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Jorge Pretelt y Clara Rojas | Foto: Archivo particular

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Pretelt y los efectos colaterales contra su abogado

Abelardo de la Espriella fue denunciado ante el Consejo Superior de la Judicatura por una supuesta intención de entorpecer el proceso contra el magistrado.

17 de diciembre de 2015

La decisión de la Cámara de Representante de aprobar la acusación al magistrado Jorge Pretelt ha generado todo tipo de reacciones. Muchos exigen su salida de la Corte Constitucional y hasta el presidente Juan Manuel Santos le ha pedido la renuncia al togado. Sin embargo, la actuación que se adelanta contra ese jurista ha tenido tantos tropiezos, que muchos piensan que no sólo Pretelt debe ser investigado.
 
Para la representante a la Cámara por Bogotá Clara Rojas, el abogado defensor del magistrado, Abelardo de la Espriella, también debería ser indagado. Por eso radicó una queja disciplinaria contra el jurista, por considerar que sus actuaciones son una clara muestra de las maniobras dilatorias que han marcado el ejercicio de la defensa del togado.
 
La discusión en torno al proyecto de acusación contra Jorge Pretelt estuvo muy cerca de ser aplazada para el primer período legislativo del 2016. Varias recusaciones e impedimentos que presentaron los propios legisladores amenazaban con imposibilitar la dimisión del caso en la plenaria de la Cámara de Representantes.
 
Para algunos, muchos de los recursos eran infundados y sólo buscaban impedir que la Cámara pudiera estudiar el tema de fondo. Las miradas se dirigieron al abogado defensor Abelardo de la Espriella. Para algunos congresistas y otros interesados en el caso, era evidente y manifiesto su propósito dilatorio.
 
La parlamentaria Clara Rojas hacía parte de ese grupo. De ahí que le pidiera al Consejo Superior de la Judicatura que investigara la conducta del abogado y ahora el Consejo Seccional de la Judicatura de Bogotá deberá determinar si encuentra o no méritos para abrirle una causa disciplinaria.
 
En el escrito en el cual se presenta la queja, se describen los recursos que interpuso De la Espriella, pese a la existencia de otras solicitudes y declaraciones de congresistas que se preguntaban si debían ser apartados o no del debate y que debían ser resueltos por la plenaria de la Cámara.
 
El texto indica que en tres ocasiones la discusión se aplazó debido a las recusaciones que presentó el abogado en dos fechas distintas. La primera fue el 3 de diciembre, cuando pidió apartar de la discusión a cinco representantes. El segundo aplazamiento se produjo el 10 de diciembre, cuando el jurista recusó a 18 legisladores más. La presentación de los recursos, dice, impidió que el caso se pudiera discutir en la sesión que se adelantó cuatro días después, mientras la Comisión de Ética de la Cámara no resolviera impedimentos y recusaciones.
 
Además, para la quejosa, también es irregular que de la Espriella la haya recusado, pese a que ella misma se había declarado impedida. Lo hizo el 2 de diciembre, un día antes del primer aplazamiento, por considerar que haberse referido a las denuncias contra Pretelt en las redes sociales se podría constituir en una causal válida para marginarse del debate.
 
Para la representante Clara Rojas, es probable que el interés de De la Espriella no fuera simplemente evitar que personas con intereses en el caso participaran en su dimisión. Al contrario, cree que es posible que el defensor pretendiera entorpecer la labor de la plenaria de la Cámara, responsable de determinar si se debía aprobar o no el proyecto de acusación contra el magistrado.
 
Así las cosas, en los próximos días el Consejo Seccional de la Judicatura de Bogotá deberá determinar si abre o no un proceso disciplinario contra Abelardo de la Espriella. Como quien dice, el defensor podría sufrir un daño colateral, como consecuencia del proceso que enfrenta su acusado poderdante.

La respuesta de De la Espriella


En diálogo con Semana.com, el jurista calificó de “absurda y temeraria” la queja. Dice que no lo pueden procesar por defender técnicamente a un magistrado de una alta Corte.

Para él, no hay nada raro en recusar a 15 congresistas. Explicó que se trata de menos del 10 % del total de integrantes de la Cámara y que lo hizo porque encontró que expresaron su opinión previa sobre el caso Pretelt en las redes sociales.

“En otras palabras, lo prejuzgaron sin conocer las pruebas. Esa queja no tiene vocación de prosperar, es un intento desesperado por llamar la atención y amedrentar, cosa que, por supuesto, no lograrán. Seguiré dando esta pelea, a pesar de las presiones y las constantes violaciones a las garantías mínimas de un procesado, por una razón elemental: estoy convencido de la inocencia de Pretelt”, dijo.

Según él, es indudable que se trata de una represalia por haber asumido este compromiso. Anunció que denunciará penal y disciplinariamente a la congresista Clara Rojas porque “es ella la autora de esa farsa”.