Home

Nación

Artículo

PORTADA

'Ranking' de presidentes

SEMANA revela el primer estudio hecho en Colombia para clasificar a los presidentes. Fue liderado por la Fundación Liderazgo y Democracia con el apoyo de los mejores historiadores del país.

20 de noviembre de 2010

Los presidentes tienen dos grandes obsesiones: las encuestas y el juicio de la historia sobre su gestión. Las primeras miden la aprobación o el rechazo de los gobernados en el corto plazo, lo cual se traduce en márgenes de gobernabilidad, posibilidades de reelección o capacidad de influir en el sucesor. Pero no siempre el sentimiento ciudadano de corto plazo coincide con el veredicto de la historia, que es más duradero y definitivo.

Hace ya varios años en Colombia existen empresas encuestadoras que miden las percepciones de la opinión pública sobre los presidentes. Pero no ha habido, en cambio, una proliferación de estudios -que sí existen en otros países- para evaluar las gestiones de los mandatarios con una perspectiva de largo plazo y de una manera comparativa con las demás personas que han ejercido el poder. Por primera vez, la Fundación Liderazgo y Democracia, que preside el abogado y columnista Álvaro Forero Tascón, convocó a un grupo de historiadores e intelectuales para realizar un ranking de los 42 colombianos que han ejercido la Presidencia durante más de dos años.

Según los intelectuales consultados, Alberto Lleras Camargo ha sido el mejor mandatario, y le siguen, en orden, Alfonso López Pumarejo y Carlos Lleras Restrepo. Todos ellos son del siglo XX y fueron elegidos por el Partido Liberal. Después aparecen Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar, los dos principales líderes de la guerra de independencia frente a España, los primeros en ejercer el más alto cargo de la dirección del Estado y los grandes gestores de la fundación del mismo. En recuadros aparte aparece la lista, por orden de puntaje, de los 42 mandatarios y las razones por las cuales los 10 primeros ocuparon sus respectivos lugares.

Pero más allá de la clasificación general, el estudio arroja conclusiones sobre los principales valores que, según los historiadores, definen la trascendencia histórica de una gestión presidencial. En el ranking elaborado por la Fundación Liderazgo y Democracia salen favorecidos los mandatarios de talante liberal, que se distinguieron por su respeto a la ley y al Estado de derecho. A los moderados les va mejor que a los radicales. Y quienes gobernaron con esquemas vinculantes y de unión nacional recibieron mejores calificaciones que quienes aplicaron políticas sectarias. Para el grupo de historiadores e intelectuales consultados, la fórmula que reúne reformismo y consenso ha sido la opción de gobierno más efectiva.

Según Jorge Orlando Melo, miembro del comité consultor del estudio -junto con Álvaro Tirado Mejía, María Teresa Calderón y Carlos Caballero Argáez-, "hay un peso liberal en los 10 primeros". Los tres mandatarios de la República Liberal -Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo y Eduardo Santos- aparecen en los 10 primeros puestos. Y, en general, dentro de la tradición liberal-conservadora del país, los primeros resultan mejor evaluados que los segundos. Entre los 10 primeros aparecen varios mandatarios de estirpe liberal: Alberto Lleras, Alfonso López, Carlos Lleras Restrepo, Enrique Olaya Herrera, Manuel Murillo Toro, Eduardo Santos y César Gaviria. El único conservador de ese selecto grupo es Carlos E. Restrepo, quien gobernó a nombre de la Unión Republicana. Para los consultores resulta llamativo que entre los conservadores que llegaron en años más recientes a la Presidencia, Belisario Betancur ocupa un lugar más alto (puesto 26) que sus copartidarios Misael Pastrana (30), Andrés Pastrana (35) y Guillermo León Valencia (en la casilla 36).

Según María Teresa Calderón, otro factor de peso como determinante del éxito histórico de los presidentes "ha sido el aporte a la construcción institucional". En esta categoría caben Alberto Lleras, el primer presidente después de la dictadura militar; Francisco de Paula Santander (quien aparece por encima de Bolívar); César Gaviria y Rafael Núñez, asociados con las Constituciones de 1991 y 1886. Calderón dice que "es claro que las tendencias autoritarias pierden frente a las tenencias democráticas".

Álvaro Forero agrega que "los presidentes considerados como tolerantes, por ejemplo Alberto Lleras y Eduardo Santos, salen mejor que los que son vistos como sectarios, como Mosquera y Laureano Gómez". El análisis de los puntajes asignados a cada uno de los 42 mandatarios conduce a la hipótesis de que las características de estilo y talante de los gobernantes son más determinantes que sus desempeños en áreas concretas como la economía o la paz.

Otra conclusión de tipo general es que a los presidentes de los últimos años, en términos globales, les va mal, con excepción de César Gaviria, que ocupa la casilla 10, de Virgilio Barco (13) y de Alfonso López Michelsen (14). Ernesto Samper (40) y Andrés Pastrana (35), en cambio, están entre los últimos. Y Álvaro Uribe, el mandatario más popular según las encuestas y uno de los que ha gobernado durante más tiempo, quedó en el puesto 20.

Los resultados de los mandatarios contemporáneos tienen algunas explicaciones, según las evaluaciones de los historiadores. En la mala calificación de Samper influye el proceso 8.000 y cómo su defensa impidió avances en su agenda gubernamental. En el caso del gobierno de Andrés Pastrana, el fracaso en las negociaciones con las Farc también eclipsó otras áreas de gobierno. Y en el caso de Uribe, si bien tiene calificaciones altas en materias como su persuasión pública, su visión y la fijación de una agenda colectiva (que son elementos de liderazgo), los expertos lo castigan en áreas como prestancia moral, respeto al Estado de derecho y búsqueda de bienestar y equidad.

El caso de Álvaro Uribe, que sigue ocupando los principales lugares en las encuestas de imagen del país, pone de presente la diferencia que hay entre las visiones de la opinión pública y las de los intelectuales y los historiadores. Los analistas consideran que es común que los presidentes caudillistas o populistas tengan más aceptación en el corto plazo que a la larga y sean mejor evaluados por los ciudadanos que por los intelectuales. Álvaro Forero agrega que "los intelectuales tienen un sesgo, porque les dan gran importancia a valores como la prestancia moral, el respeto a la ley y el aporte a la institucionalidad democrática, que no necesariamente son los que más le interesan al grueso público".

Y aunque el objetivo de quienes promueven este tipo de análisis es hacer evaluaciones más estructurales y profundas que las que se hacen en el corto plazo, no pueden dejar de mencionarse las reflexiones que suscita para el momento actual de la política colombiana. El presidente Juan Manuel Santos parece aconsejado por historiadores en cuanto a la importancia del respeto a la institucionalidad, la tolerancia hacia las ideas de la oposición y la preferencia por un esquema de gobierno de Unidad Nacional.

En otros países en los que se hacen estudios semejantes al de la Fundación Liderazgo y Democracia, como Estados Unidos e Inglaterra -de donde se tomaron ejemplos para el diseño de los criterios y el método-, se ha visto que la visión sobre algunos presidentes puede cambiar con el paso del tiempo. Bill Clinton, en Estados Unidos, entre 2002 y 2009 subió varios puestos. Esto tiene que ver con la perspectiva con que se analizan los hechos, el desempeño de los ex mandatarios después de dejar el poder y los elementos de juicio que aportan los analistas.

En ese sentido, el ranking que hoy publica SEMANA, más que una conclusión definitiva, es un primer paso. Su carácter polémico y la sensibilidad que suscita el tema seguramente generarán interés por hacer otras investigaciones que también contribuirán a un mejor conocimiento de la historia. Y, sobre todo, a promover un mayor interés general hacia ella.