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'Platoon'

Un operativo hollywoodesco permitió atacar la estructura de uno de los principales frentes de la Farc en el país.

11 de diciembre de 1980

La flotilla de helicópteros de la Policía y la Fuerza Aérea estaba lista para despegar en la pista del aeropuerto Vanguardia de la ciudad de Villavicencio. Cuando el reloj marcó las 6:10 de la mañana del pasado 5 de julio, uno de los oficiales les indicó a sus hombres que había llegado la hora de comenzar la misión. En cuestión de segundos los 48 hombres del grupo élite Jungla, de la Dirección Antinarcóticos de la Policía -Dinar-, cargaron sus armas, se dividieron en tres grupos y abordaron las aeronaves.

Era la fase final de una de las más arriesgadas operaciones contra el narcotráfico desarrollada en los últimos tiempos. El objetivo era atacar un lugar al que ningún miembro de la Fuerza Pública había llegado en años y que se había convertido en el fortín financiero del frente 43 de las Farc. Bajo el mando de Gener García, alias 'Jhon 40', esta facción opera en una amplia zona del sur del Meta, y es uno de los frentes que mayores dividendos le genera al Bloque Sur de las Farc, junto con los frentes 16 y 14, al mando de 'El negro Acacio' y Fabián Ramírez, respectivamente.

Desde hace dos meses un pequeño grupo de oficiales de inteligencia de la Dinar se había dedicado a localizar el lugar desde donde operaba 'Jhon 40' y sus lugartenientes. Después de conseguir infiltrar la zona, los oficiales determinaron hace pocas semanas que Matebambú, un corregimiento del municipio de Vista Hermosa, era el epicentro de la venta de droga del frente 43. En ese lugar tan sólo los domingos se comercializaban cerca de 800 kilos de base de coca. El sitio está en la mitad de la selva y para llegar por tierra hasta allí es necesario atravesar nutridos anillos de seguridad de varios frentes y contar con la suerte de no caer en uno de los múltiples campos minados que hay en la región. Conscientes de que una operación terrestre requeriría de centenares de hombres para enfrentar a los subversivos y tomaría varios días, los hombres de la Dinar, con el apoyo de la Fuerza Aérea, determinaron que lo mejor sería una operación helicoportada que los llevara a las entrañas de la zona. Esa decisión no los alejó del peligro.

Cuando la flotilla de aeronaves llevaba un poco más de 15 minutos de vuelo desde que partió del aeropuerto de Villavicencio, la resistencia de los guerrilleros no tardó en sentirse. Al sobrevolar la selva rumbo a Matebambú, algunos de los helicópteros sufrieron múltiples impactos de bala desde los campamentos camuflados en la selva. Aunque los artilleros de las poderosas ametralladoras calibre .50 de los helicópteros comenzaron a repeler el ataque, los protocolos indican que por seguridad las naves impactadas deben replegarse. Sin embargo, al notar que ninguna de las balas dañó alguna de las partes esenciales de las naves, los hombres de la Dinar y la FAC tomaron la arriesgada decisión de seguir con la misión.

A medida que avanzaban, el fuego desde tierra aumentaba. Cuando finalmente llegaron hasta su objetivo, 35 minutos después de haber despegado, notaron que la casa en donde estaban los subversivos que buscaban estaba fuertemente custodiada. Había un cordón de seguridad compuesto por más de 20 guerrilleros que estaban protegiendo al jefe de finanzas del frente, José Pérez, alias 'Chepe', y al encargado de la venta y comercialización de la droga, Antonio Molina, alias 'Toño', hermano del comandante del frente 43.

Normalmente para enfrentar a ese número de subversivos, un operativo militar involucra a un despliegue mínimo de 150 hombres. Aunque eran sólo la tercera parte de lo requerido decidieron atacar. Respaldados por el avión fantasma de la FAC, los tres Black Hawk en los que viajaban los 'Jungla' descendieron a 20 metros del suelo. En medio del fuego cruzado, los 16 policías que viajaba en cada uno de los tres helicópteros comenzaron a bajar rápidamente por una cuerda hasta llegar al piso. El tiroteo era intenso. Uno de los oficiales que terminaba su descenso recibió tres disparos de bala, pero contó con la buena suerte de que todos los impactos dieron en su fusil.

Cuando los subversivos notaron que todos los uniformados ya estaban en tierra y los helicópteros ya no estaban en una posición vulnerable emprendieron la fuga hacia la espesura de la selva en busca de encontrarse con los refuerzos que venían de un campamento subversivo cerca del lugar. 'Chepe' y 'Toño', los objetivos de la misión, fueron capturados cuando intentaban escapar con 15 kilos de base de coca en sus manos.

Los uniformados sabían que decenas de guerrilleros llegarían pronto y entonces estarían en una seria desventaja numérica. En la casa recogieron importantes documentos sobre los contactos y las finazas del frente y tan sólo 10 minutos después de su llegada abordaron nuevamente los helicópteros y salieron del lugar con la misión cumplida. Habían arrestado a los dos hombres que eran la columna vertebral del frente 43.

Aparte de su espectacularidad y alto nivel de riesgo, la importancia de este operativo es que se convirtió en una prueba contundente de que cuando hay determinación es posible atacar, como se hace con los carteles de la droga, los principales eslabones del narcotráfico y la guerrilla, sin importar en dónde estén escondidos. Esta estrategia puede ser el punto de quiebre en la guerra contra la droga y la subversión.