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. | Foto: SEMANA

CRISIS

Bogotá, a las puertas de elecciones atípicas

El reemplazo de Gustavo Petro tendrá que ser escogido en las urnas. El próximo año los bogotanos se encontrarían con elecciones presidenciales, de Congreso y de alcalde.

9 de diciembre de 2013

La principal pregunta que hoy se hacen los bogotanos, tras la decisión del procurador Alejandro Ordóñez de destituir e inhabilitar a Gustavo Petro por 15 años para ejercer cargos públicos, es quién será el nuevo alcalde de la ciudad.

Como el fallo disciplinario admite el recurso de reposición, el cual, muy seguramente, será interpuesto por los abogados del alcalde, Petro seguirá en el Palacio de Liévano hasta tanto este se resuelva. La Procuraduría tiene como término treinta días para decidirlo.

Si la destitución se mantiene Gustavo Petro tendría que abandonar su cargo de forma inmediata, generando así la falta absoluta del gobernante.

Y según la Constitución del 91, si la falta absoluta se presenta a más de 18 meses de la terminación del periodo, el presidente de la República deberá convocar a elecciones atípicas para escoger alcalde para el periodo que reste.

Ese es el escenario que enfrentará la ciudad tras la destitución de Petro. El alcalde de Bogotá terminaría su periodo el 31 de diciembre del 2015, en consecuencia aún le quedan algo más de 24 meses de mandato. La fecha clave para la realización de nuevas elecciones es el 30 de junio del 2014. Cualquier decisión de destitución antes de esta fecha obliga a convocar a elecciones.

En el caso de Petro, todo apunta a que este será el escenario. Como el recurso de reposición al fallo no superará los 30 días, y como tiene que ser resuelto por el propio procurador general, se presume  que la destitución sería confirmada.

En el momento en que esta decisión esté ratificada, el presidente, por decreto, deberá hacer la convocatoria a las elecciones, las cuales se deben realizar durante los siguientes dos meses.

Mientras se hacen las elecciones, el jefe de Estado nombrará un reemplazo temporal. La ley colombiana tiene un vació frente a faltas temporales, pues no establece que el encargado tenga que salir de una terna de candidatos enviada por el mismo partido político del alcalde destituido. Petro fue escogido por el movimiento Progresistas, que hoy está fusionado en el partido Alianza Verde.

El presidente solo está obligado a nombrar como reemplazo a una persona del mismo grupo político del alcalde destituido cuando esta sanción se produzca a menos de 18 meses de terminar el periodo. En ese caso sí tendría que respetar el origen político.

Esta interpretación de la norma podría darle posibilidades al presidente Juan Manuel Santos de nombrar funcionarios de su confianza en la administyración de la capital. En su gobierno trabajan dos excandidatos a la Alcaldía, Gina Parody, actual directora del SENA, y David Luna, actual consejero presidencial para las regiones.

Todo este dilema se resolverá en el momento en que la decisión disciplinaria, que incluso fue controvertida por el gobierno nacional, quede en firme. En el momento en que se produzca se determinará la convocatoria y la fecha a las elecciones.

Por eso, tras la decisión de Ordóñez, el 2014 será un año inédito en materia política, pues además de las elecciones a Congreso y a Presidente de la República, se colara en la campaña las elecciones por el segundo cargo de elección popular más importante del país.

Una circunstancia que podría modificar aún más el ajedrez político de la campaña, ya que la alcaldía de Bogotá es uno de los botines más preciados, y algunas de las figuras de los partidos con miras a las elecciones legislativas, podrían modificar su decisión para apostarle a la Alcaldía.

El ajedrez político

Por eso, en el momento de que se confirme la destitución, según la Registraduría la citación a elecciones debe hacerse en los 55 días siguientes de haber sido decretada la falta absoluta. Los cálculos advierten que en el primer trimestre se podrían realizar estas elecciones atípicas.

Eso podría cambiar el panorama para muchos partidos políticos. En las elecciones atípicas, que son campañas muy cortas, estarían determinadas por el reconocimiento de los candidatos en la opinión pública, y por eso, quienes disputaron las elecciones del 2011 en teoría tendrían más posibilidades a la hora de conquistar al electorado.

En principio, Alianza Verde, que integró al movimiento Progresistas de Gustavo Petro, querrá defender el poder que conquistó en la capital en el 2011. Su principal carta sería Antonio Navarro Wolf quien fuera el primer secretario de gobierno de la administración de Petro.

Navarro se inscribió como candidato al Senado, con el propósito de jalonar con su votación a que la Alianza Verde mantenga su personería juríodioca, pero este fallo podría cambiar su panorama. Las listas al Congreso pueden ser modificadas hasta el 9 de febrero.

En este mimso partido milita uno de los mayores contradictores del alcalde Petro, precisamente el exalcalde Enrique Peñalosa. Aunque el dirigente se inscribió como precandidato a la consulta Verde para elegir candidato presidencial, podría modificar sus planes, toda vez que su fuerza electoral se concentra en la capital y su trabajo se ha concentrado en la ciudad. Es el mejor ambiente donde se desenvuelve, y fue candidato en las elecciones del 2011 donde fue derrotado por Petro. 

En este escenario el nombre de Antanas Mockus podría convertirse en un jugador determinante. Su decisión de no aspirar al Senado, el Palacio de Liévano podría ser un escenario para jugar dentro de la política. 

Otro de los que están en campaña para las elecciones legislativas, pero que sería una carta para la capital, es el jefe de Cambio Radical Carlos Fernando Galán, quien fue candidato a este cargo en el 2011. Si este partido quiere disputar el segundo cargo de elección popular, no tendría liderago diferente al de Galán. 

Pero para otros partidos también puede ser esta una nueva posibilidad política. El uribismo, quer aunque había apoyado a Peñalosa para derrotar a Petro, también tien tres cartas de peso para disputar el poder en la capital. Miguel Gómez, el representante a la Cámara que promivió la revocatoria al mandato de Petro, decidió no aspirar a una curul en el Congreso y ahora sus intereses podrían ubicarlo como un posible candidato a la Alcaldía.

Otro de los disidentes de La U, y que hoy está más cerca del uribismo, es el senador Juan Lozano, quien al no aspirar al Congreso, podría convertirse en eventual candidato. Lozano además ya aspiró a la Alcaldía, fue en el año 2003 cuando fue derrotado por Luis Eduardo Garzón. Sin embargo Lozano ha confesado que de momento se marginaría de la política electoral y entre sus planes no estaría un escenario de elecciones atípicas, aunque cualquier cosa puede pasar.

Pero la otra carta del uribismo es el exvicepresidente Francisco Santos quien fue derrotado en la Convemnción del Centro Democrático que determinó que Oscar Iván Zuluaga sería el candidato presidencial. Muchos han advertido que Santos enfilaría todos sus esfuerzos a la alcaldía, aunque tendría que inscribirse mediante firmas o con el aval de un partido con reconocimiento jurídico.

Ellos tendrán que decidir. En la balanza está que las elecciones atípicas solo son para terminar el periodo constitucional, es decir el nuevo alcalde estará solamente por espacio de algo más de año y medio administrando los destinos de la ciudad. Esa circunstancia puede pesar a la hora de definir el nuevo partidor por la la Alcaldía Mayor.

Lo cierto es que la destitución de Gustavo Petro puede convertirse en un nuevo ingrediente que condimente aún más las elecciones del año próximo.