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tu El procurador Alejandro Ordóñez tiene asegurada su reelección. En la terna también están la magistrada María Mercedes López y el abogado Orlando Gallo Suárez . | Foto: DANIEL REINA ROMERO/SEMANA

POLÍTICA

¿Procurador por W?

La reelección de Alejandro Ordóñez en la Procuraduría es casi un hecho. ¿Por qué el presidente Santos prefirió no apostarle a un candidato fuerte para que le compita?

10 de noviembre de 2012

Después de diez meses el gobierno salió de una encrucijada que lo tuvo en ascuas. Hace dos semanas anunció su candidata para la terna a procurador. Escogió a la magistrada del Consejo Superior de la Judicatura María Mercedes López. La jurista cumple con varias características que la hacen una figura idónea. Es conservadora, con lo cual el presidente manda el mensaje de que cumplió con la promesa de dejar en manos de los godos la Procuraduría. Es mujer, con lo que cumple con la cuota de género (aunque en este caso no es obligatoria). Y se ha dado peleas duras con sus colegas en aras de la transparencia del Consejo. Ha demostrado que también sabe jugar duro: tan pronto la ternaron puso al Senado a discutir un aplazamiento de la fecha de la elección y le pidió al procurador Alejandro Ordóñez que se retire del Ministerio Público mientras se surte la campaña.

Pese a todas estas características positivas en lo personal, López la tiene cuesta arriba para ganarse al Senado, donde la variable es política. Allí el procurador está prácticamente elegido. "No había quién le compitiera a Ordóñez", dijeron varios congresistas a SEMANA.

La candidatura del procurador llegó a ser tan robusta que era difícil que alguien se le midiera a una competencia. Esto se explica porque la campaña para reelegirlo arrancó, al igual que la de su primera elección, muy temprano. A comienzos de febrero pasado, Ordóñez anunció que quería seguir en el cargo. Dijo que ya había hablado con el presidente Santos sobre esa posibilidad. Y comenzó el lobby. En ese momento, Ordóñez estaba confiado. Pero pasaron casi seis meses y el gobierno aún no anunciaba que pondría al procurador en la terna. En consecuencia, el jefe del Ministerio Público acudió a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, quienes finalmente lo postularon en agosto. El hecho fue interpretado por algunos como una jugada de desconfianza de Ordóñez. Pero para ese momento ya había sumado los apoyos del Partido Liberal y del Partido Conservador (su partido de origen).

Con la jugada de Ordóñez, Santos se enfrentó a un dilema: buscar un candidato más liberal, cercano ideológicamente al gobierno y ganarse el favor de un sector de la opinión o "mantener a su lado a los azules", como dijo el senador conservador Hernán Andrade. La posición era incómoda. Un sector de la sociedad pedía al mandatario que fuera consecuente con su ideario y propusiera un candidato de ideas progresistas, mientras que el Partido Conservador, el segundo más importante en tamaño de la coalición de gobierno con 22 senadores, ya había comprometido a Santos a apoyar a Ordóñez.

Y así pasó el tiempo. Hubo quien llegó a especular que el presidente estaba esperando a que llegara el fin de año y se debilitara la candidatura del procurador. Entre tanto esta seguía fortaleciéndose pese a que se supo que en la Procuraduría se contrataron personas cercanas a los magistrados y a que varias de sus decisiones causaron polémica. Todo gracias a que Ordóñez desplegó una inteligente y efectiva estrategia de encontrarse, uno a uno, con los miembros de las bancadas.

El presidente, por su parte, buscó figuras de peso como a los exmagistrados Jaime Arrubla y Rodrigo Escobar, según le contó una fuente de Presidencia a SEMANA. No obstante, ninguno se le midió a enfrentarse a Ordóñez.

Al final se impuso el pragmatismo político. Presidente y procurador limaron asperezas en una cena hace casi un mes. Aunque nadie lo confirma es muy probable que en el encuentro los dos hablaron de un tema controversial: la apuesta por la paz. Ordóñez ha criticado el proceso y se ha declarado escéptico. No obstante, seguramente se comprometió a no ser un palo en la rueda, y el mandatario salió de la encrucijada. Dos semanas después el presidente sacó su carta: la magistrada Mercedes López.

En los corrillos políticos se dice que "es pelea de tigre con burro amarrado", y que esa era la jugada que faltaba para que el procurador estuviera tranquilo, pues así se hará la elección mientras sigue en funciones y ostenta más poder. En todo caso, el presidente prefirió mantener la coalición unida antes que ganar un posible pulso político que a la postre podía salir caro.