El proyecto que prohibiría la venta de antibióticos sin fórmula médica

La automedicación es una de las principales causas de resistencia bacteriana y eventuales infecciones intrahospitalarias. Según un estudio de la Universidad Nacional, este fenómeno le cuesta anualmente al país unos 727.000 millones de pesos.

Por esta razón, el senador Antonio Correa, expresidente de la Comisión VII del Senado, radicó un proyecto de ley que busca prohibir la venta de antibióticos sin fórmula médica.

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Así, se limitaría también su comercialización a droguerías y farmacias, se impediría la venta vía internet y se controlaría el uso de antibióticos en animales para posterior consumo humano.

“Los antibióticos no son medicamentos inofensivos, ligeros, que puedan automedicarse”, afirmó el senador Correa, quien se graduó como médico cirujano de la Universidad Metropolitana de Barranquilla.

“Los colombianos, debemos entender que su uso inadecuado genera la resistencia de las bacterias a los antibióticos”, añadió.

Aunque actualmente en el país existe una normatividad clara sobre la materia, esta ha resultado insuficiente para erradicar la automedicación. Los decretos 667 de 1995, 2200 de 2005 y el acuerdo 79 de 2003 de Bogotá buscaron seguir la resolución WHA 51.17 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 1998 declaró la resistencia de los microorganismos a los antibióticos como un problema de salud pública.

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El fenómeno es inquietante, pues obliga a los médicos a formular dosis cada vez más altas y muchas veces a mezclar distintos antibióticos. La Universidad Nacional publicó un estudio en 17 hospitales de la Red Distrital de Salud de Bogotá donde determinó que la mortalidad y la permanencia hospitalaria han aumentado hasta un 14 % a causa del impacto del consumo de antibióticos y la resistencia bacteriana.

Según la Secretaría de Salud del Distrito, la automedicación con antibióticos incrementó la resistencia de los bogotanos a microorganismos como el Staphylococcus aureus, que pasó de 25.7% en 2014 a 28.1% en 2016; el E.coli pasó de 20.2% de resistencia en 2014 a 31.6% en 2016 y el K.pneumoniae pasó de 21.4% de resistencia al antibiótico a 27.2% en 2016. Las cifras fueron presentadas por el Subsistema de Vigilancia Epidemiológico de Resistencia a los Antimicrobianos –SIVIBAC-.

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Los antibióticos se formulan cuando el paciente realmente los necesita y por eso las dosis y los días de consumo deben ser exactos. Por este motivo, el proyecto de ley plantea multas de hasta 50 salarios mínimos legales mensuales vigentes, suspensión o cancelación de la licencia de funcionamiento, cierre temporal o definitivo del establecimiento si este no acata las disposiciones legales.