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El inmenso tubo a través del cual se extraerían las aguas negras de Cartagena y la Ciénaga de la Virgen mide 4,3 kilómetros. Un poco más de la mitad de esta estructura se halla perdida en el mar.

POLÉMICA

¿Quién tuvo la culpa del tubo naufragado?

El desastre pudo haber sido causado por un ahorro que quiso hacer la firma encargada de traer el emisario submarino para librar a Cartagena de aguas fétidas.

8 de enero de 2011

Cuarenta días después de que naufragara en el mar el emisario submarino de Cartagena, la empresa chipriota que lo construyó, EDT Marine Construction, no ha dado la cara. Miki Peleg, su representante legal, se fue del país sin dar explicaciones. Por cuenta de este desastre, la ciudad aplazó indefinidamente la puesta en marcha del Plan Maestro de Saneamiento, en el cual esta compleja tubería de conducción de aguas servidas desde la ciudad hasta alta mar era un componente clave.

Durante 15 años se montaron bombas, redes y tubos desde Cartagena hasta Punta Canoa. Una planta de tratamiento construida en este corregimiento se iba a conectar con el emisario de 4,3 kilómetros para llevar las aguas residuales, filtradas, mar adentro. El proyecto ha costado 117 millones de dólares, que prestó el Banco Mundial y que pagarán los ciudadanos con la sobretasa ambiental.

El primero de diciembre, cuando zarparon de Bahía Honda el tubo y sus 888 lastres de hormigón de más de 10.000 toneladas, se auguraba que la operación para dejar instalado el emisario que libraría por fin a la bahía de Cartagena y a la Ciénaga de la Virgen de las aguas negras sería exitosa. Era una maniobra tan complicada que los constructores de un emisario en una ciudad de Canadá vinieron a observar. Pero al día siguiente se supo que el gigante tubo se partió y sus partes estaban refundidas en el mar.

Le tomó un mes a la firma inglesa Halcrow Group, interventora del proyecto, explicar la causa del siniestro: dijo que EDT Marine había contratado un servicio de remolcadores, Operaciones Técnica Marítimas (OTM), que había cambiado la ruta establecida. Otras fuentes dijeron que aunque OTM no contaba con los equipos adecuados para transportar el tubo, la contrataron porque era más barata. Además, que por el mal tiempo, la Capitanía de Puerto debió impedir el zarpe del convoy de remolcadores. Víctor Hurtado, capitán de navío del Puerto durante el transporte del emisario, sostuvo que "el tiempo era el adecuado y el remolcador estaba certificado".

También debió influir que EDT Marine tenía prisa, pues ya se había suspendido el montaje una vez y el 2 de diciembre vencía el plazo de entrega. Esta empresa de Chipre sigue siendo la responsable de entregar el emisario instalado y probado, pues fue contratada por Aguas de Cartagena, una empresa del Distrito y de socios españoles.

Para liquidar el contrato por incumplimiento deben haber transcurrido más de noventa días. Apenas ha pasado un mes largo. Y aunque la firma responsable no aparece aún no ha dicho que no rescatará el emisario. El gerente de Aguas de Cartagena, Francisco Pérez Tena, dijo a SEMANA que ya está gestionando el cobro de las multas que debe pagar EDT Marine y le ha solicitado al Banco Mundial que la incluya en la lista negra por incumplimiento. También pidió al Helenic Bank cobrar la garantía suscrita por el contratista en cuanto se cumplan los plazos, pues podrán recuperar inmediatamente18.000 millones de pesos del contrato del emisario, cuyo valor total es de 57.700 millones.

Desde 2008, la alcaldesa Judith Pinedo le había pedido al Banco Mundial que cambiara al gerente del proyecto, Menahem Libhaber, pues pretendía que un excedente de 40.000 millones de pesos de la sobretasa ambiental se invirtiera también en el Plan Maestro de Saneamiento. "El acompañamiento del Banco Mundial ha sido un desastre", dijo la Alcaldesa a SEMANA, pues quedó demostrado que la oferta más barata no siempre es la mejor ni es la fórmula de contratación más eficiente.

La Alcaldesa y el gerente de Acuacar dicen que el proyecto se concluirá con o sin la firma chipriota y ordenaron el rescate de lo que quedó del tubo. Se han recuperado unos dos mil metros de tubería, pero el oleaje y la profundidad han impedido rescatar el tramo restante, que se cree que está a dos millas, en el Bajo Nokomis, frente a Cartagena. A Pinedo le queda un año para resolver el entuerto si quiere librar por fin a la gente de su ciudad de los malos olores y la insalubridad. Los han tenido que aguantar por tantos años que se podría pensar que esa es la verdadera razón por la que a esta turística urbe se le conoce como La Heroica.