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| Foto: Archivo SEMANA / Cortesía

JUDICIAL

Piden cárcel para rectora que habría excluido a joven que se suicidó

La Fiscalía cree tener pruebas suficientes para llevar a juicio a Amanda Castillo, rectora del Gimnasio Castillo Campestre, por muerte de Sergio Urrego.

23 de febrero de 2015

La rectora del Gimnasio Castillo Campestre, Amanda Azucena Castillo, habría sido la máxima responsable dentro de la hipótesis que trabaja la Fiscalía General de la Nación, la cual indica que el suicidio de Sergio Urrego, alumno de ese mismo colegio, habría tenido que ver la segregación que habría vivido en ese plantel luego de que se declaró homosexual.

El ente acusador considera que tiene listas las pruebas que llevará ante un juez del complejo judicial de Paloquemao para buscar medida de aseguramiento en contra de la directiva.

El 4 de agosto del 2014, Urrego, de tan solo 16 años de edad, decidió quitarse la vida y se lanzó de la terraza de un centro comercial, en el occidente de Bogotá. Días después, las autoridades conocieron que el episodio se podría derivar de presuntos actos de discriminación e, incluso, matoneo en su colegio.

Posteriormente, fiscales les imputaron a la psicóloga de la institución, Ivonne Andrea Cheque, y a la rectora Castillo los delitos de discriminación agravada, constreñimiento ilegal e inducción o ayuda al suicidio.

Los investigadores han seguido recolectando una serie de evidencias con las que probarían que ambas señaladas también habrían incurrido en las conductas punibles de falsa denuncia y ocultamiento de material probatorio.

Por el momento, el proceso se prepara para la etapa de juicio y existe una alta posibilidad de que la rectora Castillo deba asumir su defensa desde la cárcel.

Cuestionamientos de la Fiscalía


El primer hallazgo de la Fiscalía es que un beso entre Sergio y su compañero de clases, conocido por medio de una foto por profesores del colegio, fue tildado como un “acto obsceno” dentro del marco del manual de convivencia, calificativo que nunca se le dio a un hecho similar realizado por una pareja heterosexual, algo que llamó poderosamente la atención de los fiscales.

De hecho, según apreciaron los investigadores en segunda instancia, el único proceso abierto por faltas “obscenas” al manual ha sido el del joven Urrego. Según testimonios dentro del plantel, en muchas otras ocasiones parejas heterosexuales tenían demostraciones afectivas más escandalosas y nunca les inició causa disciplinaria alguna.

Un tercer punto es que la psicóloga Cheque y la rectora Castillo obligaron Urrego a asistir a psicólogo externo y a presentar certificados de la asistencia a terapia para poder ingresar a clases. En el ente acusador cuestionan si eso no es una flagrante violación al derecho a la educación, además de cuáles fueron los criterios por los que se le exigió seguir dicho tratamiento.

Según la Fiscalía, en cuarto lugar, a Sergio se le habría obligado, por parte de Cheque y Castillo, a que, como parte la ‘psicorientación’ que se seguía en institución, revelara a sus padres su condición de homosexual.

Adicionalmente, a la Fiscalía le parece anormal que cuando citaron a los padres de Sergio para contarles de la situación, la madre de Urrego llegó sola al plantel y no fue recibida: debía llegar a la cita con el padre, lo que les hace cuestionar si para la institución sólo es posible el modelo de familia de papá y mamá.