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| Foto: Policía Nacional

SEGURIDAD

La sorpendente fábrica de licor adulterado

La policía de Bogotá desmantela una fábrica ilegal de bebidas alcohólicas y que, según su versión, iba para locales del Parque de la 93.

24 de julio de 2014

Sorpresa causó en las autoridades el hallazgo de una fábrica de whisky en el sector de Prado Veraniego, localidad de Suba en Bogotá. El sitio no era una anaquel más, allí se hacía licor tan idéntico al original, que al consumidor le queda casi imposible identificarlo. 

En el lugar fue capturada una pareja conocida como los ‘suizos’, que según la Policía Metropolitana de Bogotá, elaboraban con alcohol y otros elementos mil botellas de diferentes marcas de whisky a la semana. Entre ellas Old Parr, Chivas y Buchanan's. La característica del olor a madera es tan similar al original, que es casi imposibles de descubrir. 

Una vez el licor adulterado estaba listos se entregaba a otras personas que lo vendían en la zona del centro de la ciudad, de donde posteriormente era distribuido a lugares de rumba como el parque de la 93 y la avenida Primero de Mayo en Kennedy. 

En el sitio se encontraron 500 botellas de whisky adulterado cuyo costo es de 80 millones de pesos en el mercado. Allí se hallaron sellos falsos, empaques y diferentes licores. 

A los delincuentes elaborar una botella de licor adulterado les cuesta entre 7.000 y 10.000 pesos. Mientras a los consumidores les llega a precios superiores a los 100.000 pesos, en un sitio de rumba exclusivo de la capital del país. 

Además del daño que hacen a la salud de quienes consumen el licor, está también la afectación a la economía, porque estas fábricas clandestinas, por obvias razones, no pagan impuestos al país. 

“La fabricación original obedece a un proceso de fermentación, destilación y añejamiento lo cual genera un sabor característico a la madera y este producto no lleva a cabo ese proceso, es elaborado a base de alcohol. Sin embargo, se han tomado el trabajo de conseguir pigmentaciones que le dan casi un sabor original, lo que hace que el consumidor no se dé cuenta”, señaló el coronel Esteban Guzmán, comandante operativo de la Policía en la zona Norte de Bogotá. 


La Policía continúa con la investigación, pues cree que pude haber más botellas en el mercado y otras personas involucradas en el hecho delictivo, teniendo en cuenta que la fábrica tendría ocho meses de estar funcionando. 

Las recomendaciones son las de revisar muy bien el licor que se va consumir, este debe saber a madera. Ver la etiqueta y el sello. Luego de que se termine la bebida es necesario romper las etiquetas e incluso dañar la botella para así evitar que las reciclen para fábricas clandestinas.

Las autoridades le atribuyen al exceso de consumo de alcohol y en especial al adulterado, muchos de los actos violentos que se cometen en los lugares de rumba de la ciudad, pues se afecta los sentidos de las personas, volviéndolas más intolerantes.