Home

Nación

Artículo

| Foto: Archivo SEMANA

ENTREVISTA

“¿Se imaginan una alianza Vargas Lleras-Uribe?”

Piedad Córdoba habla en Semana.com y asegura que Humberto de la Calle sería el presidente más indicado para el posconflicto. De la Calle responde.

1 de junio de 2015

Aún faltan tres años para que el presidente Juan Manuel Santos termine su período, pero la baraja de posibles aspirantes a sucederlo sigue en aumento. Nadie duda de que el vicepresidente Germán Vargas Lleras será uno de ellos. Se dice que el procurador Alejandro Ordóñez también anda en campaña. Y hasta hay quienes impulsan el nombre de Gustavo Petro, el alcalde de Bogotá.

Pero desde hace unos meses, y al interior de sectores influyentes en la sociedad y en la política, el nombre de Humberto de la Calle ha empezado a sonar en futuros escenarios presidenciales. Fue vicepresidente de la República del presidente Ernesto Samper, de quien se distanció. También fue precandidato presidencial. Ahora, como jefe negociador del Gobierno en La Habana, ha adquirido un renovado protagonismo, y de llegar a firmar un acuerdo que ponga fin al conflicto, no sólo se apuntaría un logro histórico, sino que muchos piensan en él como el hombre más indicado para liderar los ajustes en la sociedad que se desprendan de un eventual acuerdo de paz con las FARC.      

La exsenadora Piedad Córdoba, líder de la Marcha Patriótica, fue la primera persona en hacer pública esta propuesta al impulsar el nombre del jefe negociador como un nuevo presidenciable.

“De la Calle en un régimen de transición puede ser hasta candidato presidencial al que el presidente Juan Manuel Santos le ponga la mano en la cabeza, para que este proceso realmente pueda culminar en lo que van a ser la ratificación de los acuerdos”, señaló Piedad.

La excongresista dijo a Semana.com que no le ha consultado esa propuesta a nadie, ni mucho menos se ha tocado en La Habana. Pero lo que considera necesario es que deba haber un gobierno de transición con los sectores progresistas que garanticen la continuidad y la firmeza de los acuerdos de paz.

“¿Se imagina una alianza entre Vargas Lleras y Uribe como la que se dio tras el proceso de paz del Caguán? Es claro que Vargas Lleras no quiere el proceso y se acerca más al expresidente Uribe”, le dijo Piedad a este medio.

Además la excongresista considera que no hay otro candidato con el perfil de De la Calle. “No hay quién se le juegue por la continuidad de este proceso. Aquí somos pocos los que lo defendemos de frente, los demás calculan: si el proceso sale, me pego, y si no sale, pues no me quemo”, reflexionó.

Pero la propuesta de Piedad no se reduce al próximo presidente. También plantea repetir una alianza como la que se consolidó el año pasado para reelegir a Santos, con una influyente participación de la izquierda. Pero que también se consolide, por ejemplo, para el próximo Congreso, con listas conjuntas y la posibilidad de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.

Como siempre pasa con Piedad, sus propuestas generan enorme polémica. Esta vez no es la excepción, sobre todo porque lanzar al jefe negociador del Gobierno no deja de ser una propuesta que puede perturbar el curso de las negocaciaciones en La Habana.

Por ejemplo, uno de los opinadores más cercanos al uribismo, el excongresista Juan Lozano, la rechazó en su columna del lunes en el diario El Tiempo. Aunque reconoció en De la Calle un hombre “probo y capaz”, convertirse en presidenciable podría afectar su condición de jefe negociador y perturbar la mesa de La Habana, pero también dice que podría introducir “nuevas tensiones” dentro del “fracturado equipo de gobierno al disparar desde el santismo otro misil contra la campaña de Germán Vargas”. Por eso, le pidió públicamente al jefe negociador que públicamente rechace estos cantos de sirena.

De la Calle, un presidenciable en La Habana. Su nombre, más que divisiones, genera simpatía, y hasta en sectores políticos sería el único capaz de hacerle contrapeso a Vargas Lleras, quien parece llegar al 2018 con amplísima ventaja.

Es de origen liberal y los liberales ya han dicho que tendrán candidato propio, aunque por ahora no lo tengan. La U dice lo mismo, pero si no encuentran quién le compita al actual vicepresidente, no descartarían a De la Calle. Sin embargo, apenas se han firmado tres puntos del acuerdo, falta casi la mitad. Y potenciar al jefe negociador podría afectar el desarrollo de la mesa de La Habana.

Las declaraciones de la exsenadora Córdoba generan mayor ruido al proceso de paz que el que ya sufre. Las dificultades políticas que enfrenta el gobierno Santos para proteger la mesa de diálogo con la guerrilla son reales y están generando daño a la imagen del proceso pero no se arreglan con el prematuro lanzamiento a la presidencia del jefe negociador. Al contrario, le introduce un factor proselitista innecesario que brindará munición a los críticos de las conversaciones.

El momento menos propicio para ventilar aspiraciones electorales de Humberto de la Calle es ahora cuando el proceso pasa por una crisis y requiere de todo el manejo político. El blindaje que hoy La Habana demanda no se construye de una eventual candidatura de la persona que ha representado al Estado en estos casi tres año de conversaciones de paz.


El jefe negociador no demoró en responder a la propuesta de Piedad Córdoba. De la Calle aseguró: "La prioridad son las negociaciones de paz a las cuales dedico todo mi esfuerzo. No es conveniente para el proceso politizar ni las discusiones, ni a los negociadores".