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LA IDEA les HA GENERADO TANTO ENTUSIASMO, QUE EL POLO Y LOS VERDES YA TIENEN COMPROMISARIOS PARA HABLAR DEL TEMA CON FAJARDO | Foto: NAC COALICION 1829

POLÍTICA

Partidos minoritarios: coalición o muerte

El Polo Democrático y los Verdes intentan una alianza nada fácil que puede ser decisiva para su supervivencia. De no ponerla en marcha, podrían quedarse sin senadores.

20 de mayo de 2017

El Polo Democrático Alternativo y la Alianza Verde son partidos jóvenes. Sin embargo, ambos ya hacen parte del paisaje político y desde hace casi una década son opciones alternativas al bipartidismo. Han tenido candidatos presidenciales con posibilidades, se han peleado Alcaldías en capitales como Bogotá y han inclinado la balanza en más de una elección. De cada diez colombianos, uno se identifica con el Polo y otro con los verdes.

Pero las elecciones parlamentarias de 2017 demostraron que ambos partidos podrían estar en riesgo de desaparecer en el Senado. Cada uno de ellos logró 5 curules en las últimas elecciones y pasó raspando el umbral del 3 por ciento para lograr esos escaños: el Polo con el 3,78 por ciento de la votación y la Alianza Verde con el 3,94 por ciento. Aunque ambas colectividades han hecho ruido en el Congreso y cuentan con figuras de visibilidad nacional, su escenario electoral para las próximas elecciones se ve cuesta arriba.

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En el caso del Polo, las peleas internas –que en 2014 no habían generado rupturas– explican parte de las dificultades para mantener su representación en el Congreso. Su actual candidato presidencial, Jorge Enrique Robledo, ya no estará en la lista a Senado, lo cual podría afectar las posibilidades de las toldas amarillas de pasar el umbral. Por un lado, porque con 191.000 votos Robledo, quien fue el senador con más sufragios hace tres años, jalonó la votación de su partido. Por otro, porque con la salida de Clara López perdieron una figura con visibilidad y energía para impulsar la lista. Electoralmente, detrás de Robledo vienen figuras como Iván Cepeda y Alexánder López, que han logrado posicionarse con protagonismo en el proceso de paz y en las reivindicaciones sindicales, pero que no tienen su mismo caudal. Mientras en la última elección Cepeda obtuvo 78.000 votos, López logró 33.000.

En el campo verde ocurre algo similar. Claudia López, quien sacó 81.120 sufragios, tuvo la mayor votación de ese partido. En la medida en que López ya anunció que será candidata, tampoco estará en la lista al Senado. En votos le siguió Antonio Navarro con 51.000. Los otros tres elegidos, Jorge Iván Ospina, Iván Name y Jorge Prieto, no suman 70.000 votos. Y figuras como la representante Angélica Lozano o el concejal Antonio Sanguino podrían estar en la lista al Senado pero, a pesar de que sus carreras están en ascenso, aún no es clara su fuerza para jalonar la lista.

Con esa preocupación, sumada a la llegada de las Farc a la política y al hecho de que voceros del exgrupo guerrillero ocuparán cinco curules en el Senado, Polo, Verdes y Mira le insistieron al gobierno que bajara el umbral al 2 por ciento de la votación. Sin embargo, este se opuso argumentando que un umbral tan bajo volvería a abrirles la puerta a los ‘partidos de garaje’, y en el proyecto de reforma política que acaba de radicar lo dejó en el mismo 3 por ciento vigente desde 2003.

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Ante las anteriores circunstancias, los minoritarios vienen trabajando en una estrategia que hasta ahora no se ha ensayado en Colombia: la posibilidad de hacer listas de coalición para presentar al Congreso de la República. En varias reuniones, miembros del Polo y de los verdes han coincidido en que una alianza congresional alrededor del tema de la lucha contra la corrupción podría convertirlos en una fuerza capaz de elegir más de 20 senadores. A esa iniciativa quieren sumar a Compromiso Ciudadano, el partido que busca formar Sergio Fajardo, y eventualmente al Mira. Este último rompió en 2015 su tradición de no participar en coaliciones cuando se sumó a un sector de la Alianza Verde para apoyar la candidatura de Rafael Pardo en Bogotá.

La idea genera tanto entusiasmo, que ya los verdes y el Polo están nombrando compromisarios para avanzar en los acercamientos con Fajardo. En el Polo, Robledo es uno de los que más defienden la posibilidad de que se puedan poner en marcha las coaliciones entre minorías, y en la Alianza Verde ha liderado este proceso Sanguino, el presidente del partido. Los defensores de la alianza en ambas agrupaciones creen que una coalición para el Congreso debe ir de la mano de una alianza para elegir un candidato presidencial único, sobre la base de una propuesta programática concertada. La lucha contra la corrupción, aseguran, es la bandera que los une.

Varias fuentes de la Alianza Verde afirman que la exministra Clara López, quien también defiende una coalición de minorías, los ha buscado para hacer parte de una “gran alianza de fuerzas alternativas”. Sin embargo, es poco probable que López termine uniéndose con estos dos partidos. Por un lado, por la tensión existente entre ella y Robledo, que la dejó por fuera del partido. Por otro, porque figuras verdes insisten en que su proyecto no puede diluirse en una campaña de izquierda. Y aunque en el fondo Robledo se ubica más a ese lado del espectro político que Clara, asumen que él representa más la bandera anticorrupción que ella. “Por nuestra parte, es claro que Fajardo, el Polo, eventualmente el Mira, podrían hacer parte de esta propuesta por la transparencia. No pensamos en Clara, ni en Petro”, asegura Angélica Lozano. La posición de Navarro es similar: “Clara está pensando en una coalición de naturaleza muy distinta, para defender el acuerdo de paz. O sea, un gobierno de transición, y nosotros buscamos un gobierno de cambio”, dijo en marzo a SEMANA.

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Por lo anterior, el mundo político da por hecho que simultáneamente a la de los verdes, el Polo y el MIRA, se estarían tejiendo lazos entre Clara López, la Unión Patriótica, algunos sectores de la Marcha Patriótica a la que está vinculada Piedad Córdoba y los progresistas de Petro para armar su propia coalición para el Congreso. De hecho, públicamente el exalcalde de Bogotá la invitó a tomarse un café para hablar de convergencia.

La posibilidad de armar listas de coalición quedó consignada constitucionalmente cuando fue aprobada la Ley del Equilibrio de Poderes. Esta establece que podrán armarse estas coaliciones entre partidos cuyos votos efectivos en la última elección sumen como máximo el 15 por ciento del umbral, para la respectiva corporación a la que aspiren.

A pesar de que hasta ahora las buenas intenciones indican que podría darse la coalición entre los minoritarios presentes en el Congreso, hay dos dificultades para superar. Primero, hacer una alianza con el esquema de lista cerrada propuesto por el gobierno en la reforma política. Como en una coalición definir con bolígrafo qué puesto ocupa cada quién es difícil, deberían apelar a la reciente decisión de la Corte Constitucional sobre el fast track e intentar modificar ese aspecto para aglutinarse con el esquema de voto preferente.

De otra parte, los interesados en esta coalición deberán superar egos partidistas e individuales. El Polo y los verdes tienen candidatos interesados en los mismos departamentos, a los que se les dificultaría competir en la misma lista. Es el caso, por ejemplo, de lo que podría pasar con Alexánder López (Polo) y Jorge Iván Ospina (Verde), ambos con fortines electorales en Valle del Cauca.

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Pero el reto más complejo es definir las reglas de juego para una candidatura presidencial única. Si quieren salvar su presencia en el Congreso, tendrán que elegir cómo escoger un solo aspirante, bien sea por medio de una encuesta o una consulta. Aunque la decisión no será fácil, pues los electorados de Robledo, López y Fajardo no necesariamente son coincidentes, deberán tomarla pronto si no quieren caer en el riesgo de que cada uno de sus partidos tenga un candidato presidencial apoyado por listas diferentes y en riesgo de no llegar al Congreso.