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Luego de la audiencia, el exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias fue recluido en la Escuela de Caballería del Ejército, en el norte de Bogotá.

AGRO INGRESO SEGURO

¿Qué le espera a Uribito?

Un magistrado concluyó que Andrés Felipe Arias trató de obstruir a la justicia y ordenó encarcelarlo. Se trata del primer ministro del expresidente Uribe tras las rejas.

30 de julio de 2011

Mientras el magistrado Orlando Fierro leía su decisión sobre la suerte inmediata del exministro Andrés Felipe Arias por el escándalo de Agro Ingreso Seguro, el país político seguía la audiencia por televisión como si se tratara de la final de un campeonato de fútbol. Y no era para menos. Más allá de lo jurídico, la decisión tiene un impacto político: luego de dos horas de lectura, el magistrado mandó a la cárcel al otrora heredero del expresidente Álvaro Uribe.

La fiscal Viviane Morales le había pedido al magistrado que ordenara detener a Uribito por ser un "peligro para la sociedad" y por "obstrucción a la justicia". Fierro desestimó lo primero, pero sí consideró que Arias trató de entorpecer el trabajo de la justicia. "La comisión de estos comportamientos merecen un trato drástico", dijo Fierro.

¿En qué consistió la obstrucción a la justicia? El magistrado aceptó el señalamiento de que Arias sostuvo reuniones con quienes fueron sus subalternos y con beneficiarios de AIS para acomodar sus versiones de manera que lo favorecieran ante la justicia.

Por un lado, se trata de diez visitas que en menos de dos meses (del 16 de abril al 3 de junio) hizo el exministro a La Picota, donde están recluidos exfuncionarios del ministerio implicados en el caso AIS. Arias se defendió diciendo que era un gesto "humanitario", pero el magistrado le dio la razón a la Fiscalía, que mostró que algunas visitas duraron cuatro horas y que dos de ellas se dieron en días no previstos para visitar a los internos. "A pesar de que es una cárcel de alta seguridad y el ingreso es restringido, incluso para defensores y funcionarios judiciales", argumentó Fierro, la entrada de Arias demuestra que conserva influencia y, según él, permite pensar que pueda también "inducir" a los exfuncionarios.

Y por otro lado están otras cuatro reuniones que, según la Fiscalía, fueron organizadas por Arias en 2009, poco después de estallar el escándalo, que también fueron admitidas por el Tribunal como muestras de obstrucción en el caso. Tres se dieron en clubes y una en la oficina del exministro. Esta última es, al parecer, la más complicada para Arias. En ella, según lo testificó Javier Enrique Romero, exdirector de Desarrollo Rural del ministerio, quien participó de esa reunión, Arias habría dicho que estaba por salir el pliego de cargos de la Procuraduría en su contra y se sugirieron allí qué respuestas dar a las autoridades. "Arias utilizó su influencia para conocer el pliego de cargos de la Procuraduría y en las reuniones se buscaba una especie de chivo expiatorio para que otros asumieran la responsabilidad", aseguró el magistrado Fierro.

El jurista también tuvo en cuenta otros acercamientos del exministro con uno de los beneficiarios de AIS, Juan Manuel Dávila, el novio de la reina Valerie Domínguez. La defensa de Arias alegó que se trataba de encuentros "casuales". Pero para el magistrado, Arias quería evitar que el escándalo trascendiera. Todas las anteriores situaciones configuran, según Fierro, "un patrón de conducta" del exministro Andrés Felipe Arias. Por eso lo envió a la cárcel. Aunque ordenó recluirlo en La Picota, por razones de seguridad finalmente fue conducido a la Escuela de Caballería del Ejército, en Bogotá.

Dos días después de conocerse la decisión, el expresidente Álvaro Uribe salió en defensa de su pupilo y en un comunicado puso en duda la independencia del magistrado. Según él, Fierro llegó a ese cargo con el apoyo del hoy exmagistrado de la Corte Suprema Yesid Ramírez, a quien Uribe puso en tela de juicio varias veces durante su gobierno.

Curiosamente, la defensa de Arias no presentó recurso de reposición, tal vez porque quiere que el proceso avance con celeridad. Ahora viene la etapa de juicio. Si los tiempos se cumplen como están previstos, la fiscal tiene tres meses para presentar su escrito de acusación, ya no ante el magistrado sino ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia.

La duración del juicio no es fácil de determinar. El del exdirector de Fiscalías de Antioquia Guillermo León Valencia, por dar un ejemplo, duró dos años en la Corte. Sin embargo, fue excepcionalmente largo.

No sería extraño que, con vacaciones judiciales de por medio, el juicio solo comience en enero de 2012. Uribito se defenderá de los delitos de celebración indebida de contratos y peculado por apropiación que dan de cuatro a 12 años de prisión.