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¿Quién lo quiere matar?

Por segunda vez en menos de un año, el 'zar' de las esmeraldas Víctor Carranza fue víctima de un atentado. Detrás se esconde una macabra alianza de mafiosos.

2 de abril de 2010

La semana pasada se escribió un nuevo capítulo dramático en la vida de Víctor Carranza: volvió a escapar de la muerte. Por segunda vez en menos de un año, el polémico esmeraldero salió ileso de un atentado de los que sólo se ven en las películas de Hollywood.

Poco antes de las 11 de la mañana del lunes anterior, varios hombres interceptaron un carrotanque cargado con gasolina cerca a una vereda del municipio de Puerto López, Meta. No se trataba de un simple robo de un vehículo con combustible. Era la primera parte de una compleja operación para asesinar a Carranza. Escoltado por varios vehículos, el delincuente que conducía el carrotanque robado tomó a toda velocidad la ruta que une a Puerto López con Villavicencio. En sentido contrario viajaba una caravana conformada por cinco camionetas, en una de las cuales iba Carranza con dos de sus hijos. Cuando tuvo a la vista la caravana, el conductor del carrotanque embistió el primero de esos vehículos y logró que se volcara. La camioneta y el carrotanque quedaron atravesados en la mitad de la vía, lo que obligó al resto del convoy a detenerse abruptamente. Como salidos de la nada, varios hombres empezaron a disparar ráfagas de fusil y a lanzar granadas contra la camionetas. En la segunda de estas estaba Carranza. Varios de sus 12 escoltas descendieron de los vehículos en medio de una lluvia de balas y explosiones. Como pudo, el conductor de Carranza logró dar marcha atrás y escapar de la emboscada. Tres de los escoltas quedaron heridos y los sicarios huyeron al ver fracasada su misión.

No era la primera vez que el esmeraldero se salvaba de una operación de este tipo. El 4 de julio del año pasado en esa misma región Carranza había sobrevivido a un ataque de características similares. Tras ese atentado, el esmeraldero trató de ser prudente en señalar a los posibles responsables y se limitó a decir que podían ser el producto de una alianza entre guerrilleros y paramilitares, quienes lo declararon objetivo por no ceder a sus pretensiones. Lo cierto del caso es que el hecho de que hayan intentado asesinar a Carranza, no una sino dos veces, en una zona en la que históricamente el esmeraldero ha sido un 'patrón' incuestionable, da una idea de la dimensión de sus enemigos. Desde entonces, y al igual que en el reciente ataque, las hipótesis sobre los responsables recaen en una alianza conformada por dos de los hombres más buscados del país y un antiguo conocido de Carranza.

El primero de ellos es Pedro Oliverio Guerrero, alias 'Cuchillo', ex jefe de las autodefensas del Guaviare, quien ha reunido un grupo de unos 800 hombres y viene expandiéndose por Meta en busca de las rutas del narcotráfico hacia Venezuela. 'Cuchillo' siempre ha estado en disputas con otros grupos emergentes del oriente del país y sin duda busca consolidar su control territorial en toda esta importante zona. Aunque su área de influencia está lejos del lugar de los dos atentados contra Carranza, la región en donde ocurrieron los ataques tiene una fuerte presencia y control por parte de Daniel 'el Loco' Barrera.

Desde hace años 'el Loco' ha consolidado poder en gran parte del oriente del país. Maneja las rutas de los frentes de las Farc que más producen coca, así como las de los paramilitares y grupos emergentes, ya que tiene conexión directa con las mafias mexicanas, centroamericanas y europeas. A diferencia de 'Cuchillo', Barrera no tiene un numeroso ejército a su servicio. Suele contratar 'oficinas' de sicarios experimentadas para sus ajustes de cuentas. Pero por encima de esto su poder siempre ha consistido en que tiene una alta capacidad de penetración en los organismos de inteligencia y las fuerzas militares, que le proveen información privilegiada y lo protegen de sus enemigos y del gobierno. Esa colaboración de sectores oficiales explicaría por qué se pudieron realizar dos atentados de semejante magnitud en una vía principal de un departamento sin que los grupos de atacantes fueran detectados por ningún control militar de los que hay en la zona. Desde hace varios años 'Cuchillo' y Barrera se asociaron creando una mezcla explosiva y peligrosa, especialmente porque los dos tienen estrechos vínculos y negocios con las facciones más narcotizadas de las Farc.

El tercer protagonista es un viejo conocido de Carranza: Pedro Nel Rincón. Conocido con el alias de 'Pedro Orejas', hace parte de uno de los clanes de esmeralderos más tradicionales de Boyacá. Sus diferencias con el 'zar' de las esmeraldas vienen desde hace varios años, cuando Rincón se asoció y llevó a la zona esmeraldífera al polémico Yesid Nieto, un hombre que de la noche a la mañana apareció con millones de dólares para involucrarse en el mundo de las esmeraldas. Nieto estaba ligado estrechamente a varios sectores de narcotraficantes, entre ellos al 'Loco' Barrera, y tenía negocios con varios paramilitares como 'Cuchillo' y 'el Alemán'. Carranza y otro sector de esmeralderos se opusieron a la entrada a zonas clave de Nieto, quien fue asesinado en 2008 en Guatemala. Tras varios meses de estar encarcelado sindicado de homicidio, Rincón recobró su libertad en diciembre del año pasado y no se conoce su paradero.

 Lo único claro por ahora es que el control de territorio y rutas del narcotráfico en el oriente del país parece ser el motor que impulsa los atentados y la nueva guerra en la que el objetivo es 'cazar' al polémico 'zar' de las esmeraldas.