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JUSTICIA

Exdefensor del Pueblo: malgeniado pero no acosador laboral

La Procuraduría archivó la investigación disciplinaria por el escándalo que denunció su secretaria privada Astrid Helena Cristancho. Funcionarios de la entidad aseguraron que su jefe sí era colérico pero no abusador. Uno de ellos agregó que Jorge Armando Otálora tenía con ella una relación sentimental. 

27 de enero de 2017

El estruendoso escándalo que le costó el cargo al exdefensor del Pueblo Jorge Armando Otálora no tuvo el mis peso en la Procuraduría General de la Nación, que acaba de archivar el proceso disciplinario en su contra por acoso laboral.

A comienzos del año pasado, por cuenta de las versiones del maltrato a sus funcionarios y el supuesto acoso sexual a su Secretaria Privada Astrid Helena Cristancho, Otálora presentó su renuncia ante la Cámara de Representantes. Fotos, chats, conversaciones saltaron a los medios de comunicación. 

Diez meses después el ente de control reconstruye el caso con decenas de testigos y llega a la conclusión que aunque existe una “apreciación general” del mal temperamento de Otálora, en ningún momento este es calificable de maltrato laboral. “En ocasiones pudo haber utilizado un tono de voz fuerte, e inclusive gritos; pero también es cierto que siempre lo hizo dentro del contexto funcional y que por tanto la exigencia del cumplimiento de los deberes de cada uno de los servidores públicos no puede interpretarse como una conducta aferrada a un acoso laboral”, dice el ente de control.

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La decisión resulta contradictoria, luego de que fue el mismo exprocurador Alejandro Ordóñez uno de los abanderados en este caso: pese a que Otálora ya había presentado la renuncia procedió a suspenderlo del cargo y a abrir investigación formal, porque supuestamente había cómo justificar la medida.

Sin embargo, ahora sin Ordóñez a la cabeza del Ministerio Público, el resultado de la investigación dio un giro radical. La Procuraduría dio por terminado el proceso disciplinario al verificarse que las supuestas faltas contra Astrid Helena Cristancho y Juan Manuel Osorio Acevedo no existieron.

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En la decisión, firmada por la exprocuradora (e.) Martha Isabel Castañeda, indica además que en lo que respecta al acoso sexual, Cristancho no lo denunció, y en consecuencia la investigación sobre esta falta no se adelantó. Al respecto cita la declaración de la misma Cristancho que dijo al Ministerio Público que sobre esa conducta no se pronunciaría pues no la había denunciado ante la Procuraduría.

Aunque no la investiga de fondo, el Ministerio Público cita algunas averiguaciones que se hicieron alrededor de este tema, que se conviertió en el centro del escándalo el año pasado. Indica que no hay certeza de cómo era la relación entre ella y Otálora ya que había constante interacción entre ellos. Asegura que no solamente no existe ninguna prueba que pueda verificar una conducta persistente y demostrable de acoso laboral sino que en las declaraciones recogidas en las diligencias, ninguna hace referencia a ello. Al contrario, uno de los citados, aseguró conocer de una relación amorosa entre ellos y entregó detalles de la misma.

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Cristancho aseguró que Otálora en varias ocasiones cuestionó su forma de vestir y de peinar; habla de un episodio en Puerto Rico, donde Otálora se habría dirigido de manera burlesca a la forma de sus piernas. Sin embargo, a juicio de la Procuraduría, aunque esto no pudo ser corroborado, lo dicho en los precedentes de la Corte apunta a que si los comentarios se hicieron en el ámbito de la privacidad no constituyen acoso laboral.

En el caso de la denuncia de Osorio, la Procuraduría indica que pudo presentarse un reclamo en tono alto, pero no puede perderse de vista que hubo hechos que pudieron dar lugar al reclamo de Otálora. “El acoso laboral es una conducta dolosa que busca influir miedo, intimidación, terror y angustia”, dice el ente de control.

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La Procuraduría cita también, por ejemplo, el episodio en que una funcionaria salió llorando de la oficina de Otálora. Sin embargo, no hay testimonio que verifique si estas se debieron efectivamente a un maltrato del Defensor; por el contrario la misma funcionaria le resta importancia al hecho.

Aunque la Fiscalía aún no se pronuncia por este caso, el superior disciplinario del exdefensor cerró a favor de Otálora el escandaloso episodio. Afirma que aunque podrá ser fuerte y colérico, no acosó laboralmente a sus empleados.