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Monseñor Leonardo Gómez vivió en el Catatumbo. | Foto: SEMANA.

ENTREVISTA

“Protestas en el Catatumbo son justas”

Así lo cree monseñor Leonardo Gómez Serna quien fue obispo en la región.

Álvaro Montes
22 de julio de 2013

Monseñor Leonardo Gómez Serna es el presidente de la Red de Programas de Desarrollo y Paz (Prodepaz) y por varios años fue obispo en el Catatumbo. Conoce a fondo la situación de la región y es uno de los miembros del clero más comprometido con la búsqueda de la paz y la justicia social. Semana.com lo entrevistó con ocasión de la “Semana de reflexión” de la red Prodepaz, celebrada en Bogotá.

Semana.com: Los problemas rurales del país continúan agudizándose. ¿Por qué es tan difícil mejorar la situación del campo colombiano?

Leonardo Gómez Serna: Estuve seis años como obispo del Catatumbo, después fui obispo en la provincia de Vélez, en Santander y finalmente en el sur de Bolívar y he visto el mundo campesino completamente olvidado por el gobierno nacional, no hay políticas que beneficien a las comunidades rurales, y por eso llegan momentos en que ya el campesino no resiste y es lo que está pasando precisamente ahora en el Catatumbo.

Semana.com: ¿Cuál es la reflexión sobre lo que pasa en el Catatumbo?

L. G. S.: En esa región existen los mismos problemas de hace treinta años, cuando llegué allá por primera vez. Entonces no había ni siquiera educación en las veredas, y allí la iglesia organizó el programa de maestros misioneros para atender la educación de los niños en las escuelas y la formación y capacitación de las comunidades en los valores del Evangelio de Jesús, en la solidaridad y el cooperativismo. Pero persisten los problemas económicos, los problemas de servicios públicos, de vías, de infraestructura.  Esperamos que ahora, a partir de las negociaciones que se adelantan en La Habana entre el Gobierno y la insurgencia de las FARC, y con lo que ha pasado en el Catatumbo, el Gobierno aterrice y se dé cuenta de que al campo hay que invertirle, y no solo en tierras, sino también en tecnología, educación y salud.

Semana.com: ¿Cómo califica las protestas que tienen lugar por estos días en el Catatumbo?

L. G. S.:
Las veo justas. Son justos los reclamos que están haciendo los campesinos. Es cierto que han llegado a extremos y nadie está de acuerdo con los extremos, pero creo que esa misma situación la ha estado viviendo el campesinado colombiano en diferentes lugares del país.

Semana.com: ¿Qué piensa usted de las zonas de reserva campesina?

L. G. S.:
Las zonas de reserva campesina son un modelo viable para los campesinos y  ellos las están pidiendo. Ahora el temor que tiene el Gobierno es que dice que eso lo va a tomar la insurgencia. No. Yo creo que al campesino se le estigmatiza y se le hace ver como guerrillero y yo creo que no; el campesino va conociendo y adquiriendo cada día mayor experiencia y ya no se deja manipular. Gracias al trabajo que se ha venido realizando el campesino ya no es el mismo de hace algunos años, al que le tocaba quedarse callado cuando la guerrilla o los paramilitares decían una cosa u otra. Ya hoy ellos han recuperado la palabra.

Semana.com: ¿Qué piensan ustedes del papel que podrían jugar si llegan a concretarse acuerdos definitivos en La Habana?


L. G. S.: Nosotros tenemos firme esperanza en lo de La Habana, tanto la iglesia como los programas de desarrollo y paz. Pero le digo una cosa, pueden fracasar los diálogos en La Habana, pero eso no nos va a restar a nosotros como programas. Con acuerdos en La Habana o sin ellos, los programas de desarrollo y paz seguirán adelante porque hemos venido realizando buenos aportes y hemos dados grandes pasos hacia el desarrollo. La paz no es simplemente el silenciamiento de armas; la paz fundamentalmente es desarrollo.

Semana.com: Cuál será el aporte de la iglesia

L. G. S.:
Los programas de desarrollo y paz son un anticipo del posconflicto del que se viene hablando. Nosotros venimos trabajando por el desarrollo humano integral y como lo decía el papa Pablo VI que el nuevo nombre de la paz es el desarrollo, entonces hemos venido trabajando fuertemente en la capacitación de los pobladores y en la organización de los mismos y en proyectos productivos y proyectos educativos. Cada programa de desarrollo y paz tiene sus propias experiencias en ese campo. Como presidente de la red me siento muy satisfecho al ver los resultados tan positivos del trabajo de los programas de desarrollo y paz.