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El artista estadounidense Prince durante un concierto en Antwerp, Bélgica. | Foto: EFE

GENTE

El mundo llora a Prince

El excéntrico músico de talento desbordante fue hallado muerto a sus 57 años en su estudio, y se suma a pérdidas sensibles este año como la de David Bowie.

21 de abril de 2016

Para muchos Prince se vio opacado por la estrella gigante que se convirtió su contemporáneo Michael Jackson, pero este nunca se quejó, de hecho, aprovechó que alguien más se llevara las primeras planas para dedicarse, con sus reglas y a su manera, a hacer la música que le venía en gana.

El artista armó así una carrera en la que vendió más de 100 millones de discos, ganó siete premios Grammy compuso música para cine, medio en el que también actuó y dirigió. Nunca, a pesar de sus idas y vueltas anímicas, puso en duda su integridad artística. Muy recordados fueron sus aportes a la película Purple Rain, e incluso su aporte a Batman, de Tim Burton.

Hace seis días fue internado en una clínica con un caso agudo de gripa. Pero salió, a pesar de que muchas fuentes cercanas aseguraban que se encontraba débil. Aun así era difícil predecir que a sus 57 años moriría hoy, viernes, en su estudio en Paisley Park, Minnesota, en el complejo que llamaba su casa. El portal TMZ fue el primero en confirmarlo y desde ya se siente alrededor del mundo el impacto de perder otro artista ingenioso y virtuoso como pocos, tal como a su manera lo era David Bowie. El 2016 ha sido un año duro para la música, y este hecho lo confirma.  

Su música, su imagen y su nombre fueron tan plásticos como su cuerpo, un elemento que usó como instrumento, desde sus movimientos y pasando por su ropa en el escenario. Y los instrumentos eran su especialidad. Guitarrista excelso, pianista extraordinario, se desenvolvía con soltura mágica en el estudio donde ejecutó, grabó y produjo. Compuso su primera canción a los 7 años y no se detuvo. Se hizo llamar Prince, dejó de llamarse así para convertirse en un símbolo, luego se hizo llamar “El artista antes conocido como Prince”. Más que un artista, llegó al estatus de concepto.

Tan solo el jueves pasado Prince Rogers Nelson, su nombre de pila, se había presentado en Atlanta, en la gira que venía ofreciendo y en la que agotaba boletería. En este, según asistentes, se le vio entero y dando todo en el piano. Pero también había cancelado hace poco un par de presentaciones, e incluso, descompensado, había forzado a interrumpir un vuelo para recibir asistencia.

Desde el 2004 tiene su lugar bien ganado en el Salón de la Fama del Rock’n’Roll, aunque por sus características, bien merecería tener un salón para él solo.