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“Mis hijos están asustados con el referendo de Viviane Morales”: madre adoptante de dos niños

La ex magistrada auxiliar Clara Elena Reales conmovió con su testimonio la audiencia en el Congreso sobre el referendo que busca limitar la adopción solo a parejas conformadas por "papá y mamá".

28 de abril de 2017

Es colombiana, soltera, cristiana y-por encima de todo- madre de Antonio y David, ambos de 13 años. Una mujer con una familia completa y feliz. Así se define Clara Elena Reales, quien se ha convertido en una fuerte voz en contra del referendo de la senadora liberal Viviane Morales que limitaría la adopción a parejas conformadas por un hombre y una mujer.    

La reconocida abogada contó su historia de vida en una audiencia pública en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, el pasado martes. Este era un paso previo al tercer debate del referendo.

Semana.com: El pasado miércoles usted asistió a la audiencia pública en el Congreso para rechazar el referendo que propone la senadora Morales ¿Por qué asumir una vocería pública de este tema?

Clara Elena Reales (C.E.R): “Porque yo siento que mis hijos están asustados. Aunque se ha dicho que el referendo solo rige para el futuro, fijaría una regla con la que mi familia quedaría prohibida por la Constitución, pues si bien en el futuro esas personas no podrían adoptar, cualquiera cuestionaría mi decisión del pasado. Eso pone en peligro a mi familia”. 

Semana.com: ¿Cómo fue el proceso para adoptarlos?

C.E.R: “Yo no había considerado la posibilidad de tener hijos biológicos ni tampoco había pensado en la adopción, pero la vida me puso en el camino de adoptar y me sometí a ese proceso como mamá soltera y a tener al primero de mis hijos, que llegó de dos años. En el proceso que hace el Bienestar Familiar me dijeron que podría tomar mucho más tiempo porque soy una mujer soltera, ya que no solo había que evaluar las condiciones personales sino también la red de apoyo y eso significaba evaluar a mi familia para mirar si se sienten capaces de amar a un hijo que no es el tuyo. Ese proceso me dijeron que duraba lo mismo que un embarazo, pero el mío fue más corto porque entregué rápido los papeles y mi familia me acompañó.

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Semana.com: ¿Y ahí que siguió?  

C.E.R: Mis papás, hermano y mi cuñado estuvieros presentes. Han sido una figura masculina en sus vidas y les han enseñado a ser caballerosos, buenos ciudadanos y por supuesto yo también, con mi doble rol de mamá y papá. Luego de casi dos años adopté al segundo, se llevan cinco meses de edad y están orgullosos de ser adoptados. Y es que la adopción es un acto de amor para darle la familia a un niño, no para llenar vacíos personales. El amor debe ser incondicional. La gente cuestiona mucho y por eso la conexión entre papás e hijos adoptivos es tan grande por el proceso que hay que desarrollar”.

Yo leí en la audiencia pública en la Comisión Primera una carta de mi hijo Antonio de hace tres años en la que me dio las gracias por haberlo adoptado.

Semana.com: ¿Qué decía la carta?

C.E.R:  Decía que no importaba su historia de atrás, sino la que íbamos a empezar a construir. Y esa es la adopción, la posibilidad de construir una historia para miles de colombianos. Esta semana invitaron a Antonio a hablar en el Congreso, pero él vio un debate político en un noticiero y era con una presión horrible, los congresistas se gritaban en ese momento y él me preguntó si eso era así todo el tiempo. Yo le dije que no. Finalmente, no quiso hablar. “No entiendo por qué quieren prohibir que los niños sean amados, pero yo no me voy a someter a esa locura”, me dijo Antonio”.

Semana.com: ¿Cómo fueron esos primeros meses de su vida con ellos?

C.E.R: “Te preparan porque para los niños la adopción es dura, el proceso de construcción del vínculo es difícil, volver a confiar en alguien es un trabajo de años. Algunos niños reaccionan violentamente en el sentido que no quieren ser adoptados. Antonio, por ejemplo, dejó de hablar cuando lo recibí: decía sí y no, solamente. Cuando íbamos a los colegios y veían que no hablaba me decían que había que meterlo a tratamiento y yo les respondía que lo correcto era darle tiempo. Para los niños adoptivos el proceso de confiar en los adultos es largo y se construye con el paso de los días. No es tan fácil como la gente cree. Ni siquiera es de tener mucho o poco dinero, lo importante que analizan es la posibilidad de dar amor incondicional y las habilidades para ser tolerante y paciente porque será difícil. Es un reto”.

Semana.com: ¿En qué le ha cambiado su vida después de la llegada de ellos?

C.E.R: “Me la ha hecho muy feliz. Yo tengo una vida muy completa con mis hijos. Es muy divertido verlos crecer, aprender de ellos, reírse cuando uno se equivoca. También ellos desarrollan el sentido del humor y se burlan de mí. Ya estamos entrando a la etapa de la adolescencia que es como la más difícil, me ponen ojos de adolescente de vez en cuando y yo les he dicho que no quiero esos ojos, que prefiero la sonrisa hipócrita. Entonces, ahora sonríen hipócritamente cuando están bravos conmigo. Yo soy cristiana, mis hijos también lo son y eso les ha ayudado en su historia de adopción, pues siempre detrás hay un dolor para ellos, porque alguien no los quiso, alguien los abandonó, alguien no los cuidó, alguien no los protegió, pero la familia que construyes les da mucha tranquilidad”.

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Semana.com: Como cristiana, ¿cómo interpreta el referendo que por cierto apoyan muchas personas de esa comunidad?

C.E.R: “Si uno mira la Biblia, uno se convierte en hijo de Dios por adopción. La figura de la adopción hace parte de la creencia cristiana de que somos hijos adoptados por Dios. Hay es una visión de las cosas que nos separan de Él, como la sexualidad, el amor al dinero y otros vínculos materiales. Dios rechaza la conducta y no al individuo, pero este puede hacer parte de esa familia si acepta a Cristo. Es equivocado generar una respuesta tan radical para rechazar a un grupo de personas que posiblemente su conducta no la compartamos, pero no necesariamente no puede acercarse a Dios ni construir una relación. Yo ahí no intervengo, pero eso no me hace rechazar al resto del mundo. Dios se acercó a nosotros y podemos acercarnos a Él por medio de la fe independiente de cuál es la condición”.

Semana.com: Usted fue magistrada auxiliar por varios años. Suponiendo que el referendo llegara a la Corte, ¿cuál cree que será la decisión que los magistrados tomarán?

C.E.R: “No se cuál decisión tomaría, pero creo que sí hay varios elementos que han dado los constitucionalistas que han intervenido en este proceso a favor y en contra de ese referendo, y es analizar si lo que se propone sustituye a la Constitución o si existe la posibilidad de someter preguntas al voto popular que solo generan discriminación e intolerancia. Ese debate es más profundo. Yo creería que es muy poco probable que la Corte le dé la salida a ese referendo, pero es responsabilidad de los legisladores hacerlo. Generalmente, le botan la pelota a la Corte y yo creo que lo legítimo en nuestro país sería que los congresistas tengan el valor de decir si no están de acuerdo con la propuesta, como lo he escuchado, pero que lo digan”.

Semana.com: ¿Cree que el referendo es discriminatorio?

C.E.R: “Es que la gente piensa que los que pueden o no adoptar son este grupo de familias y la verdad los niños son lo que determinan el tipo de hogar que necesitan. Hay muchos niños que están en proceso de protección, mayores de 10 años, incluso niños que ya han tomado una opción sexual porque en su vida han sufrido situaciones que los lleva a tomar una decisión frente a su sexualidad. Otros son hijos de la guerra y que han sido entregados a Bienestar Familiar. A ellos normalmente los adoptan papás solteros, mamás solteros o parejas del mismo sexo. Por eso es que no es a favor de los niños este referendo. Todo lo contrario, los deja sin familia”. 

Semana.com: ¿Usted está de acuerdo con que las parejas de un mismo sexo puedan adoptar?

C.E.R: “Podrían adoptar si eso es lo que necesita el niño o niña que van a acoger. Con todo esto que está sucediendo de abuso sexual de menores probablemente ellos no quieran una figura paterna o materna, sino una pareja del mismo sexo o una persona soltera. Yo creo que es la vida del niño y sus necesidades lo que determina el tipo de familia. El universo de adopción de niños y niñas es tan grande, mucho más de lo que se imagina la gente, que no es justo negarle la posibilidad a un pequeño que ha tomado esta opción temprana de tener una familia en su vida y no ser rechazado. Hay niños de 14 años que podrían ser adoptados, ya tienen una definición sexual y que, posiblemente, una familia heterosexual no va a aceptar”.

Semana.com: Este referendo ha pasado sin mayores obstáculos en el Congreso dos de los cuatro debates que tiene que surtir. ¿Cuál es su visión de los congresistas?

C.E.R: “Hay un tema electoral que está detrás de eso, porque vino de un origen popular: recolección de firmas, piensan que hay muchos electores que los van a criticar si hunden un proyecto como este. Yo creería que los electores podrían ser mujeres u hombres solteros que están en contra de la adopción y que no saben que no podrían adoptar si siguen solteros. Rehacer la pregunta que tendría el referendo, que sería una alternativa, es algo que no están permitiendo los ponentes porque para ellos significa que deben volver a hacer bien la pregunta. Le están apostando a que la Corte sea la que pula el texto o que lo declare inconstitucional”.

Semana.com: Qué mensaje le envía a los 35 miembros de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes que votará el referendo la próxima semana?

C.E.R: “Que de verdad piensen en los niños, que no les quiten la posibilidad de ser adoptados por familias “imperfectas” que están dispuestas a amarlos y a recibirlos como familia, independientemente de la edad y de los grupos familiares. De los poquitos padres que quieren adoptar con seguridad encontraremos una familia para esos niños que no tendrán esperanza si ese referendo se aprueba”.