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Manuel Francisco Ballestas (derecha) es desmovilizado y presidente de la junta directiva de Ganchos y Amarras de Valle. | Foto: Diana Sánchez

RECONCILIACIÓN

Los excombatientes que ahora son empresarios

Estos son algunos ejemplos de reconciliación, relatados por los afectados directos e indirectos del conflicto.

26 de febrero de 2014

Un desmovilizado que trabaja de la mano con las compañías Carvajal y Eternit, una fundación empresarial que interviene en uno de los barrios más conflictivos de Cali y un presidente de una multinacional que contribuye a que muchos excombatientes vuelvan a la vida civil. 

Estas son unas de las experiencias del segundo encuentro de Reconciliación Colombia, en el que víctimas, empresarios, reintegrados y autoridades se sientan a conversar en una misma mesa. Dicho proyecto busca poner en común experiencias de construcción de paz en regiones distintas y apartadas del país. En este segundo encuentro, en Cali, luego del que tuvo lugar en Medellín el pasado 12 de febrero, se han presentado múltiples ejemplos de los departamentos de Valle, Cauca, Nariño, Boyacá y Cundinamarca.

Uno de ellos es el de Manuel Francisco Ballestas, quien es el presidente de la junta directiva de Ganchos y Amarras de Valle y además un excombatiente. “Fui uno de los involucrados en causar dolor en este país y acepto esa culpa pero podemos cambiar”, dijo. 

Al igual que los otros empleados, Ballestas es técnico, socio y propietario de la empresa que surgió hace tres años por iniciativa de Jairo Calderón, presidente de Eternit. En la empresa, en la que trabajan juntos once antiguos integrantes de la guerrilla y los grupos paramilitares, se fabrican artículos para fijar tejas. 

Otra de las empresas que ha apoyado a Ganchos y Amarras es Siderúrgica de Occidente (Sidoc). Su presidente, Maurice Armitage dijo en el encuentro que “nunca en Colombia habíamos tenido los astros tan alineados para lograr la paz” y para ello es necesario que todos pongan de su parte. 

“Los empresarios tenemos una oportunidad fabulosa que nunca hemos tenido y es cambiar el orden ecónomico del país”, señaló Armitage, quien ha sido secuestrado en dos ocasiones. 

Su empresa interviene directamente en Siloé, uno de los barrios más conflictivos de Cali y Armitage dice que la base de ese trabajo es la confianza pues si esta no existe “nada funciona, ni siquiera en su casa”.

Otro de los ejemplos de reconciliación lo dio Coca-Cola Femsa. Fabricio Ponce, su presidente, explicó que la compañía mexicana, que está en 10 países, ejecuta varios programas para contribuir a la reconciliación en Colombia. 

El primero de ellos consiste en que los trabajadores de Coca-Cola Femsa dedican un poco de su propio tiempo para dictar clases a antiguos combatientes en proceso de reintegración a la vida civil. Las prendas de los empleados son confeccionadas por desmovilizados. Además, 35 proveedores en Colombia de la multinacional trabajan con excombatientes. 

Otro de los proyectos de la compañía es llevar a antiguos guerrilleros y paramilitares a las poblaciones que afectaron para que construyan escuelas, centros comunitarios, entre otros. Esto ya ha ocurrido en Ibagué, Villavicencio, Pereira, Montería y Santa Marta. 

Aparte de las experiencias, muchos de los participantes insistieron en la necesidad de introducir cambios en el modelo de desarrollo económico, caracterizado por la inequidad y el abandono de las regiones, y en que los empresarios contribuyan a la construcción de la paz.
 
“Gobernar en una dirección de paz significa iniciar la discusión del modelo de desarrollo”, afirmó Fabio Cardozo, consejero de Paz de la Gobernación del Valle. Luis Alberto Villegas, de la fundación Vallenpaz, habló de la necesidad de políticas preventivas y de invertir en el campesinado para atacar la desigualdad que caracteriza a la sociedad colombiana.
 
“Si hablamos de reconciliación y paz, eso cuesta, y ese costo tiene que salir de los que más tienen. Y allí tiene que haber grandeza. Necesitamos mucha grandeza”. Así se pronunció el gobernador del Cauca, Temístocles Ortega. “¿Hasta dónde el empresariado colombiano está dispuesto a tributar en función de la paz?”, se preguntó Alejandra Miller, de la Universidad del Cauca. 

Dudas de cómo sucederá y ejemplos de que ya se están reconciliando son algunos de los componentes que están en los encuentros de Reconciliación Colombia.