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| Foto: Juan Carlos Sierra

LIBROS

¿Qué leen Santos y Uribe?

Estos son los libros que el presidente Juan Manuel Santos y su antecesor, el senador Álvaro Uribe, recomiendan en sus círculos más cercanos. Las coincidencias y diferencias llaman la atención y reflejan sus estilos, enfoques y preocupaciones.

4 de octubre de 2014

Encontrar un punto en común entre el presidente Santos y su más acérrimo contradictor, el expresidente Álvaro Uribe, es cada vez más difícil. Con el primer mandatario en la Casa de Nariño y el senador del Centro Democrático como cabeza de la principal bancada opositora, los dos dirigentes políticos son hoy como el agua y el aceite. Lo que pocos saben es que hay algo que todavía los une y que guardan en sus mesas de noche: los libros sobre Abraham Lincoln.

Las lecturas preferidas de los mandatarios son más que la expresión de sus gustos personales. En medio de su primera campaña los periodistas revelaron que el entonces candidato a la Casa Blanca, Barack Obama, estaba leyendo El mundo después de Estados Unidos de Fareed Zakaria, cuyos análisis impactaron su política exterior. Lo que un gobernante lee permite conocer qué ideas lo influyen, qué ejemplos del pasado le intrigan o qué lugar en la historia pretende alcanzar. También enviar mensajes: en abril de 2009 en una Cumbre de las Américas el propio Obama recibió del  entonces presidente venezolano Hugo Chávez una copia de Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, un texto clásico de la izquierda regional.  

No sorprende que la vida y obra del decimosexto presidente de Estados Unidos sea la pasión literaria de las dos principales figuras de la política colombiana de los últimos 12 años. Lincoln es el símbolo de la lucha contra la esclavitud y el líder que ganó la guerra civil norteamericana. Su carisma inigualable y su manera singular de liderar y entender la política son una inspiración para quienes quieren alcanzar el poder. Su historia es mucho más vigente hoy cuando en Washington gobierna un mandatario de raza negra. Para los líderes de un país en guerra y desigual como Colombia, las lecciones de Lincoln mantienen validez.  

Uribe y Santos comparten no solo el interés por una de las más universales figuras históricas de Estados Unidos sino el amor por los libros, en especial de expresidentes y de historia. El presidente Santos puede durar horas enteras leyendo biografías y desde que pisó la Casa de Nariño le han encantado las historias de Doris Kearns Goodwin, una reconocida escritora  e historiadora norteamericana ganadora del Premio Pulitzer. Durante su primer mandato se leyó Team of Rivals (Equipo de rivales), un libro que relata la estrategia de Lincoln de integrar opositores políticos en su gabinete cuando llegó a la Presidencia en 1860. Igual a lo que Santos hizo  cuando nombró como ministros a dos excontendores: Germán Vargas Lleras y Rafael Pardo.

El segundo texto de Goodwin que ha capturado la atención presidencial es The Bully Pulpit (El gran púlpito), un recuento de la complicada relación entre los dos presidentes estadounidenses Theodore Roosevelt y William Taft. Los dos políticos, de personalidades contrarias, eran tan cercanos que Taft sucedió a Roosevelt en la Casa Blanca. La relación entre ambos se deterioraría porque este último acusó a aquel de desviarse de la agenda contra los monopolios, característica de principios del siglo XX en Washington. Las similitudes con las tensiones actuales de la política colombiana saltan a la vista. 

El otro libro que Santos recomienda a sus altos funcionarios es The Fourth Revolution, escrito por los editores de The Economist, John Micklethwait y Adrian Wooldridge. Aunque todavía no se ha traducido al español, el texto habla de la necesidad de hacer reformas urgentes para que la democracia occidental no pierda su atractivo ante opciones autoritarias como China. Su argumento central es que la clave del éxito de un país radica en reinventar el Estado para que responda a los desafíos de cada circunstancia. Los autores dejan una lección que se aplica al momento actual de Colombia, previo al posconflicto: Si el Estado promete mucho a muchos, crece el escepticismo y la democracia pierde legitimidad. 

En cuanto a Uribe, su pasión por la comunicación política y los estudios sobre liderazgo preceden su llegada a la Presidencia. Al ahora senador y jefe de la oposición le encanta recomendar tesis doctorales y libros que tratan ese tema. Al igual que Santos tiene un gusto por las biografías norteamericanas. Recientemente anda feliz con dos textos que les recomienda a sus pupilos de la bancada del Centro Democrático. El primero es Lincoln y el liderazgo: estrategias ejecutivas para tiempos difíciles de Donald Phillips. En el texto, el autor hace un listado de recomendaciones basadas en el  liderazgo del histórico expresidente y su singular manera de acercarse a la gente. 

Y no hace falta llegar a la última página para darse cuenta que Uribe está calcado en sus consejos. Algunos de los más replicados por  los uribistas son el llamado a gobernar por fuera de la oficina y salir a las calles a hablar con la gente, construir alianzas fuertes, nunca actuar por venganza, tener el coraje de lidiar con críticas injustas y  motivar la innovación. Pero destacan tres estrategias que resumen la esencia del estilo de gobierno uribista: ser un maestro de la oralidad, incidir en las personas a punta de historias y predicar una visión y reafirmarla.

Otro texto que también lo tiene entusiasmado y que varios uribistas ya han empezado a hojear  es Made to Stick (Hechas para pegar). Este divertido libro escrito por Chip Heath y Dan Heath  ha ganado mucha popularidad entre los políticos en Estados Unidos. Se trata de una especie de ensayo didáctico en el que ambos autores se preguntan por qué unas ideas permanecen y otras no. La conclusión es que para que una idea ‘pegue’, es decir,  sobreviva, debe ser simple, inesperada, concreta, creíble, emotiva y debe contar una historia. Esa fue precisamente la manera como Uribe construyó sus mensajes políticos antes y durante su presidencia y que repite ahora como jefe opositor.  

En últimas,  los libros son espejos de sus lectores. “Los líderes son muy selectivos a la hora de escoger sus historias. Las obras que leen terminan reafirmando líneas de pensamiento que construyen a lo largo de su vida”, le dijo a SEMANA Patricia Muñoz, experta en comunicación política de la Universidad Javeriana. Coincidencia o no, las historias de poder y liderazgo que hoy seducen a Santos y a Uribe dicen mucho de sus respectivos estilos políticos y preocupaciones históricas. Y el común denominador es un presidente que puso fin a la esclavitud,  ganó una guerra civil y evitó la desintegración de su nación. 

Los libros de Santos 

Título: The Fourth Revolution
Autor: John Micklethwait y Adrian Wooldridge
Número de páginas: 320
Idea clave: El éxito de un Estado radica en su capacidad de adaptación al cambio. 

Título: The Bully Pulpit: Theodore Roosevelt, William Howard Taft, and The Golden Age of Journalism
Autor: Doris Kearns Goodwin
Número de páginas: 912
Idea clave: La confusa relación entre Roosevelt y su secretario de guerra, William Howard Taft,  y su relación con el poder y la prensa. 

Los libros de Uribe 

Título: Lincoln on leadership: Executive strategies for tough times 
Autor: Donald T. Phillips
Número de páginas: 208
Idea clave: La mejor estrategia para liderar es ser cercano a la gente, oír sus necesidades y dar ejemplo.

Título: Made to stick
Autor: Chip Heath y Dan Heath
Número de páginas: 304
Idea clave: Para que una idea pegue tiene que ser emotiva, creíble, sencilla, inesperada, concreta y debe contar una historia que capture la atención y genere recordación.