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Diego Ardila, el contralor de Bogotá. | Foto: Archivo SEMANA

BOGOTÁ

¿Quién no quiere que se le haga auditoría a la Contraloría?

El concejo de Bogotá hundió un proyecto que buscaba que la auditoría a la Contraloría fuera independiente.

9 de septiembre de 2014

Hace días el Concejo de Bogotá hundió un proyecto que buscaba crear la Auditoría Fiscal de Bogotá, D. C., como organismo de vigilancia de la gestión fiscal de la Contraloría Distrital, dotado de autonomía jurídica, administrativa y presupuestal. Sin embargo, tras un debate de seis horas hundieron el proyecto. ¿Por qué?

La idea era otorgarle facultades al alcalde mayor para determinar su estructura, la planta de personal y la escala salarial. Además de coadyuvar a la transformación, depuración y modernización del control de la gestión fiscal, mediante estrategias tales como la promoción de los principios, finalidades y cometidos de la función administrativa consagrados en la Constitución Política y en la Ley, el fomento de la cultura del autocontrol y el estímulo de la participación ciudadana en la lucha para erradicar la corrupción, entre otras.

Actualmente, hay un grupo de unas 11 personas que hace auditoría fiscal pero trabajan como la unidad ejecutora 02 de la Contraloría de Bogotá, es decir, en la misma sede del organismo de control. Para los concejales y funcionarios que veían viable el proyecto, era necesaria la autonomía para que su labor fuera transparente, eficaz, objetiva y sobre todo, independiente.

El concejal de la Alianza Verde Carlos Vicente de Roux, como ponente del proyecto, mostró su descontento ante el hundimiento de este proyecto.

“Aquí se mueven muchas cosas, incluso hasta se podría interpretar que hubo una especie de “manguala”, entre algunos Concejales de la Comisión de Gobierno que con la negación de esta iniciativa enviaron un mensaje de  respaldo al Contralor, Diego Ardila, al impedir que se estructura una auditoría para que fiscalizara a la Contraloría Distrital. La sala de Consulta del Consejo de Estado había dicho que el Concejo de Bogotá sí tiene las facultades para estructurar la auditoría”, manifestó.

Para la secretaria General del Distrito, Marta Lucía Zamora, es proyecto era un tema importantísimo porque hoy en día la auditoría fiscal del Distrito la ejerce un funcionario de la Contraloría y el principio de independencia nunca se va a respetar de esta manera.

“Hundir ese proyecto al único que benefició fue al contralor Diego Ardila porque iba vigilar a la Contraloría, y por más de que exista de nombre esa auditoría es una dependencia del mismo organismo que no garantiza la transparencia. Si el contralor no tiene quién lo ronde se va a sentir muy feliz”, aseveró Zamora.

El cabildante de Roux dice que lo que pasó en el recinto es que: “cualquier cosa que venga del alcalde Gustavo Petro, así sea buena para la ciudad, hay que oponérsela. Me imagino que el que más quieren que le hagan control es el contralor Ardila, ya que es un promotor de la importancia del control fiscal”, concluyó el cabildante.

Semana.com habló con el auditor fiscal de la Contraloría, Rodrigo Tovar,  y aseguró que aunque es mejor que sea una entidad independiente, el trabajo que hace el reducido equipo es eficaz y autónomo.

“Hemos hecho cinco auditorías regulares, 10 auditorías especiales, dos visitas fiscales, doce pronunciamientos, 8 funciones fiscales de advertencias, 3 seguimientos al plan de mejoramiento y 23 procesos de responsabilidad fiscal. Sí creo que tenemos que ser independientes, llevo dos años insistiendo en ese tema porque incluso la Contraloría nos presta a algunos de sus funcionarios y el contralor puede moverlos a cualquier otro lado. A veces hay temor de que tomen represarías con nosotros”, sentenció Tovar.

Sin embargo, el contralor de Bogotá, Diego Ardila, dijo que estaba de acuerdo con que se aprobara el proyecto porque se le alivianaría espacio y personal.

“El auditor no depende de mí sino del tribunal así que sus decisiones son autónomas. Yo sería un beneficiario del proyecto. Nosotros facilitamos todo para que se ejerza la función fiscal a la Contraloría. No me opongo al control ni al concepto de la auditoría, no hay obstáculo alguno, nos gusta que nos fiscalicen y estamos abiertos a eso. El proyecto nos liberaría especio y un grupo de personas. Si lo quieren hacer que lo hagan y si se quieren llevar a los funcionarios que se los lleven, eso sólo es del resorte del Concejo”, aseguró el contralor.

El artículo 105 del decreto 1421 creó la función de ese auditor, al Cabildo Distrital le correspondía crear la entidad auditora, pero no lo hizo. Además, la plata para esa nueva entidad, saldría del presupuesto de la Contraloría.

Este mes se termina el contrato del actual auditor y el Tribunal Contencioso de Cundinamarca le corresponde nombrarlo. Sin embargo, las condiciones para este funcionario seguirán inciertas porque continuará sin tener independencia. Aún no se sabe cuál será el proceder del tribunal.