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El día de la inauguración de la Unidad de Cuidados Intensivos, el gobernador de Huila Rodrigo Villalba, junto al entonces gerente, Mauricio Escobar, mostraron orgullosos los equipos que adquirieron. Hoy muchos de ellos no funcionan y se sabe que hubo sobrecostos en su compra

LIBERTAD DE PRENSA

¿Qué esconden en Huila?

Denuncias de corrupción generaron amenazas contra un periodista de Neiva. Para evitar la censura violenta, el Proyecto Manizales se une a su investigación.

14 de abril de 2007

Alguien en Huila está intentando que la opinión no conozca las irregularidades en el Hospital Universitario de Neiva Hernando Moncaleano Perdomo. El principal denunciante ha recibido amenazas de muerte. Y Germán Hernández, editor investigativo de El Diario del Huila, el medio que desde 2005 viene haciendo seguimiento al tema, tuvo que dejar la ciudad hace pocos días.

El caso involucra la gerencia de Jorge Mauricio Escobar, quien administró durante su período de tres años un presupuesto superior a los 150.000 millones de pesos sin control alguno. Aunque como Empresa Social del Estado, el gerente puede hacer compras directas hasta por 1.000 salarios mínimos sin autorización de la junta directiva, lo normal es que exista al menos un comité de compras generales y, en el caso de equipos científicos, una junta de médicos que justifique la negociación.

Pero en Neiva, el criterio del gerente Escobar era el que seleccionaba proveedores y productos y así hizo miles de órdenes de compra, desde las verduras hasta los medicamentos y sofisticados equipos de cuidados intensivos. Esta discrecionalidad facilitó la corrupción en el hospital, la empresa más grande del departamento.

Hoy se siguen siete investigaciones judiciales; Escobar está tras las rejas, pendiente de que se le resuelva su situación y un contratista fue condenado tras acogerse a sentencia anticipada. Además, hay un proveedor prófugo y otras cuatro personas vinculadas al proceso en el que, por ahora, se tasa el desfalco en cerca de 1.000 millones de pesos.

Pero hay indicios que sugieren que lo sucedido es de mayores proporciones. No sólo en términos económicos, en las que ya hay cálculos que superan los 12.000 millones de pesos, sino también en el calibre de personajes que podrían haberse beneficiado.

"Hay pruebas para vincular a otras personas: altos funcionarios y miembros de la junta directiva del hospital. E indicios de que parte de estos dineros podía haber financiado campañas. Hacia allá apunta la investigación", dice Germán Rozo, hasta hace poco director de Fiscalías de Huila.

Para que no se silencie la información, ocho medios informativos, El Diario del Huila, El Nuevo Día, La Patria, El Espectador, Colprensa, Cambio, El Tiempo y SEMANA, bajo el Proyecto Manizales, se unieron para hacer seguimiento a las pesquisas. (Ver recuadro).

Escobar llegó a la gerencia en septiembre de 2003, seleccionado por el entonces gobernador Juan Cárdenas, a pesar de la difícil situación en que quedó el anterior centro que había gerenciado meses atrás: el Hospital de La Plata.

Aunque el senador conservador Hernán Andrade le dijo hace unos meses al programa regional Noticias 7:30 que había recomendado a Escobar, al Proyecto le aseguró que fue Cárdenas quien armó la terna de candidatos. No obstante, reconoce que tienen con Escobar una "vieja y linda amistad".

Desde el comienzo de su gestión, el gerente presentaba a la junta del hospital informes optimistas, mientras contenía las inconformidades del sindicato, otrora beligerante.

Sólo a finales de 2005 empezó a ser cuestionado. Uno de los médicos denunció en el despacho del nuevo gobernador, Rodrigo Villalba, con pruebas en la mano, los sobrecostos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) donde se estaban invirtiendo más de 2.000 millones de pesos. Le mostró, por ejemplo, cómo Escobar compró a intermediarios nueve equipos por entre 35 y 40 millones de pesos más que el precio del único distribuidor. Las camas y los monitores se adquirieron mediante una triangulación al doble y el triple de su valor. Hoy varios de estos equipos no funcionan.

En entrevista con el Proyecto, Villalba trató de explicar por qué no tomó ninguna decisión administrativa, pese a las denuncias. "El tipo manipuló información. Pintaba pajaritos de oro. Uno delega y yo confío en lo que me dicen mis delegados en la junta, también en los controles de una empresa", dijo.

Ante la falta de atención, el médico acudió a políticos locales y a El Diario del Huila, que reveló nuevas irregularidades. Pero nada pasó. Villalba dice que "Escobar era un funcionario de período fijo y no se podía remover". Esto es cierto. Sin embargo, es inexplicable que ni sus dos delegados, ni la jefe de control interno del hospital, Melba Charry, prima del Gobernador, ni el revisor fiscal Carlos Barrero, tesorero de la campaña de Villalba, alertaron sobre los manejos de Escobar. Estos funcionarios siguen vinculados al Hospital.

Tampoco nadie se enteró de que por cuenta de los desaciertos, en diciembre de 2005 murieron varios pacientes en la UCI, pues se generó "una emergencia grave con una bacteria llamada 'acinetobacter coalcaceticus'", según asegura una carta enviada a la junta por un internista. Aun así, Escobar terminó su período en septiembre de 2006.

Meses antes, el gerente presentó, para buscar su reelección, un superávit de 39.000 millones de pesos. Esto le valió felicitaciones del Ministerio de Protección. Pero resulta muy diciente que el Gobernador no apoyó su nueva candidatura, pese a las "muchas gestiones que hicieron a su favor".

La nueva administración encargada encontró que en realidad había un déficit de más de 16.000 millones de pesos. Además, descubrió que algunas concesiones se entregaron en forma irregular. Por ejemplo, el parqueadero se entregó por seis años a cambio de que el concesionario realizara obras por menos de 100 millones de pesos. Se calcula que el contratista recaudará más de 1.500 millones de pesos.

También es diciente que la nueva administración está haciendo ahorros de 600 millones de pesos al mes. La suma de estas y otras irregularidades hace pensar que los dineros embolatados son mucho más. La Fiscalía evalúa si en estos casos en particular se cometió algún delito.

Cuando Escobar terminó su período, un fiscal ordenó su captura y las de varios contratistas, pero alcanzó a huir. Uno de los contratistas confesó que le entregaba a Escobar parte de los sobrecostos. Por esta razón, la semana pasada la Procuraduría inhabilitó en primera instancia al ex gerente para ocupar cargos públicos por 20 años.

Escobar acordó entregarse y a cambio de colaborar, logró algunos beneficios. "Nos dijo que iba a dar nombres de personas importantes, pero no cumplió, por eso se le negó la detención domiciliaria", indicó el ex director de Fiscalías de Huila Germán Rozo.

El Fiscal General pidió que el proceso fuera trasladado a un fiscal anticorrupción de Bogotá que tiene menos de un mes antes de que venzan los términos, para resolver sobre su reclusión. En Neiva no creen que en tan poco tiempo el nuevo fiscal pueda conocer el caso. Y los opitas se preguntan quiénes serán los peces gordos que estarían tras el saqueo del hospital.

En una de sus indagatorias, Escobar reconoció que entregaba parte de los dineros al secretario privado de Villalba, Aníbal Salazar, con quien no fue posible hablar. El Gobernador aseguró al Proyecto que Salazar "es honrado, transparente; además de eficiente es impoluto, por eso lo defiendo".

Villalba dice que asume la responsabilidad política de lo sucedido. "Allí fallaron los controles, pero eso no se puede generalizar en una administración que se ha caracterizado por su transparencia", dice. La pregunta es cuál es el alcance de esa 'responsabilidad política'. ¿Piensa renunciar, o se va a someter a un proceso disciplinario? O ¿está dispuesto a aceptar una responsabilidad penal como la planteada por el Fiscal General contra políticos de Chocó por la muerte de varios niños por su desgreño administrativo?

En Neiva también ha dejado mal sabor una columna del senador Hernán Andrade en defensa de Escobar. "Tengo de él una buena imagen de su gestión al frente de la gerencia del hospital", asegura.

Según dijo Andrade al Proyecto, Escobar cayó en desgracia luego de que colaboró para la empresa electoral Huila Unido, la campaña al Congreso de Luis Enrique Dussán. "No me consta que haya hecho contribuciones a esa campaña, como tampoco lo hizo a la mía. Por eso ya entutelé a quienes han hecho esa afirmación, basados en anónimos. Mauricio pasó de ser un buen muchacho a una especie de villano".

Finalmente, ante el rumor de que parte del dinero pudo ir a parar a las arcas de la guerrilla, Andrade dice que no cree que su amigo haya sido extorsionado. Y también desestima que algunos quieran relacionar ese rumor con la certificación juramentada que él expidió para respaldar a la familia Trujillo (de Algeciras, hoy procesada penalmente por ser presuntos testaferros de la columna Teófilo Forero de las Farc).

Dussán dice que "el comentario de Andrade en su columna obedece a diferencias políticas locales, entre otras porque yo no apoyé la reelección de su amigo el gerente del hospital; yo no me beneficié de la gestión de Mauricio Escobar, al contrario, un diputado de mi movimiento fue el primero que lo denunció".

Aun sin que la justicia haya tirado sus redes, hay un revuelo inusual en la alta política huilense. Mientras tanto, la prensa seguirá con su labor fiscalizadora para garantizarle a la gente su derecho a estar informada.