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Los magistrados del CNE que se posesionaron ante el presidente Santos el 6 de septiembre del año pasado se han visto en el Congreso haciendo ‘lobby’ para asegurar su reelección.

CONGRESO

Reelección a la vista

Todo indica que no habrá cambios sustanciales en la composición del Consejo Nacional Electoral. Si hay relevo, solo se daría en la curul que actualmente tiene el PIN.

26 de noviembre de 2011

Para que nada cambie todo tiene que cambiar. La paradoja acuñada por el príncipe de Lampedusa en la novela El Gatopardo sintetiza lo que probablemente ocurrirá en el Consejo Nacional Electoral (CNE). La nulidad de la elección de los nueve magistrados que lo integran, decretada por el Consejo de Estado, suponía la renovación parcial de ese organismo, pero todo parece indicar que no habrá tal.

El próximo 6 de diciembre el Congreso en pleno elegirá nuevamente a los integrantes del CNE, después de que una sentencia determinó que la elección del 30 de agosto de 2010 no cumplió con las obligaciones de los partidos políticos de votar en bancada y de hacerlo de manera nominal y pública. Pero los partidos que integran la coalición de gobierno decidieron postular a los mismos candidatos que habían integrado las planchas de votación en la elección del año pasado, a pesar de que según una interpretación del fallo, quienes estaban repitiendo periodo no podrían ser reelegidos.

La asignación de las curules se hace según la cifra repartidora. Y para lograr un puesto en el CNE se necesitan al menos 25 votos. En la elección pasada, los partidos del gobierno (La U, Partido Conservador, Partido Liberal y Cambio Radical) presentaron una sola plancha integrada con los nombres de los nueve magistrados, según la representación de cada partido. Esta vez harán lo mismo. La diferencia es que se sabrá quién votó por quién.

La U (con 75 votos) tiene asegurados tres puestos en el CNE. Es probable que reelija a Óscar Giraldo Ramírez, Luis Bernardo Franco y Pablo Guillermo Gil de la Hoz. No obstante, un sector de la Cámara considera que los nombres se deben cambiar e intenta postular otros. El martes tomarán una decisión.

El Partido Liberal (con 52 votos) tiene cupo para dos magistrados. Joaquín José Vives y Gilberto Rondón serán nuevamente los candidatos. El primero es repitente, lo cual, en criterio de sus directivas, no obsta para postularlo nuevamente pues si el Consejo de Estado anuló la elección no hubo reelección.

El Partido Conservador (58 votos) podrá elegir a dos magistrados. Los postulados son los mismos nombres: Juan Pablo Cepero (repitente) y Nora Tapia. Aunque no hay discusión sobre los nombres, hay un sector que considera que el partido debe enviar una plancha propia. De prosperar esa propuesta, los azules no podrían ayudar a elegir a otro magistrado de otro partido, como se especula que lo hizo en la pasada elección.

Cambio Radical (23 votos) busca reelegir a Carlos Ardila Ballesteros. Le faltan dos votos, pero está confiado porque va en la misma plancha de la coalición de gobierno.

La única curul en la que podría haber relevo es en la que tiene el PIN obtenida por José Joaquín Plata (repitente). Ese partido solo tiene 20 votos. En la elección pasada otro partido le prestó seis, pero como la votación fue secreta no se supo cuál fue.

El Polo Democrático (con 13 votos) les propuso al Partido Verde y a los movimientos indígenas hacer una alianza para conseguir la curul que tiene el PIN. Impulsa la idea de hacer una lista con voto preferente para que gane el que más votos obtenga. Y propone cuatro nombres: Rodolfo Arango, Mirta Patricia Bejarano, Olimpo Guerra y Luis Carlos Domínguez.

Los verdes, que entraron a la Unidad Nacional en julio pasado, se enfrentan a un dilema: votar por los candidatos de la coalición o aliarse con las minorías. Aunque también podrían dejar en libertad a sus congresistas para sumarse al candidato que más les guste. Sin embargo, se abstienen de hablar de nombres.

Esta semana será definitiva. Lo que está en juego no es un simple acto de mecánica partidista, sino la representación de las fuerzas políticas en el organismo que vigila los procesos electorales. Falta ver si ahora sí habrá espacio para la oposición o si el CNE queda como si no hubiera habido una sentencia de por medio.