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¿QUIEN SE LA ROBO?

Hay cerca de 1.000 millones de pesos sin explicar en la campaña de Ernesto Samper. ¿En qué bolsillo acabaron?

23 de octubre de 1995

ES PREMATURO JUZGAR todavía qué fue lo que realmente sucedió con la financiación de la campaña de Samper. Las versiones de Santiago Medina sobre los aportes del cartel de Cali son conocidas por todo el país pero no han sido confirmadas por la justicia. Por otro lado, las negativas del gobierno a todo lo que afirma Medina pueden ser o no creídas pero nadie ha podido desvirtuarlas. Sin embargo, mientras todas estas circunstancias se esclarecen, hay dos hechos que están quedando claros. En primer lugar, que se movieron miles de millones de pesos en efectivo. Y en segundo lugar, que una o màs personas se robaron mucha plata.
Esto es menos sorprendente de lo que pudiera parecer. Las campañas políticas por lo general son episodios desordenados en donde muchos recursos acaban en el bolsillo que no toca. Para entusiasmar al electorado se necesita transporte, ternera a la llanera, música, trago y camisetas. La mayoría de estos gastos tienen que hacerse en efectivo en todo el territorio nacional y las cuentas que se rinden no son del todo científicas. Por otro lado, los movimientos de dinero en efectivo tienden a debilitar los principios. No es imposible que el que transporta un maletín con billetes de un lado al otro considere que tiene derecho a una comisión. Esta es una realidad histórica y hasta ahí no hay nada de nuevo.
La novedad en esta campaña consiste en que por primera vez las autoridades electorales establecieron topes a la cantidad de dinero que se podía recaudar y gastar. Lo anterior llevó a sus directivas a tratar de mantener muchos movimientos por fuera de la contabilidad. Esto, combinado con las altísimas cifras que se movieron, generó un escenario proclive a la doble contabilidad, a las maniobras clandestinas y en consecuencia a la desaparición de mucho dinero. Eso parece ser lo que sucedió en la campaña pasada, como se desprende de tres casos aislados.

EL CASO DE LA AVIONETA EN MONTERIA
Una de las acusaciones que hizo Santiago Medina fue que el dinero en efectivo que se enviaba a la Costa era transportado en una avioneta que iba de ciudad en ciudad dejando los paquetes de billetes. Concretamente afirmó: "Es el caso de la famosa avioneta de Córdova que llevaba 180 millones de pesos en efectivo y que fue detectada por la Policía, supuestamente teniendo que pagarles 30 millones de pesos a los policías para que dejaran seguir moviendo esa plata. Ese hecho que ha sido muy hablado y muy discutido es realmente cierto".
En realidad el cuento de la avioneta llena de dinero en efectivo detenida en Montería fue una leyenda que circuló mucho durante la campaña, tanto en medios parlamentarios como en la misma ciudad. Sin embargo nunca fue mencionada en los medios de comunicación hasta la indagatoria de Medina.
La versión del representante Miguel de la Espriella, quien tenía que recibir el dinero en Montería, es completamente diferente de la de Medina. El afirma que recibió solamente 90 millones de pesos. En cuanto a la famosa avioneta que habría sido detenida con el dinero, manifiesta que esa es una historia ficticia. Reconoce que efectivamente una avioneta Super King 300 de dos turbinas llegó al aeropuerto de Montería con material electoral enviado por la campaña. Pero aclara que no traía bolsas con billetes sino camisetas, propaganda, cachuchas, botones y cosas de esa naturaleza. Agrega que él estaba recogiendo ese material cuando en el mismo instante llegó un avión de Avianca con los 90 millones de pesos enviados por Santiago Medina. El recogió el dinero, de tal suerte que quedó en el aeropuerto cargando simultáneamente los 90 millones de pesos y el material publicitario. En ese momento fue interceptado por un policía que descubrió el dinero y decidió retenerlo no sólo a él sino a la avioneta de la campaña. De la Espriella explicó el origen de los recursos y logró hacer venir para que lo ayudaran a solucionar el problema a los parlamentarios Francisco José Jattin, Salomón Nader y Jairo Ganim. Entre todos le explicaron a la policía que el dinero no había llegado en la avioneta sino en el avión de Avianca y que era enviado por la tesorería central del Partido Liberal. Con esta aclaración el problema finalmente se arregló y dejaron en libertad tanto a Miguel de la Espriella como a la avioneta.
Según De la Espriella, el dinero se repartió entre los cuatro senadores del departamento. Como no estaba disponible inmediatamente José Elías Nader, lo recibió en su representación Jairo Ganim, quien era el representante a la Cámara de su movimiento. Interrogado por SEMANA, José Elías Nader manifestó que él no había recibido un peso de ese dinero.
En este episodio hay dos cifras diferentes. Medina dice que él envió 180 en la avioneta, que 30 fueron pagados a la policía como soborno para que liberara el dinero y que le quedaron 150 a De la Espriella para repartir entre los políticos del departamento. Esa cifra de 150 millones de pesos aparece en el listado de la tesorería liberal, así como en un recibo que entregó Medina a la Fiscalía firmado por Miguel de la Espriella. Este último afirma que ese recibo tiene su firma falsificada y su número de cédula incorrecto. Miguel de la Espriella, por su parte, afirma que recibió sólo 90 millones de pesos. Que este dinero no llegó en la avioneta sino en un avión de Avianca que aterrizó al mismo tiempo. Agrega que no hubo ningún soborno a la policía y que por el contrario hay un oficial que puede certificar que contó el dinero y que la cifra era de 90 millones de pesos. Anota también que él firmó un recibo por esta cantidad.

LAS CUENTAS DE LA PUBLICIDAD
El segundo caso es el de la empresa Radiodifusores Unidos, perteneciente al grupo de Mejía Asociados. Santiago Medina había afirmado en su indagatoria lo siguiente: "Los dineros que los Rodríguez Orejuela aportaron para la primera vuelta, según mi conocimiento, fueron 1.000 millones de pesos. Ellos hicieron llegar 500 millones de pesos a través de Alberto Giraldo, con los cuales se pagaron facturas de papelería, afiches y publicidad a un señor Leopoldo Montejo, a quien el doctor Botero autorizó que dicha entrega la hiciera el señor Alberto Giraldo. Yo recibí como 60 millones de pesos para pagos pequeños que se hicieron a través de Juan Manuel Avella y el resto se le entregó en dinero efectivo a un señor Prieto, hijo de Luis Prieto Ocampo, quien manejaba en la campaña todo lo que era relacionado con radio y televisión".
La persona a quien se refería Medina era a Roberto Prieto, gerente de Radiodifusores Unidos. Contrario a la afirmación del ex tesorero, a Prieto nunca le dieron dinero en efectivo sino que el pago de sus servicios fue cancelado siempre con cheques. Tan pronto leyó la indagatoria de Medina, le envió una carta a la Fiscalía poniéndose a su disposición para aclarar cualquier cosa. Igualmente le hizo llegar la totalidad de los cheques recibidos por su empresa de parte de la campaña liberal para que estos fueran examinados. El total ascendía a 1.400 millones de pesos, de los cuales Valdivieso descubrió que 900 no tenían ningún problema. Los otros 500 eran cheques sospechosos cuya existencia el Fiscal no conocía y consideró como un verdadero tesoro para la investigación.
El lunes 18 de septiembre la Fiscalía oyó la versión de Roberto Prieto. Este se encontró con la sorpresa de que además de los 1.400 millones de pesos que le entregaron, su compañía fue utilizada durante la campaña para justificar pagos adicionales por 457 millones de pesos. En otras palabras, funcionarios de la campaña falsearon documentación para dejar la impresión de que Radiodifusores Unidos había recibido gruesas sumas que nunca entraron. Este truco se hizo tanto a través de dinero en efectivo como de cheques. En el caso de los cheques, aparecieron recibidos con el sello falsificado de Radiodifusores Unidos.
La Fiscalía le preguntó a Prieto si a él le habían dado 300 millones de pesos en efectivo que Alberto Giraldo le habría entregado personalmente por instrucciones de Santiago Medina con el propósito de devolver esta suma a la campaña convertida en cheques. Prieto le manifestó que este dinero nunca llegó a sus manos. Igualmente le preguntaron si había recibido 157 millones en cheques girados a terceros. La respuesta también fue negativa.
Los 300 millones de pesos en efectivo que acusaron a Prieto de haber recibido podrían ser la clave para dilucidar algunos elementos no explicados de la indagatoria de Santiago Medina. Según él, el cartel de Cali aportó 1.000 millones de pesos en la primera vuelta. Estos se darían con los 190 que le dieron a Mauricio Montejo, los 10 de la comisión de Giraldo, los 500 que habrían sido convertidos en cheques de gerencia para pagar gastos de televisión y radio a Roberto Prieto, los cuales fueron considerados por Valdivieso como un tesoro. Esto daba un total de 700 millones de pesos, pero nadie había podido explicar qué pasó con los 300 que faltaban. Ahora se puede concluir que alguien se quedó con esos 300 millones de pesos y que para justificarlo dijo que los había entregado a Radiodifusores Unidos.

EL CASO DE LOS ESTUDIANTES
Un día apareció en La Prensa una lista de donaciones de la campaña a varias personas. Entre ellas aparecieron los nombres de tres estudiantes con la cifra de 145 millones al lado de cada uno de sus nombres. Cuando ellos vieron esto se aterraron. Habían sido nombrados testigos electorales para sus respectivas regiones y a los tres Santiago Medina les había dado 200.000 pesos (66.000 por cabeza) para los gastos del día de las elecciones por medio de un recibo de caja. Ellos firmaron el recibo y pusieron sus cédulas. Ese recibo de 200.000 pesos, Santiago Medina lo incluyó entre los documentos que aportó a la Fiscalía. Posteriormente apareció una relación de gastos donde los tres estudiantes aparecen recibiendo en lugar de 66.000 pesos cada uno, 145 millones de pesos por cabeza.
Tan pronto se enteraron de la inconsistencia se presentaron al Noticiero de las Siete para poner la cara y explicar su situación. Lo que hasta ahora ha quedado claro es lo siguiente: Medina a la Fiscalía le reportó los 200.000 pesos. La campaña le presentó al Consejo Electoral una relación de gastos que ascienden a la suma de 435 millones de pesos (145 x 3). Como en este caso no hay recibo firmado, lo único que se hizo fue la utilización de los nombres de ellos en los libros de la campaña.
Es difícil llegar a conclusiones sobre quiénes son los verdaderos responsables sobre la desaparición de estas platas. La Fiscalía ha establecido que por lo menos siete personas podrían haberlo hecho en relación con los tres casos descritos. Incluso en algunos de ellos puede que no se trate de robo sino de simples maromas contables. En todo caso se espera que las investigaciones desemboquen en claridad sobre todo este asunto, que sin duda alguna va a sorprender mucho a los colombianos cuando se conozcan los detalles.-