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| Foto: Daniel Reina

CONMEMORACIÓN

"Pienso en el dolor de otros"

A Jairo Rodríguez lo salvaron las llamas que mataron a los demás. Hoy solo piensa en cómo ayudar a los sobrevivientes.

2 de febrero de 2013

Jairo Rodríguez no sabía por qué su apariencia horrorizaba a quienes lo vieron descender por una viga del quinto piso del Nogal a la carrera Séptima. Solo hasta que vio en un espejo su cara negra, salpicada de sangre, entendió por qué la gente pensaba que se había quemado. Se lavó meticulosamente con agua y jabón en la casa de un socio médico que vivía cerca y advirtió que solo había sufrido algunos rasguños. Ambos brindaron con un whisky doble para celebrar no solo que estaba vivo, sino bien.


El fuego lo había salvado. Tras la explosión, el olor a quemado que dejaban las llamas hizo que recuperara la consciencia y se salvara de caer por los agujeros que se tragaron a quienes estaban esa noche en la taberna. Ninguno de los comensales en las tres mesas vecinas sobrevivió.

A los pocos meses de la tragedia una amiga le dijo que lo notaba distinto, un poco retraído, más callado y menos social que de costumbre. Le diagnosticaron síndrome de estrés post traumático y empezó tratamiento psicológico. Hoy se siente bien, con más fuerza espiritual y deseos de ayudar a otros. Por eso el día en que el club prendió una llama para conmemorar a las víctimas, Jairo Rodríguez propuso crear un grupo semilla que posteriormente se convirtió en una fundación de socios para ayudar a las víctimas, no solo del Nogal, sino de la violencia en Colombia. “Todos somos responsables de la violencia del país”.