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Qué pasó con...

Hace casi dos décadas SEMANA publicó un informe en el que decía que estos hombres, en ese momento todos menores de 45 años, iban a manejar el país.

9 de enero de 2005

Con la llegada del Año Nuevo es habitual que las personas hagan toda clase de propósitos y los medios de comunicación dediquen amplios espacios para tratar de vislumbrar cómo será el futuro de la sociedad, quién manejará los hilos del poder, cuál político llegará más lejos, en fin... Antes de la llegada del año 2000 los pronósticos no se limitaban sólo a un cambio de calendario. El período era más ambicioso pues pasaba por imaginar cómo sería el nuevo milenio. A principios de 1988 SEMANA presentó un informe especial titulado 'La generación del fin de siglo'. La justificación del reportaje era sencilla: "Al acercarse el siglo XXI, Colombia se prepara para ser gobernada por una nueva generación ¿Quiénes son estos personajes, qué piensan y hacia dónde van?". En esos momentos los colombianos estaban estrenando la elección popular de alcaldes. SEMANA consideraba que, más que ningún otro evento, este proceso iba a abrir algunas compuertas de la anquilosada política nacional. Y que así como existió la generación de la guerra (Rafael Uribe Uribe, Benjamín Herrera), la del centenario (Alfonso López Pumarejo, Laureano Gómez), la del medio siglo (los Lleras, Echandía, Gaitán, Gabriel Turbay) y la generación del 48 (Virgilio Barco, Otto Morales, Augusto Espinosa, Álvaro Gómez), esta era la generación del fin de siglo. SEMANA advertía que la selección, como cualquier otra, era arbitraria. "Se decidió circunscribir la lista a personas en ejercicio activo de la política" y para confeccionarla se trazó "una línea divisoria de esta generación, que consiste en no tener hoy más de 45 años". En esta época de balances y predicciones, cobra vigencia la pregunta ¿qué pasó con estos hombres? Álvaro Uribe Vélez. Por ubicación en la portada, era el número uno de esa generación y por edad, uno de los más 'sardinos'. En aquel momento tenía 35 años y ocupaba el cargo de senador liberal por Antioquia. "Tiene cara de niño inofensivo, pero es un político de mucha garra", se escribió de él. "Además de hábil político, es un excelente administrador que le pone el pecho a cualquier problema". Sin embargo, en ese instante demostraba una flaqueza: "Sus posiciones de centro izquierda, de verdad y no retóricas, le han creado resistencia entre algunos sectores poderosos que lo consideran radical". A Uribe, al igual que a los demás seleccionados, se les hicieron tres preguntas: 1. ¿Cuál es su máxima aspiración política? 2. ¿Cuál es el personaje que más admira? 3. ¿Cuál es la reforma fundamental para que Colombia sea un país mejor en el año 2000? Al primer interrogante, Uribe respondió: "Por lo pronto he fraccionado mis metas y ahora pienso en las de corto plazo. Mientras otros conspiran, yo trabajo". El segundo dijo: "Quisiera encontrar la versión actual del talento social de López Pumarejo". Y el tercero contestó: "Ejecutar el ciento por ciento de los planes de inversión social". Gaviria, Samper y Pastrana. Los tres figuraban también en la carátula. En ese momento, César Gaviria Trujillo tenía 41 años y era el ministro de Gobierno. De él se decía que es, "entre sus contemporáneos, de los que mejor combina la tecnocracia con la política. Entiende de problemas fiscales y también, de cómo se consiguen los votos". Decía que admiraba a Lucho Herrera y a Manuel Elkin Patarroyo, opinión que en general era compartida por la mayoría de los seleccionados, que veían en el deportista y en el científico la síntesis de lo mejor de los colombianos. Y al tercer interrogante respondió: "Debemos pensar en reformas que no sólo atiendan los problemas de la hora sino que moldeen nuestra vida de las próximas décadas". Gaviria fue presidente de Colombia (1990-1994). Durante su mandato se convocó a la Asamblea Nacional Constituyente (1991) que le dio vida a la actual Carta Magna y se firmó la paz con el M-19. Luego fue secretario general de la OEA durante una década. Ernesto Samper Pizano. En ese momento era senador y tenía 37 años. De él se escribió que "es probablemente el político que más trabaja de su generación y combina el manzanillismo con la audacia intelectual en forma que, según algunos, no es siempre responsable". Respondió que admiraba a López Michelsen y a los dos únicos líderes, según él, contemporáneos: Fidel y el Papa. Fue presidente de Colombia (1994-998). Su gestión fue atravesada por el proceso 8.000, esto es, la filtración de dineros del cartel de Cali a su campaña presidencial. Este hecho no sólo lo marcó a él para siempre sino que quemó a personas tan destacadas como Fernando Botero Zea, entonces considerado uno de los jóvenes con futuro más promisorio en el país y quien también figuraba entre los miembros de la selecta lista. Andrés Pastrana Arango. Era un 'sardino' de 33 años y recién lo habían elegido alcalde mayor de Bogotá. De él se escribió que "su fuerza se basa más en su simpatía y carisma que en su preparación". Y se resaltó que gran parte de su éxito "obedece a la forma como ha combinado la política con la televisión", pues el país lo conocía por ser el exitoso presentador de su noticiero TV Hoy. Luis Carlos Galán Sarmiento. Tenía 44 años y era senador liberal por Bogotá. "Su nombre se asocia inmediatamente con candidatura presidencial. Hombre inteligente, preparado y responsable con dimensión de estadista y grandes dotes de liderazgo", se escribió de él. Su aspiración política entonces era "lograr la unión de América Latina". Su magnicidio, cometido por el cartel de Medellín el 18 de agosto de 1989, no sólo cambió la historia del país sino que sacó a la luz el inmenso poder destructor del narcotráfico en la sociedad colombiana. Bernardo Jaramillo Ossa. Era representante de la Unión Patriótica (UP) a la Cámara por Antioquia y recién había asumido la dirección de este movimiento de izquierda tras el asesinato de Jaime Pardo, ejecutado por los paramilitares. De Jaramillo, de 33 años, su inteligencia y su espíritu conciliador. "Paisa desabrochado, buen orador y nada sectario, se ha granjeado la simpatía de los buenos y de los malos". Fue asesinado por los paramilitares en el aeropuerto de Bogotá el 22 de marzo de 1990. Horacio Serpa Uribe. Tenía 44 años y era senador por Santander. "Es el típico izquierdista del Partido Liberal. Fogoso parlamentario y abanderado de las negociaciones de paz", se escribió de él. Dijo que la persona que más admiraba era a Ernesto Samper Pizano. Serpa ha sido dos veces candidato a la presidencia y ahora anuncia su intención de una tercera. En conjunto, el pronóstico de SEMANA se cumplió casi en su totalidad. Algunos tuvieron un papel protagónico en el pasado reciente como Rodrigo Lloreda, que fue ministro de Defensa durante la administración Pastrana. Falleció el 13 de enero de 2001. Otros decidieron retirarse de la vida pública y algunos más representan al país hoy en el exterior (Alfonso López Caballero, Fabio Valencia Cossio y Carlos Holmes Trujillo). El análisis no alcanzó a prever las consecuencias que tendría la entrada a la política, ni la antipolítica, del M-19 (caso Antonio Navarro), que luego se impondría con figuras que darían mucho de qué hablar (Antanas Mockus y Enrique Peñalosa); tampoco, la fuerza y evolución de algunos sindicalistas (Lucho Garzón y Angelino Garzón), y sobre todo pecó por machista pues ninguna mujer figuró en la lista.