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Este miércoles se realiza el IV encuentro de Reconciliación Colombia. En esta ocasión, los Santanderes y el Eje Cafetero intercambian experiencias. | Foto: Juan Carlos Sierra

RECONCILIACIÓN

“Los empresarios deben perder el miedo”

El encuentro en Bucaramanga hace un llamado a las empresas a jugársela por la reconciliación. Varias contaron sus experiencias.

23 de abril de 2014

Uno de los momentos más interesantes del cuarto encuentro de Reconciliación Colombia, que reúne docenas de representantes de los Santanderes y el Eje Cafetero en Bucaramanga este miércoles, fue cuando les llegó el turno a las empresas.
 
Con sus reflexiones y experiencias sobre reconciliación, dos gigantes estatales como Ecopetrol y la Federación de Cafeteros, el gremio de los pequeños y medianos empresarios y un pequeño proyecto de generación de empleo de Pereira abrieron el segundo panel de este Encuentro, dedicado al papel de las empresas y los empresarios.
 
“Un proyecto exitoso de reconciliación exige construir confianza, presencia continua en el territorio y sostenibilidad”. Así definió Luis Fernando Samper, de la Federación de Cafeteros, las condiciones mínimas para construir reconciliación, hablando de las experiencias de la agremiación cafetera.
 
Su tesis es que el café y la paz tienen una dinámica particular, y la Federación adelanta proyectos nacionales y regionales en los que ambos van de la mano. En la serranía del Perijá, por ejemplo, se apoyó el retorno de 800 familias a cultivar la planta típica nacional, las cuales firmaron, además, un manifiesto por la convivencia. En 22 municipios de Cauca, Nariño, Valle y Antioquia se adelanta el proyecto denominado Huellas de Paz. En otras zonas hay proyectos con organizaciones de mujeres cafeteras, y de educación “para robarle los muchachos a la violencia”, según dijo.
 
Un llamado persistente en este y en los anteriores encuentros de parte de representantes de muchas organizaciones de la sociedad civil es a que los empresarios asuman el papel que les corresponde para impulsar la reconciliación en el país. 
 
Margarita Obregón, de Ecopetrol, contó que su empresa está comprometida a fondo con esa palabra y con la visión de que la paz y la reconciliación “no se construyen desde una oficina en Bogotá, sino desde lo local y lo territorial, incluso desde las veredas”.
 
Explicó que la gran petrolera estatal tiene un plan de derechos humanos con énfasis en trabajo con las víctimas en creación de una cultura de paz y adelanta, entre otros, la construcción de un centro de memoria histórica para el Magdalena Medio. “Esto no se puede quedar en retórica. Es un esfuerzo de largo plazo y necesita la participación coordinada del Estado, la empresa y la sociedad”.
 
Hernán Hernández, representante en Tolima, Valle y el Eje Cafetero de Acopi, la agremiación de la mediana y la pequeña empresa, habló de un proyecto de cinco años mediante el cual su organización y 70 empresas han generado empleo para cerca de 300 desmovilizados. “Nuestra contribución ha sido proponer una reflexión con el sector privado, de tal manera que las empresas sean actores de la paz”, dijo.
 
Habló también la representante de un pequeño proyecto de generación de empleo en Pereira que, además de atender a personas pobres, incluye víctimas del conflicto y desmovilizados, a los que enseña zapatería, según relató Johana Hernández, de la Escuela Taller Calzado de Pereira. 
 
Entre los asistentes hubo numerosos llamados a que la empresa y las instituciones se acerquen a las comunidades. 
 
“Lástima que no hubieran asistido los gobernadores, para que contestaran muchas cosas que se han planteado aquí y que no tienen respuesta (estaba prevista la asistencia de los mandatarios de los Santanderes y de Caldas y Quindío). Dicen reconciliación y perdón, pero si no tienen ni trabajo las víctimas, por Dios, ¿de qué reconciliación se puede hablar?”. Estas palabras de Cecilia Zuluaga, de una asociación de víctimas de Puerto Berrío, en el Magdalena Medio antioqueño, fueron compartidas por varios en la audiencia.
 
Ana Certuche, de Acopi, hizo una evaluación crítica sobre la sostenibilidad de algunos proyectos: “Somos felices invirtiendo en tiendas para población víctima o desmovilizada, pero esas tiendas a veces duran tres meses”.
 
Se insistió en que el empresariado necesita “cambiar de mentalidad, generar oportunidades de empleo o reintegración para las víctimas y quienes han participado en el conflicto”, como concluyó la moderadora del panel, la subdirectora del diario Vanguardia Liberal, uno de los aliados del proceso de Reconciliación Colombia que ha puesto en estos encuentros a hablar del tema a regiones tan distantes y diversas como el Eje Cafetero y los Santanderes.
 
Así lo dijo, al final, uno de ellos, Hernán Peña, de Industrias Par, una firma de de 35 empleados, de construcción, al final de la mesa redonda: “Quiero hacer un llamado a los empresarios grandes, medianos y pequeños para que pierdan el miedo y ayuden a reconstruir el país”.