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¿Podremos competir?

El primer estudio sobre competitividad de la industria colombiana concluye que hay muchos obstaculos y deficiencias que pueden hacer fracasar la apertura.

27 de septiembre de 1993

DESPUES DE CASI CUATRO años de estar discutiendo si a Colombia le convenía o no la politica de internacionalización de la economía, el debate entre el Gobierno y los empresarios del país dio un vuelco dramático la semana pasada, cuando a raíz de un encuentro realizado en Cartagena entre los dos sectores quedo claro que la apertura es un proceso irreversible y que lo importante. ahora, es que funcione. De allí que la preocupación de todo el mundo se haya centrado en los problemas que tiene actualmente Colombia para competir en el mercado internacional, y en definir, por lo tanto, las condiciones para poder competir en el futuro. Sobre este tema ya se habían hecho varios estudios a nivel nacional. Pero la gran mayoría eran de alcance parcial o tenían problemas de credibilidad, y ninguno había logrado llamar la atención del sector empresarial en su conjunto.
Cosa que sí sucedió en la reunión de Cartagena, citada precisamente para analizar los avances de un estudio contratado en forma conjunta por el Gobierno nacional y los empresarios privados con una compañía norteamericana de nombre Monitor, de propiedad del mayor experto mundial en asuntos de competitividad:
Michael Porter.
Porter, quien había sido hasta 1990 uno de los teóricos más admirados del mundo en el área de la administración de empresas, traspasó en ese año las fronteras de la Harvard Business School de la cual era profesor y se hizo conocer a nivel mundial con la publicación de un libro llamado "La ventaja competitiva de las naciones", en el cual resumió los resultados de más de cinco años de actividad investigativa en 10 países del mundo y en más de 100 empresas. El libro identificaba los atributos que fortalecen las ventajas de un país para participar en el mercado mundial y las condiciones bajo las cuales sus industrias pueder ser competitivas.
Utilizando los conceptos del libro, Monitor que había sido creada en 1982 con el fin de aplicar las teorías desarrolladas en la escuela de negocios de Harvard se convirtió en la empresa consultora más importante del mundo en materia de competitividad, y comenzó a ser requerida por países tan diversos como Canadá, Escocia, España y Grecia, con el fin de diagnosticar la posición relativa de algunas de sus industrias en relación con sus principales competidores a nivel internacional.
Pero no había sido contratada nunca por un país en vías de desarrollo.
A mediados de 1990, el hoy ministro de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, tomó el curso del profesor Porter y quedó tan impresionado con sus teorías y con la metodología de sus estudios que decidió convencer a quien fuera en Colombia para contratar sus servicios, con miras a evaluar la capacidad que tenían las industrias del país para competir a nivel internacional. Con tan buena suerte para él que uno de los primeros en "cogerle la caña" fue el propio Presidente de la República, quien se mostró muy entusiasmado con la idea de realizar el estudio.
En ese momento existían, sin embargo, dos problemas. El primero era que Monitor había tenido una experiencia relativamente mala desde el punto de vista de la aplicación de sus recomendaciones con la realización de estudios financiados exclusivamente por el sector oficial. Y el otro era que, dada la categoría de la empresa, el costo del estudio tasado desde un principio en dos millones de dólares era excesivamente alto para ser asumido por el Gobierno. Por eso se decidió, desde un comienzo, que sólo se haría con aportes del sector privado. Y se le ofreció a los gremios.
La respuesta fue bastante cautelosa. La verdad es que los gremios tampoco tenían tanta plata, y de no ser porque uno de ellos Acoplásticos venía en una larga discusión sobre los problemas de productividad del sector y el estudio de Monitor le caía como anillo al dedo, el interés de Moreno no habría pasado, probablemente, de ser una buena idea. Con el apoyo de Ecopetrol y el Ministerio de Desarrollo y después de negociar un precio especial de 220 mil dólares Acoplásticos contrató, en septiembre de 1992, un estudio de competitividad para el sector petroquímico, cuyos resultados fueron conocidos en febrero del presente año.
El estudio no trascendió a la opinión porque las partes interesadas querían poner en práctica sus recomendaciones antes de revelar sus resultados a la opinión pero fue conocido por los otros gremios, que finalmente se entusiasmaron con la metodología y, después de conseguir el apoyo de las cámaras de comercio del país y contando siempre con la participación del Gobierno como cofinanciador, gracias a un préstamo no reembolsable de la Corporación Andina de Fomento escogieron siete sectores de amplia proyección internacional y contrataron un nuevo estudio con Monitor por la cifra inicialmente fijada de dos millones de dólares.

EL DIAGNOSTICO
A comienzos de julio Monitor cuya sede se encuentra en Cambridge, Massachusetts desplazó a Colombia un grupo de 20 de sus expertos, que en una primera etapa de trabajo se entrevistaron con más de 150 empresarios del país, y que reunieron toda la información existente sobre los sectores involucrados en el estudio tanto en Colombia como en los principales países competidores con el fin de hacer un diagnóstico preliminar y presentarlo en la reunión programada por el Gobierno para discutir los problemas del país con los representantes del sector privado.
Los resultados no podrían ser más desalentadores. A nivel general, para los especialistas, de Monitor está claro que Colombia posee grandes ventajas para competir en el mercado internacional: localización, clima, suelo, abundancia de materias primas, mano de obra barata y una muy desarrollada cultura empresarial. Desafortunadamente, según ellos, esos factores que podrían ser tan positivos han actuado en contra del país, pues han contribuido a reducir el rango de industrias en las cuales se puede competir exitosamente en términos internacionales. El país se ha limitado a desarrollar las actividades intensivas en recursos abundantes. y no ha hecho ningún esfuerzo por hacer más equilibrado y complejo su aparato productivo.
Como estuvo cerrado durante tantos años a las importaciones y su demanda interna es tan pequeña, el país nunca se preocupó por desarrollar una base industrial que le permitiera utilizar de una manera más productiva sus recursos naturales, y en lugar de mejorarlos se limitó a exportar excedentes con un bajísimo grado de elaboración y compitiendo exclusivamente con precios.
Como consecuencia de ello, Colombia no desarrolló nunca una estrategia exportadora ni adquirió conciencia de la importancia que tienen la innovación y la calidad en los mercados mundiales y esa es hoy una de las principales carencias que tiene el país para ser verdaderamente competitivo a nivel internacional, de acuerdo con el estudio de Monitor.
Pero no es la única. Otra, y muy grave, es la de infraestructura. El país se ha quedado rezagado en materia de transporte, energía y telecomunicaciones, lo que no solamente constituye un handicap pesadísimo para los exportadores del país, sino que priva a los colombianos de algunas de las industrias más dinámicas a nivel internacional, que constituyen una base fundamental de la competitividad de las naciones a las puertas del siglo XXI. De acuerdo con el estudio de Monitor, en 1991 solamente el 1.7 por ciento de las exportaciones totales de Colombia provinieron de esos tres sectores, en comparación con un 18 por ciento en Corea, un 21 por ciento en México y un 29 por ciento en los Estados Unidos.
Otro factor fundamental en materia de competitividad es el desarrollo de recursos humanos especializados. Y no es muy difícil darse cuenta que Colombia tiene grandes carencias en esa materia. El 85 por ciento de los industriales entrevistados por los expertos norteamericanos aseguró que el sistema educativo colombiano no provee a ningún nivel el conocimiento necesario para que sus empresas puedan estar a tono con el desarrollo de la tecnología, lo que les coloca en situación de inferioridad con sus competidores en el mercado mundial.
Existen, finalmente, una scrie de intangibles que también son críticos a la hora de considerar los costos que tienen que asumir los productores nacionales que quieran competir en el mercado internacional. Tal es el caso de la inseguridad, la imagen del país en el exterior y la falta de comunicación entre los sectores público y privado a la hora de definir las grandes prioridades. Según los resultados preliminares del estudio,"la encuesta de Monitor muestra un gran desacuerdo sobre los objetivos nacionales, la eficiencia de las instituciones y los instrumentos gubernamentales, los efectos de la apertura y la actitud hacia la competitividad ".

UN CASO CONCRETO
Para muchos empresarios, el diagnóstico anterior no deja de ser un lugar común. Y lo es, en la medida en que sólo se refiere al entorno general en el que se desarrolla la actividad productiva en el país. Pero como lo dicen claramente los expertos de Monitor ese es uno de los puntos centrales en teoría de Porter los países no son competitivos en sí mismos. Las que son competitivas son las industrias, o como máximo las ramas industriales. Estas no lo serán, sin embargo, o tendrán enormes dificultades para serlo, si no encuentran un entorno favorable. Y lo que se presentó en Cartagena fue la situación de ese entorno.
El objetivo final del estudio mucho más ambicioso. La idea es llegar a identificar todos los factores que afectan la competitividad de una industria en particular, y en ocasiones de un solo producto. El mejor ejemplo es el estudio sobre el sector petroquímico que, como se dijo antes, es el único que ya está terminado. En dicho estudio se buscó determinar qué elementos influyen en la competitivida de las empresas productoras de polipropileno y cuál era la situación de la industria nacional con respecto a sus competidoras en México y Venezuela países con los cuales se espera concluir en poco tiempo un acuerdo de libre comercio.
Según las conclusiones de dicho trabajo, aparte de los problemas mencionados en el diagnóstico general que unos más, otros menos, están incidiendo sobre la competitividad de casi todos los sectores de la industria nacional en el caso de la petroquímica y de polipropileno en particular existen algunos obstáculos que es necesario superar para competir en condiciones de igualdad con las industrias de los países que conforman el Grupo de los Tres. Tal es el caso de la indefinición sobre la entidad responsable del desarrollo petroquímico, de las políticas para el manejo de las materias primas de propiedad del Estado y de las cargas impositivas aplicables a las inversiones en el sector.
Es más, la identificación de dichos obstáculos permitió, según el Ministro de Desarrollo, conformar un comité de carácter mixto que no sólo está estudiando las recomendaciones del estudio, sino que ha hecho progresos importantes en la fijación de las reglas de juego con las cuales se desenvolverá el sector en el futuro. Y la aspiración de los industriales es que a partir de allí se defina una verdadera estrategia petroquímica nacional.
En cuanto a los demás sectores metalmecánica, textiles, flores, cueros, artes gráficas, jugos de frutas y turismo los estudios apenas están en marcha. En el caso de textiles y de flores, que son los más avanzados, se han identificado algunos problemas puntuales. Pero faltan todavía algunos pasos para llegar a las recomendaciones finales. Y lo mismo pasa con los otros sectores. La idea es que todo el trabajo esté concluido a finales del mes de octubre, y que a partir de ese momento se pueda diseñar una estrategia para mejorar sus condiciones de competitividad. Incluida la referencia que hizo el Presidente de la República a la conformación de un Comité de Productividad, como el que existió en los Estados Unidos durante los gobiernos de Ronald Reagan y de George Bush.

UN NUEVO CLIMA
Pero mientras eso sucede, lo cierto es que la reunión de Cartagena sirvió para sentar las bases de una nueva relación entre el Gobierno y el sector privado. Y que el encuentro trascendió el objetivo inicial de analizar las conclusiones preliminares del estudio de Monitor. Como lo dijo la semana pasada el director de El País, Rodrigo Lloreda, en su columna habitual, el encuentro de Cartagena sirvió "para discutir a 'calson quitao' los inevitables problemas que distancian a los dos sectores y diseñar una estrategia conjunta para crecer y rrogresar".
La reunión sirvió para que, como suele suceder en este tipo de encuentros, los empresarios "pasaran su cuenta de cobro al Gobierno", como lo tituló un diario de la capital. Se escucharon de nuevo los reclamos de los últimos meses con respecto a la competencia desleal, al contrabando y a la falta de capacitación de los trabajadores. A la falta de inversión en infraestructura y en investigación. A los costos del transporte y la energía. A la tasa de cambio y la "amenaza China". Y a todos los demás factores que según ellos amenazan con echar por la borda los beneficios que ha producido el proceso de apertura.
Pero sirvió también para que el Gobierno dejara en claro cuál es su posición. Comenzando por una de las frases más duras del aplaudido discurso del presidente Gaviria: "Desacelerar la apertura no es cosa posible, porque la apertura está hecha". Y concluyendo con una admonición según la cual "si seguimos con el condicionamiento de que las cosas que hacen los gremios tienen que salir en los periódicos y tienen que tener un gran cubrimiento de medios, no vamos para ninguna parte".
En un discurso improvisado, que duró cerca de dos horas, el Presidente fijó la reglas de juego para la futura relación entre el Gobierno y los gremios.
Después de referirse una a una a las críticas formuladas por los empresarios, aclarando que había muchas cosas que no dependían de los recursos oficiales sino de las políticas que diseñara el Gobierno y que el Estado debería concentrar sus esfuerzos en los problemas de justicia y seguridad, y en construcción de algunas obras de infraestructura como las carreteras solicitó de los gremios una actitud positiva que "en vez de producir todo tipo de bravatas, tenga como función principal el cuidar la calidad de la politica económica".
Precisó, además, en el que algunos analistas consideran como uno de los puntos centrales de su discurso, que su intención no es conducir a Colombia hacia un desarrollo económico basado en el modelo coreano de apoyo estatal a unos pocos sectores productivos, sino a un esquema parecido al de Taiwan: "Más libre, más pequeño, con más industrias, con más libertad de mercado, con una política arancelaria y unas reglas de juego similares para todo el mundo". Es decir, hacia un modelo en el que sea el mercado y no el Gobierno el que escoja los sectores que se van a desarrollar.
En palabras de Lloreda,"la gran síntesis del discurso del Presidente es que, en su concepto, las cosas van bien y que no habrá, por lo tanto, cambios en las directrices gubernamentales durante el último año de su administración.
Lo curioso es que una posición tan radical, que debió caer como un balde de agua fría muchos de los empresarios reunidos en el Centro de Convenciones de Cartagena, fue recibida con el aplauso unánime de los asistentes ".
Más allá de la actitud asumida por los empresarios frente al discurso de Gaviria, sin embargo, la gran conclusión del encuentro de Cartagena es que a partir de ahora el debate económico en el país ha cambiado. Aunque todavía quedan algunos enemigos de la apertura, lo cierto es que para la mayoría de los empresarios el reto del momento es no dejarla fracasar. Y eso justifica, de por sí, buena parte de la inversión realizada en el estudio de Monitor. Pero si además se logran identificar los problemas que tienen los sectores analizados para competir en el mercado internacional y, como está sucediendo en el caso de la petroquímica, se adoptan algunas acciones para superarlos, es claro que el proceso de internacionalización de la economía colombiana habrá ganado un nuevo impulso. Todavía, sin embargo, es demasiado pronto para sacar conclusiones. Y sólo el tiempo dirá si podremos competir.
1· Colombia posee factores básicos sumamente positivos. Localización, clima, tierra fértil, materia prima, mano de obra barata cultura empresarial.
2· Estos factores básicos no han sido correctamente utilizados y mejorados. Las ocho primeras exportaciones colombianas dependen de los factores básicos (clima, localización ....)
71 por ciento de toda las exportaciones colombianas se basan en recursos naturales.
3. Como resultado de ello, Colombia no es una base favorable para exportaciones sofisticadas a nivel mundial.
El transporte, la energía y las telecomunicaciones son puntos críticos por desarrollar.
La seguridad,la ímagen internacional y una visión estratégica son los intangibles críticos
4. A pesar de que los retos son numerosos. el camino es claro los problemas son solucionables Construir mecanismos internacionales que pongan en relieve las fortalezas tradicionates, y se centren en clientes internacionales sofisticados en los segmentos de mayor productividad.
5. Los centros de decisión privados y públicos deben llegar a un acuerdo sobre las capacidades y debilidades de la nación.
El Estudio Monitor muestra grandes desacuerdos sobre los Objetivos Nacionales, la eficiencia de las instituciones e instrumentos gubernamentales, los efectos de la apertura y las actitudes hacia la competitividad.
6. El objetivo es un aumento paso a paso en la calidad de la administración de factores los objetivos cuantificables incluyen aumentos en: el ingreso per cápita, el porcentaje de los productos manufacturados en la porción de PIB y en las exportaciones, y el número de los segmentos competitivos.
7. Ahora es el momento
Colombia es miembro de tres de las cinco Zonas de Comercio del hemisferio occidental y tiene un acceso único a los Estados Unidos.