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Protagonista de novela

¿Cómo una joven y exitosa presentadora de televisión terminó sindicada de colaborar con la guerrilla y acusada de terrorismo?

20 de noviembre de 2010

Angélica Ramírez es una voluptuosa y atractiva rubia de 27 años de edad, que en un abrir y cerrar de ojos pasó de ser una vedette regional de televisión a estar tras las rejas sindicada de colaborar con la guerrilla y acusada de delitos como terrorismo, extorsión y tráfico y fabricación de armas y explosivos.

Su nombre y su figura son muy populares en el Huila. Ramírez era la presentadora de tres conocidos programas que se transmitían en canales regionales. Sin embargo, desde el domingo de la semana pasada, cuando fue capturada por el Gaula de la Policía cerca al aeropuerto de Neiva, su historia y el caso judicial que hoy la tiene en la cárcel se han convertido en tema obligado de conversación no solo en Huila, sino en el resto del país. ¿Cómo una atractiva presentadora de televisión termina involucrada con las Farc?

Sus compañeros de trabajo, amigos y parte de la sociedad huilense aún no salen de su asombro por el impacto de la noticia, y no pocos creen que se puede tratar de un error. No obstante, la investigación del Gaula y la Fiscalía no deja bien parada a la joven presentadora.

El caso comenzó en febrero de este año. Para ese mes, comerciantes, empresarios, hoteleros y personas de la sociedad de Neiva y otras poblaciones cercanas empezaron a ser víctimas de una inusual oleada de extorsiones. En poco tiempo el caso se agravó: a las amenazas telefónicas se sumó una campaña terrorista para obligar a las víctimas que se rehusaban a pagar los montos exigidos. Granadas, poderosos petardos y artefactos explosivos comenzaron ser instalados y detonados en diferentes sectores de la ciudad. La investigación fue asumida por miembros del Gaula y de la Fiscalía. Tras las primeras pesquisas, los sabuesos determinaron que los responsables de las extorsiones y los ataques eran guerrilleros del frente 17 de las Farc, que actúa en la región. Gracias a las labores de inteligencia, el 19 de abril hombres del Gaula lograron capturar en el centro de Neiva a un hombre que se disponía a instalar una carga explosiva. Por controles técnicos a las comunicaciones, los investigadores se dieron cuenta de que el hombre arrestado era un importante integrante del frente 17 y que sus camaradas estaban planeando rescatarlo de la cárcel a sangre y fuego. Con esa información se realizaron nuevos controles técnicos que permitieron el arresto, unas semanas más tarde, de otros tres subversivos, entre ellos, dos explosivistas encargados por la guerrilla de continuar con los ataques terroristas y las extorsiones. Ante la contundencia de las pruebas, uno de ellos decidió colaborar con el Gaula y con los fiscales. Gracias a los datos iniciales que entregó, se lograron desactivar y evitar varios ataques en Neiva y los alrededores.

Aunque esa información fue clave, lo que más les sorprendió a los investigadores fue que el guerrillero arrepentido les confesó quién les entregaba y les ayudaba con los datos para elegir a las víctimas que extorsionaban. El subversivo señaló a Angélica Ramírez. Les contó que él había estado presente cuando la joven presentadora viajó hasta un campamento guerrillero cerca de Tello, Huila, para reunirse con las Farc. Les dijo también que la habían visto tomando whisky con los comandantes y que incluso en esa reunión sus jefes lo habían llamado para encargarle la misión de extorsionar e instalar un artefacto explosivo en el negocio de un comerciante que había sido señalado a los guerrilleros por la mujer. De acuerdo con la declaración del subversivo arrepentido, ese comerciante había sostenido una relación sentimental con la presentadora, quien además sugirió cobrarle 200 millones de pesos y eventualmente intentar secuestrar a uno de los dos hijos de la víctima para presionarlo. El guerrillero también confesó a las autoridades que siguiendo las indicaciones de la joven y las órdenes de sus superiores, instaló una carga con un poderoso explosivo C-4, la cual detonó el 24 de junio en el negocio de la víctima.

A pesar de la contundente confesión del guerrillero, las propias autoridades se resistían a creer que la mujer pudiese estar tan involucrada. "Era bonita, exitosa, conocida, respetada, aparentemente no tenía necesidades económicas, tenía un gran futuro y además tenía un hijo menor de edad. Eso no cuadraba con el perfil de una extorsionista o una criminal", dijo a SEMANA uno de los investigadores del caso. A raíz de esas consideraciones, durante más de dos meses las autoridades comenzaron una paciente labor de seguimientos y controles enfocados directamente hacia ella. Hace dos semanas, con suficiente evidencia en su poder, un fiscal dictó la orden de arresto de la joven, acusada de cuatro delitos: extorsión, terrorismo, fabricación y tráfico de armas y concierto para delinquir.

Ramírez, sus amigos y conocidos niegan todas las sindicaciones y argumentan que se trata de un montaje. A mediados de la semana pasada, el diario La Nación de Neiva reveló el contenido de una carta escrita a mano desde la cárcel, que la presentadora hizo llegar a la redacción de ese periódico. Según Ramírez, todo se debe a una venganza orquestada por un comerciante con el que ella vivió durante cinco años, a quien demandó ante la Fiscalía a comienzos de este año. El negocio de ese comerciante fue uno de los locales atacados con explosivos a mediados de este año. "Ahora anda diciendo que trabaja con él e incluso me ha dicho que soy auxiliar de la guerrilla y que va a hacer lo imposible por probarlo, así le toque ponerme armamento en mi casa o en mi carro....", dice uno de los apartes de la demanda que instauró la mujer en agosto pasado y que también fue publicada la semana anterior por La Nación.

El caso de la bella presentadora tiene dividida a la opinión pública en el Huila. Mientras ya hay por lo menos una docena de personas que públicamente han manifestado que declararán a favor de Ramírez para demostrar que su caso es una injusticia y un montaje, las autoridades que efectuaron la investigación que la tiene tras las rejas aseguran que las pruebas y testimonios son suficientemente sólidos para condenarla. Por ahora solo queda esperar el desarrollo del juicio en el que se sabrá si es culpable o inocente.