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| Foto: Guillermo Torres

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La reacción del Procurador contra los diálogos entre el Gobierno y el ELN

El jefe del Ministerio Público cree que el Gobierno parece interesado en legitimar el secuestro y la extorsión.

30 de marzo de 2016

Más se demoraron los medios de comunicación en revelar el preacuerdo entre el Gobierno y el ELN para iniciar una negociación formal, que el procurador Alejandro Ordóñez en arreciar contra esa determinación.

El jefe del Ministerio Público se opuso al anuncio porque cree que esa determinación de la administración del presidente Juan Manuel Santos parece legitimar el secuestro y la extorsión. Eso, a propósito de las condiciones en las que se produjo la liberación del ingeniero Ramón Alfonso Cabrales, cuya familia tuvo que pagar una multimillonaria suma al ELN.

Ordóñez no cree que la vuelta del exsecuestrado al seno de su familia sea la muestra de buena voluntad que el país esperaba conocer para que el Gobierno iniciara las negociaciones de paz con ese grupo. Dado que la liberación del exfuncionario de Ocaña (Norte de Santander) no fue sólo un gesto unilateral de la guerrilla, sino el producto del pago de una exigencia de dinero, el jefe del organismo de control considera que el anuncio sobre el inicio de las negociaciones es casi como legitimar el crimen, especialmente el secuestro.

Además, anotó que siguen matando policías, atentando contra la infraestructura y victimizando la población civil. De ahí un argumento adicional para defender su repudio a esta noticia.

El alto funcionario dijo que no le sorprendería para nada que ahora cuando la Fiscalía ha empezado a trabajar en la imputación de delitos contra los guerrilleros del ELN por los hechos relacionados con el conflicto, lo que siga sea suspender las órdenes de captura contra los perpetradores de tanta violencia.
También aprovechó la oportunidad para seguir expresando su enojo por la suspensión de los procesos penales que se siguen en contra de los miembros de las FARC.

Finalmente, criticó la participación de Venezuela como uno de los seis Estados garantes de las conversaciones. Para él, es evidente que la presencia de esa Nación ha dejado de ofrecer esa imparcialidad que se espera frente a este tipo de procesos.