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| Foto: Archivo SEMANA

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FARC: el cese bilateral no se puede condicionar

Aunque el grupo guerrillero resalta que quiere firmar la paz con este Gobierno, advierte que un eventual desescalamiento del conflicto no se puede condicionar a una concentración y dejación de armas.

7 de julio de 2015

Los países garantes del proceso de paz, Cuba y Noruega, pidieron este martes al gobierno de Juan Manuel Santos y a las FARC estudiar un "desescalamiento urgente" del conflicto armado que lleve a un alto el fuego bilateral y definitivo.

"Instamos a las partes a restringir al máximo las acciones de todo tipo que causan víctimas y sufrimientos en Colombia, y a intensificar la implementación de medidas de construcción de confianza", dijo Roberto Benítez, que estuvo acompañado por la diplomática noruega Idun Aarak Tvedt, quien leyó la misma declaración en inglés.

En el documento, Cuba y Noruega expresan su "profunda preocupación" por el recrudecimiento del conflicto en medio del proceso de paz, del que Chile y Venezuela son países acompañantes.

De acuerdo con los garantes, los avances logrados en la mesa de negociación y los acuerdos parciales en tres temas de la agenda quedan en riesgo debido al significativo escalamiento que ha alcanzado la violencia en el país desde que el Gobierno levantó la suspensión de los bombardeos y las FARC le pusieron punto final a la tregua unilateral.

Las FARC agradecieron de inmediato el llamado de los cuatro países que participan en el proceso de paz, que comenzó en noviembre del 2012.

"Agradecemos el llamamiento a las partes que en el día de hoy han hecho los países garantes del proceso de paz, Cuba y Noruega, y los países acompañantes del mismo, Venezuela y Chile, al desescalamiento urgente del conflicto armado", dijo a la prensa el jefe negociador de la guerrilla, Iván Márquez.

Aunque en el comunicado resaltan que en manos del Gobierno y las FARC está la posibilidad de poner punto final a los choques armados, advierten que un eventual desescalamiento del conflicto no se puede condicionar.

"Es un asunto de voluntad política que no se puede condicionar a exigencias de sometimiento penal, ni a exigencias prematuras de concentración de la guerrilla, ni de dejación de armas. Más bien debiera iniciarse sin más pérdida de tiempo el desmonte del paramilitarismo", dicen.

Se trata de una solicitud que debe ser estudiada ampliamente por los negociadores de La Habana. Pese a que desde hace varios meses la 'subcomisión técnica para fin del conflicto' viene trabajando, desde un principio el Gobierno advirtió que de llegar a un cese al fuego bilateral se haría tras la firma del acuerdo y no durante la negociación.

Durante varios meses ambas partes mostraron voluntad para desescalar el conflicto en el país. Por un lado la guerrilla dio inicio a un cese al fuego unilateral, por el otro, el Gobierno anunció la suspensión de los bombardeos. Sin embargo, tras el ataque de las FARC en el que murieron 11 militares, y el bombardeo en Cauca que dejó 26 guerrilleros muertos, las confrontaciones armadas aumentaron y con ellos, la tranquilidad de los colombianos.

De ahí la importancia del comunicado que emiten este martes los países garantes. Su solicitud llega en un momento en que la guerrilla terminó un cese unilateral y recrudeció sus actividades en algunas zonas del país contra miembros de la fuerza pública y contra la infraestructura petrolera.

Hace algunos días, Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador, advirtió en entrevista con Juan Gossaín que "hay una presión de las FARC para buscar un cese bilateral del fuego. Esa es su prioridad. Nosotros hemos dicho: cese del fuego bilateral y definitivo, pero no solo del fuego sino también de las hostilidades, la extorsión el narcotráfico. Eso sí: en condiciones de seriedad y de verificación".

En ese sentido, les dijo a las FARC: "si lo que están buscando con estos atentados es un cese del fuego mal hecho –como en el juego infantil llamado “estatua”, en que el otro tiene que quedarse quieto, no lo vamos a hacer. No habrá cese del fuego estatua. Entre otras cosas porque aquí hay otras fuentes de violencia, distintas a las FARC, y no podemos decirle a la fuerza pública que se esté quieta. Si quieren un cese del fuego, el Gobierno está dispuesto a anticiparlo, para lo cual son fundamentales las zonas de concentración. Ese es el camino".

A pesar de estas dificultades, los equipos negociadores continúan con los diálogos de paz en La Habana, en un ciclo que concluirá el próximo lunes y en el que las partes discuten el punto de la reparación a las víctimas.