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Este lunes se planea por parte de los afectados una concentración en la sede de Tocancipá para exigir una solución por parte de Costa Caribe

POLÉMICA.

¿Proyecto hotelero o ‘pirámide’?

Uno de los proyectos hoteleros más ambiciosos del país tiene en pánico a miles de inversionistas que ahora exigen la devolución de su dinero.

8 de noviembre de 2008

Una formidable campaña publicitaria desplegada en prensa, televisión, Internet, vallas y hasta voz a voz consiguió que miles de personas confiaran en la oportunidad que ofrecía la firma Costa Caribe de invertir en un complejo turístico que generaría maravillosas ganancias para todos sus inversionistas.

Gracias a ello, hasta hace unos meses en las principales oficinas de Costa Caribe, en Bogotá, Tocancipá y Girardot, la plata abundaba. Incluso los empleados tenían que ayudar a los directivos a acomodar en cajones y armarios voluminosos fajos de billetes que diariamente dejaban personas del común con el ánimo de vincularse al megaproyecto hotelero. Sin embargo, esa escena quedó en el pasado y ahora lo único que pulula en torno a la polémica firma son reclamos de las mismas personas, cansadas de los incumplimientos, que temen perder su plata.

La operación fue inventada por Jaime Rodríguez Laguna y su esposa, María Teresa Páez Cala, dueños de Costa Caribe. Y el negocio que le han propuesto a la gente es ayudar a financiar lo que llaman un multicentro hotelero con 2.200 suites repartidas en ocho sedes, que costará cerca de 700.000 millones de pesos, a cambio de jugosas rentabilidades. Los interesados en participar pueden hacerlo con "contratos de participación" o haciéndose copropietarios. En el primer caso se trata de una vinculación temporal que consiste en que la persona aporta 10 millones de pesos y al cabo de seis meses y 10 días recibe el doble. En el segundo caso la vinculación es vitalicia y se parte de un monto mínimo de 150 millones de pesos que aportan las personas a cambio de recibir una renta anual vitalicia del 12 por ciento en los dos primeros años y del 24 por ciento a partir del tercer año. Es decir que en poco más de cinco años la persona recuperaría la inversión y continuaría recibiendo los millonarios dividendos por el resto de su vida.

"Propiedad, renta y bienestar ¡para toda la vida!" reza el eslogan con que Costa Caribe promueve el negocio en busca de más gente que quiera invertir. Pero entre tanto crece el descontento entre los ya vinculados, pues desde julio no les cumplen con los pagos pactados, de ahí que muchos afectados y varios empleados hayan empezado a reconocer similitud entre la operación de Costa Caribe y la practicada por las famosas 'pirámides', a través de las cuales recientemente miles de personas han resultado estafadas en todo el país.

No son pocas las coincidencias. Además de las exorbitantes ganancias que promete Costa Caribe, resulta extraño que -como en las 'pirámides'- todas las operaciones se realicen en efectivo, al margen del sistema financiero y registrando las operaciones en papeles que tienen el rótulo de la empresa pero que no ofrecen garantía alguna para los inversionistas, aun más tratándose de montos millonarios.

Por otra parte, en varias de las oficinas en Bogotá, donde ayer se recogía la plata, hoy nadie atiende. Los celadores remiten a la gente a la sede de Tocancipá, donde hay un cartel con un extenso listado de documentos que deben presentar las personas para soportar el origen lícito del dinero que entregaron y así poder renovarles los pagos. La nueva exigencia obedece a requerimientos de entidades de control y vigilancia como la Fiscalía y la Supersociedades, dice Costa Caribe a través de un anuncio publicado en El Tiempo el pasado martes, en el que además anota: "Desde siempre hemos estado en la legalidad. No somos una pirámide. Tampoco estamos en desbandada". Esta revista buscó a Jaime Rodríguez y a su esposa, pero no fue posible contactarlos.

Algunas personas que han trabajado junto al matrimonio Rodríguez-Páez en Costa Caribe y que hablaron con SEMANA aportaron varias revelaciones preocupantes en torno al negocio. Lo primero es que el flujo de dinero hoy no es ni la sombra de lo que era hace unos meses, cuando la pareja de esposos iba y venía con maletines repletos de billetes.

Es tan precaria la situación ahora, que ya varios empleados se han retirado, pues no hay plata ni siquiera para cancelarles el sueldo. "Y el problema cada día crece porque cada vez son más las personas bravas porque no les pagan y nadie sale a dar la cara", aseguran.

Los empleados coinciden en que en las oficinas de Costa Caribe impera un desorden inaceptable para una empresa que, según sus proyecciones, sería en pocos años la más grande del sector hotelero en todo el país. "Nadie sabe realmente el estado de las cuentas ni dónde está la plata, porque todo se lleva en total informalidad", asegura alguien que conoce cómo funciona la empresa en Tocancipá. Además, hablan de deudas con proveedores de todo tipo, retrasos en el inicio de las construcciones e incluso temen por la reacción que puedan tener contra ellos centenares de clientes que atendieron y que ahora se están sintiendo defraudados. "Por todo eso creo que esto se parece cada vez más a una 'pirámide' con fachada hotelera", concluye un hombre que ha trabajado en Costa Caribe.

El descontento es tal, que más de los miles de afectados piensan que la documentación que ahora les exigen es sólo una forma para ganar tiempo. "Quieren continuar dilatando las fechas de pago", asegura un hombre que invirtió 40 millones de pesos. Por ello han convocado a través de blogs una concentración este lunes en las instalaciones de la empresa en Tocancipá para exigir la devolución del dinero o, por lo menos, que las autoridades pertinentes les den una respuesta clara. A pesar del disgusto general, en el fondo todos abrigan la esperanza de que las cosas se aclaren y que el megaproyecto hotelero en el que invirtieron se concrete y no que se les revele como una 'pirámide' que se desmorona.