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La Corte no ha decidido aún si abre una investigación formal contra Ferro o si se abstiene de hacerlo. | Foto: Archivo particular

CONCEPTO

Cuando la Procuraduría actuó en favor del ex viceministro Ferro

El Ministerio Público puso en el ojo del huracán a Carlos Ferro por su supuesta participación en el escándalo sexual de la Policía. Pero pidió archivar una indagación que enfrenta ante la Corte Suprema.

24 de febrero de 2016

La semana pasada la Procuraduría puso en el ojo del huracán al ex viceministro del Interior Carlos Ferro. Reveló la existencia de testimonios y videos que muestran al exfuncionario como supuesto participante de una red de prostitución masculina que provocó la renuncia del director de la Policía, Rodolfo Palomino.

Pero aunque Ferro hubiera quedado en la ‘picota’ por la decisión de ese organismo, también recibió un espaldarazo. Así suene paradójico y contradictorio, la Procuraduría le pidió a la Corte Suprema que archive las indagaciones en su contra dentro del expediente que se le sigue al político por sus supuestos esfuerzos por encubrir al probable responsable de un asesinato.

Cuando era senador, el dirigente perdió a un amigo cercano, como lo era el exsecretario de Gobierno de Cundinamarca Segundo Díaz Pinzón. Su cuerpo fue hallado en Silvania (Cundinamarca), el 7 de abril del 2009, días después de que los familiares del exservidor departamental alertaran a la Policía por su desaparición.

Pese a los lazos que mantenía el ex viceministro del Interior con la víctima, algunos dudaron que esa muerte fuera todo lo triste que parecía ser para él. Al contrario, le endilgaron un supuesto interés por enterrar el caso. Por eso, fue denunciado ante la Corte Suprema de Justicia porque supuestamente trataba de encubrir al probable victimario de su propio amigo.

Y es que el principal sospechoso del homicidio es el patrullero de la Policía John Harold Arias, un hombre que hizo parte del esquema de seguridad del entonces senador Ferro. Además, se dice que el crimen tiene visos pasionales, nada confirmado por ahora.

Según la denuncia radicada ante la Corte, Ferro trató de ejercer influencias ante funcionarios de la Fiscalía de Fusagasugá (Cundinamarca), que está a cargo de la investigación, para tratar de lograr que su exescolta quedara al margen de sospecha.

La verdad es que aunque el proceso esté abierto desde hace tanto tiempo, las pruebas parecieran demostrar que el supuesto intento por desviar la investigación no tiene bases probatorias. Demasiados elementos juegan en favor del exsenador.

Lo primero que salió a la luz es que cuando la Corte pidió al supuesto denunciante que ampliara su dicho sobre lo ocurrido, se encontró con una persona que sufría quebrantos de salud y que no tenía conocimiento sobre los hechos, lo que parece poner en evidencia un caso de suplantación.

Además, se estableció que en la época en la que se produjeron la desaparición y el posterior homicidio del secretario de Gobierno, que integró el gabinete de la gobernadora Leonor Serrano, el patrullero Arias no estaba integrando el esquema de seguridad con el que contaba el entonces senador.

Aparentemente, hechos como ese motivaron a la Procuraduría a convencerse de la necesidad de archivar el caso en los primeros días de octubre pasado, como lo ha pedido la defensa del ex viceministro Ferro hace meses. Así lo hizo saber en su intervención ante la Corte Suprema.

Aunque la indagación se cerró hace varios días, es decir, ya se analizaron todas las evidencias, la Sala Penal no ha decidido aún si abre una investigación formal contra Ferro o si se abstiene de hacerlo.

Su suerte en materia penal sigue estando a cargo de la magistrada Patricia Salazar, que desde el pasado 30 de octubre tiene en su despacho el expediente sobre el que deberá decidir si lo archiva o si abre investigación. Ella deberá discutir el caso en próximos días con sus colegas de Sala.

Aunque se trata de episodios distintos y una cosa es lo penal y otra bien distinta lo disciplinario, suena al menos paradójico que mientras la Procuraduría sugiera una falta por parte del excongresista -que no puede ser investigada por vencimiento en los términos- también defienda su inocencia en otro probable escándalo pasional.