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| Foto: Guillermo Torrres

JUDICIAL

Cuidado con las bandas de extorsionistas exprés... están al acecho

En las últimas dos semanas la Policía y la Fiscalía han capturado 34 integrantes de dos organizaciones que extorsionaron a más de 100 personas. Los montos alcanzan los 2.000 millones de pesos.

17 de noviembre de 2016

La extorsión desde las cárceles del país se ha convertido en una fuente de recaudo de dinero para los delincuentes que purgan penas. No sólo por recibir dinero en efectivo, también porque no arriesgan su estructura delincuencial. El ‘negocio‘ parece rendir sus frutos, pues los reportes de la Policía señalan que tan solo dos bandas, cuyos integrantes fueron capturados en las últimas semanas, han recogido 2.100 millones de pesos. Una suma nada despreciable.

El tema va más allá. El reporte de la Policía Metropolitana de Bogotá señala que en las últimas dos semanas han sido capturadas 37 personas señaladas de pertenecer a organizaciones delincuenciales dedicadas a la extorsión. La preocupación de las autoridades se evidencia no sólo por los montos y las capturas, también por las denuncias que según los datos de la Policía, se han incrementado.

Policía capturó a la banda las ‘Truhanas‘. 

Dos casos llaman poderosamente la atención. El primero lo reportó la Policía de Bogotá, que junto con la Fiscalía capturó 13 personas dedicadas a la extorsión. Todos son presuntos integrantes de la banda los ‘Timadores’, quienes delinquían en Bogotá y municipios de Cundinamarca. Sus víctimas eran por lo general pequeños comerciantes que podían pagar sumas de entre dos millones y cinco millones de pesos.

La preocupación de las autoridades es grande y ha puesto énfasis en combatir las bien aceitadas bandas del crimen organizado. La Policía Metropolitana de Bogotá asestó un nuevo golpe esta vez contra la estructura de la banda las ‘Truhanas’, compuesta por 21 personas, 19 mujeres, que según la investigación delinquían bajo las órdenes de ‘Juancho’, ‘Cara de Puño’, ‘Revólver’ y ‘Pluma’, todos presos en la cárcel La Modelo.

¿Qué está pasando? una parte de la respuesta la tiene el comandante de la Policía de Bogotá, general Hoover Penilla, quien dejó entrever que en los centros de reclusión no se hace control a los teléfonos. “No es un tema nuevo que en las cárceles se presentan inconvenientes con los teléfonos fijos que existen o los teléfonos celulares que ingresan”, dijo.

El secretario de Seguridad de Bogotá, Daniel Mejía, apoya esa idea. Reconoció que los bloqueadores de señal en las cárceles no funcionan adecuadamente por “tutelas, problemas internos, reclamos de los familiares y los abogados de los presos (...) hay que hacer un llamado al gobierno nacional para el control de las cárceles”. Los abogados interponen todo tipo de querellas para impedir que los presos queden incomunicados.

Cómo operan

Los investigadores de la Policía tienen bien definido el perfil de los integrantes de estas organizaciones delincuenciales. Por lo general, los jefes están presos en las cárceles del país y reciben en las visitas información de sus cómplices que están en la calle.

La Policía ha determinado que las llamadas se hacen desde teléfonos fijos o celulares desde las cárceles. Con la escasa información marcan aleatoriamente a los teléfonos que ya conocen.

Oiga: Dos presos hablan de extorsión (modalidad tía) desde teléfonos celulares 

Así extosionan

Otro caso

A las víctimas les dicen que son integrantes de la Policía y que en el momento están realizando un procedimiento de judicialización, en lo que se destaca la captura. También les dicen a sus víctimas que sus familiares están comprometidos con graves accidentes de tránsito. Para que el procedimiento no se lleve a cabo, exigen pago en dinero que debe ser consignado en cuentas bancarias.

Las víctimas por lo general son personas de clase media, pequeños comerciantes o trabajadores, incluso pensionados.

Aunque la Policía está actuando en contra de estas bandas y constantemente hace llamados para que denuncien este tipo de situaciones en la línea 165, lo cierto es que el tema está desbordado y es necesario que se revise la política carcelaria, que al parecer es laxa con las llamadas que pueden hacer algunos presos desde las cárceles.