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Según el presidente Santos, el fenómeno de El Niño aún está en su apogeo. | Foto: Archivo particular

CORTES

Racionamiento no se aleja: solo se ahorró 1,7 % de energía el primer día

El Gobierno insistió en la necesidad de que los hogares racionen voluntariamente el 5 % de su consumo en electricidad. También lucha contra una inoportuna crisis que atenta contra su credibilidad.

8 de marzo de 2016

Es un inicio, pero a todas luces insuficiente. El presidente Juan Manuel Santos volvió este martes a dirigirse a los colombianos para despejar los temores de un racionamiento de energía, al cual no se debería acudir si los hogares ahorran el 5 % de su demanda diaria. Pero el lunes, en el primer día de la campaña ‘Apagar paga’, se logró cortar el consumo sólo en 1,7 %.

El mandatario había dicho unas horas antes que ese sacrificio se haría por cuatro semanas, pero ahora amplió el término de la cruzada por el ahorro, la cual se extenderá hasta que se terminen los efectos del fenómeno del Niño.

Santos advirtió que a este fenómeno, que aún está en su apogeo, se suman los accidentes de la central hidroeléctrica más importante del país, Guatapé, y de Termoflores. Todo esto ha conducido a esta crisis energética. Por eso, el mandatario consideró que si el ahorro se extiende hasta que aparezcan las lluvias, lo más seguro es que no habrá necesidad de cortes de energía.

El presidente acude a la voluntad de los colombianos, a los que invitó a sumarse a la cruzada para doblegar al Niño. Para el ahorro de energía se han dado estímulos: “un peso por cada peso ahorrado”, según lo describió Santos y castigos para quienes desperdicien energía: “Pagarán el doble”.

“En el día de ayer (lunes) se logró un ahorro del 1,7 %. Eso todavía no es suficiente, pero por supuesto hasta ahora la gente se está enterando, hasta ahora está comenzando esta cruzada, esta campaña”, expresó el presidente.

Santos verdaderamente se la juega con esta batalla del ahorro para evitar caer en el racionamiento. Admite que ese escenario traerá enormes costos al país.

Un apagón general, como el que se vivió en el gobierno de César Gaviria en 1992, le podría pasar factura a su gobierno que, precisamente, no cuenta con el favor de la mayoría de los colombianos -según encuestas- y distrae los esfuerzos presidenciales cuando está en vísperas de anunciar acuerdos con las FARC.

La crítica situación

Este martes el operador del mercado XM -filial de ISA- que, entre otras labores, corre los modelos para determinar qué tan alto es el riesgo de que el país sufra cortes de energía, recomendó al Gobierno establecer cortes programados de energía durante las próximas cinco o seis semanas.

Estos cortes o racionamientos deben equivaler al 5 % de la demanda de energía, es decir, nueve gigavatios hora/día.

Hizo la recomendación teniendo en cuenta que están en la obligación de enviarle señales al Gobierno sobre el comportamiento del sector y si hay problemas para que opere bajo criterios de seguridad, calidad y confiabilidad.

Sin embargo, la recomendación de XM fue descartada tras una reunión que se llevó a cabo en la Casa de Nariño entre el presidente; la ministra (e) de Minas, María Lorena Gutiérrez, y los representantes de las empresas generadoras y comercializadores de electricidad.

A pesar del panorama, Santos se mostró convencido: “Creo que los colombianos van a responder con disciplina y compromiso. Creo que vamos a evitar acudir al racionamiento”. El mandatario prefirió descartar en esta ocasión los cortes de energía.

Fusible quemado

En el gabinete presidencial ya se fundió el primer fusible: el exministro de Minas y Energía Tomás González. Rodó su cabeza, aparentemente, por la falta de previsión en cuanto a la gravedad del problema y la falta de contundencia de las medidas para hacer frente la situación.

El viacrucis de González, que venía agobiado por su baja popularidad y las duras críticas por sus decisiones, llegó a su última estación el sábado. Santos hizo una visita sorpresiva a la hidroeléctrica de Guatapé. Comprobó con sus propios ojos la gravedad de la crisis energética y que las soluciones adoptadas eran insuficientes.

El presidente estuvo acompañado de la ministra de Presidencia, María Lorena Gutiérrez, y terminó su visita salió molesto y presuroso. No dio declaraciones a los periodistas que habían viajado y sólo pidió a las directivas de EPM adelantar los trabajos para reparar cuanto antes la central hidroeléctrica.

Santos se marchó del lugar y González se quedó enfrentando a la prensa. Solo insistió en la necesidad de ahorrar energía, pero sus palabras escondían algo más: que esas serían sus últimas declaraciones como miembro del gabinete.

Este lunes el presidente Santos tuvo que aceptar que en Colombia hay riesgo de un racionamiento. Lo dijo muy serio, pues poner al país a oscuras es lo que menos le interesa a su gobierno, más aún cuando la reciente encuesta de Gallup le dio el 69 % de desaprobación.

Ahora el Gobierno se ve enfrentado a un sorpresivo e inoportuno frente de batalla, arrecian en su contra las acusaciones del Centro Democrático por la reciente captura de Santiago Uribe, hermano del senador y acérrimo opositor Álvaro Uribe. Además, se busca que el ELN se sume de una vez por todas al proceso de paz y, por otra parte, se acerca un delicado momento en los diálogos con las FARC. ¿Habrá luz al final de este túnel?