El salvavidas de Telésforo a las FF.MM.

El pasado 11 de junio, y en medio de la polémica por el ascenso del general de la Policía Francisco Patiño -quien estaba siendo indagado por su presunta responsabilidad en la alteración de la escena del crimen del joven grafitero Diego Felipe Becerra- el Senado aprobó un proyecto de ley para degradar a aquellos oficiales de la Fuerza Pública y las Fuerzas Armadas que, tras haber sido ascendidos por el Congreso, resultaran culpables por conductas penales o disciplinarias.

La propuesta buscaba que el Senado, encargado de aprobar o improbar los ascensos de los militares, pudiera “salvar su responsabilidad” en caso de que algún oficial resultara condenado por la justicia penal o la justicia ordinaria, tal como sucedió en el caso del general Mauricio Santoyo, quien tras ser ascendido por el Congreso, terminó condenado en Estados Unidos por nexos con grupos paramilitares.

Esos antecedentes motivaron al Senado a crear la figura de la degradación militar y policial, una sanción accesoria considerada como una ‘condena política’ a los oficiales, la cual consiste en el retiro del uso del uniforme y los distintivos oficiales y la devolución de medallas o condecoraciones que dicho oficial haya conseguido durante toda su carrera, al igual que el retiro de la asignación salarial. Y así como el ascenso se concede en una ceremonia pública, el Senado aprobó que la degradación y la indignidad también se apliquen en actos públicos y con similar publicidad.

Pero el proyecto aprobado por el Senado no se redujo allí. También estableció la posibilidad de que la Comisión Segunda y la plenaria del Senado pudiera aplazar los ascensos cuando existan dudas jurídicas o de conveniencia política sobre la idoneidad de quien o quienes estén postulados para el ascenso.

La decisión del Senado fue controvertida por la Asociación de militares retirados, Acore, quien le pidió a la Cámara de Representantes hundir el proyecto aprobado por el Senado.

La petición fue acogida por el presidente de la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes, el conservador Telésforo Pedraza, quien radicó ponencia negativa para este proyecto.

Según Pedraza la “degradación militar”, tal como fue aprobada por el Senado, se constituye en “una afrenta al honor y la mística de soldados y policías, que día a día entregan sus vidas para garantizar el pleno ejercicio de los derechos y libertades”.

El representante conservador también se opone a la posibilidad de que el Senado aplace los ascensos cuando “existan dudas jurídicas o de conveniencia política”, sobre quienes pretenden ascender.

La “conveniencia política”, contemplada en las causales de aplazamiento de los ascensos, condiciona a intereses políticos dichos procedimientos que deben ser ajenos a los miembros de la Fuerza Pública”, aseguró Pedraza quien además calificó de inconstitucional este proyecto. Por eso le pedirá esta semana a la Cámara de Representantes archivar la iniciativa.