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El senador Jorge Iván Ospina aterrizará en La Habana el próximo 24 de junio. | Foto: Archivo particular

PROCESO DE PAZ

El senador de la Alianza Verde que va a La Habana

Hace 30 años Jorge Iván Ospina presenció la muerte de su padre, uno de los comandantes del M-19, a manos del Ejército. Se reunirá con los negociadores del Gobierno y las FARC en la recta final del proceso de paz. ¿A qué va?

21 de junio de 2016

Los hechos que sucedieron la noche del 28 de agosto de 1985, en el barrio ‘Los Cristales’ de la ciudad de Cali, aún no se borran de la mente del senador Jorge Iván Ospina. Entre 500 y 1.000 hombres del Ejército y la Policía (las versiones periodísticas nunca se pusieron de acuerdo) allanaron la casa en la que vivía junto a su padre, Iván Marino Ospina, uno de los jefes de la guerrilla que más inquietaba al Gobierno por aquellos años, el M-19

En aquel operativo, una de las balas disparadas por los francotiradores le atravesó el tórax a su padre, y le segó la vida. “Me mataron. Cuida a tus hermanos”, fueron las últimas palabras que el reconocido comandante del M-19 le susurró antes de quedar paralizado. “Lo retiré de la línea de fuego mientras se agudizaba el tiroteo, le cerré sus ojos, grité por unos minutos”, recuerda el senador.  

Jorge Iván tenía 20 años y estudiaba medicina en el Instituto Victoria de Girón de La Habana (Cuba). Había regresado a Colombia para ser testigo de lo que en ese entonces se llamó el “diálogo nacional”, que no era otra cosa que un nuevo intento por alcanzar la paz entre el Gobierno (del presidente Belisario Betancur) y las guerrillas, del que Iván Marino Ospina fue protagonista.

Tras la muerte de Jaime Bateman, Iván Marino asumió la jefatura del M-19 y en esa condición celebró en Madrid la polémica y controvertida entrevista con el presidente Betancur, de la que saldrían los acuerdos de tregua de 1984.

Pese a la posibilidad de la paz, hay unas palabras de su padre que Jorge Iván califica de premonitorias: “En una guerra es muy fácil morir y en esta guerra que libra el M-19 muchas personas morirán antes de conquistar la paz”. Desde entonces, Jorge Iván es uno de los colombianos que esperan el significado de esas tres letras (PAZ).

Han pasado 30 años desde la muerte de su padre y el país, más que nunca, está a la expectativa por un proceso de paz, esta vez con las FARC, del que dependerá el final de más de medio siglo de conflicto armado.

(Podría leer: “Para el 20 de julio espero haber cerrado las negociaciones”) 

Las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla están en su recta final y en esa instancia el senador Jorge Iván Ospina aterrizará en La Habana y se sentará por separado con los negociadores de las FARC y del Gobierno. Su viaje, autorizado por el Gobierno, se producirá este viernes 24 de junio.

Lo hará como parte de la delegación de la Alianza Verde, uno de los pocos partidos políticos que aún no se han reunido con las partes en la Mesa de negociación. Lo hará en representación de la bancada de congresistas y lo acompañarán el concejal Antonio Sanguino (copresidente del partido) y Carlos Ramón González (director ejecutivo).

Aunque la Alianza Verde ha manifestado su público respaldo a la paz e incluso ha iniciado una campaña por el Sí al plebiscito, tiene una lista de “observaciones” y “preocupaciones” frente al proceso, y más aún en torno al posconflicto. Según Ospina, preocupan la institucionalidad, los recursos para el posconflicto y la agenda orientada para que las FARC no pierdan control de su tropa y para que el proceso de reinserción no sufra contratiempos.

El senador dice que esa fase de reincorporación debe contar con procesos educativos de lo que llama “desaprendizaje de la violencia”, además de componentes de inserción laboral, verdad, perdón y reparación.

Además, advierte que la Alianza Verde quiere exponer las experiencias positivas y negativas de posconflicto en el pasado. Negativas como las de Centroamérica, donde se elevaron los índices de criminalidad, y positivas como la del M-19, donde la participación en actividades ilícitas fue escasa, experiencia de la cual él se considera hijo. “Nuestra historia es una demostración de que sí se puede”, dice al recordar su paso como alcalde de Cali y ahora su ejercicio como congresista.

Otro de los propósitos de su visita, asegura Ospina, es sensibilizar a las FARC de la importancia de la actividad política y la celeridad para la firma de los acuerdos definitivos. También compartir ideas en torno a la paz territorial y el desarrollo incluyente.

Pero quizá la principal preocupación que le asiste a la Alianza Verde tiene que ver con el Gobierno, y es la importancia de tener listos los recursos para la paz. Hijo de guerrillero y dirigente político, Ospina será otro de los senadores en conversar con el Gobierno y las FARC en La Habana.