él, habla de la relación cercana que tiene con funcionarios que están o han estado en el gabinete de Petro y le dice al periodista: “Gustavo va a ser algún día presidente de la República”, mientras recorre su hacienda La Primorosa, en Zipaquirá, donde están los laboratorios y el centro de producción de CGR Biotecnología Reproductiva.

Por otro lado, el diario El Tiempo denunció que Gutiérrez se había reunido en su finca con el entonces gerente de TransMilenio, Fernando Sanclemente, y una operadora del sistema, para presuntamente ‘cuadrar’ la prórroga de los contratos de los buses articulados. 

Por ahora todos los protagonistas, incluido el alcalde Gustavo Petro, niegan que exista una intervención de Gutiérrez en los asuntos del Distrito y no se conoce todavía una prueba contundente que demuestre algún tipo de anomalía.

Sin embargo, el hecho de que nada se ha podido probar aún no quiere decir necesariamente que no haya corrupción. De todas maneras, quienes conocen de tiempo atrás al alcalde Petro consideran que cualquier irregularidad que se esté dando difícilmente podría estar involucrada directamente con él.

Pero lo que este conato de escándalo ha dejado al descubierto es el papel que juega Verónica Alcocer, la esposa del alcalde Gustavo Petro, y su familia en la Alcaldía. No solo es Gutiérrez, quien es el esposo de su hermana María Teresa, y el cual, según funcionarios registrados en los medios, sí ha participado en reuniones en las que se deciden asuntos del Distrito e incluso ha prestado su finca y su apartamento para ello. También está Fernando Sanclemente, hasta hace poco gerente de TransMilenio, quien está casado con Diana Alcocer, sobrina de Verónica. Y Alberto Merlano, gerente del Acueducto, primo del papá de Verónica. 

A ellos se suma Fernando Rey, a quien si bien no lo unen lazos familiares, luego de retirarse de la gerencia de TransMilenio, se hizo socio de Gutiérrez en el sector privado.

Curiosamente, tanto Sanclemente como Rey fueron gerentes de TransMilenio, y Merlano, a pesar de ser gerente del Acueducto, participó en buena parte de la prórroga de los contratos de ese sistema de transporte.

¿Estas personas están al frente de estas entidades por la confianza que le puede dar a Petro trabajar con conocidos de familia o porque su esposa o su concuñado se las recomendaron?
Carlos Gutiérrez no solo lleva el ímpetu del emprendimiento en la sangre sino que ha demostrado ser él mismo todo un negociante. Tiene 17 compañías de todo tipo. Su empresa de biotecnología le ha representado utilidades anuales de 6.000 millones de pesos. También compra y vende hidrocarburos. Y tiene varios grandes proyectos en remojo, entre ellos, una Alianza Público Privada que ya fue aprobada por el Ministerio de Transporte para la construcción de un tren de carga entre Belencito y Bogotá.

En esa búsqueda permanente de negocios Carlos Gutiérrez quedó enredado en la telaraña de los primos Nule. Gutiérrez, en solo dos meses, hizo inversiones de más de 5.800 millones de pesos en las mesas de dinero creadas por los Nule. 

En los facsímiles se alcanza a ver algunas de esas deudas. Incluso, en algunos correos electrónicos en poder de SEMANA, Miguel Nule estuvo ofreciéndole la posibilidad de pagarle con el edifico que ellos tenían en la carrera 11 entre calles 93 y 94. Pero al parecer, no pudieron finiquitar el pago.