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REFLEXIONES DESPUES DE UN SECUESTRO

CAMILA MICHELSEN

31 de agosto de 1987

IDEOLOGIA
"No creo que mi ideología haya cambiado con el secuestro. Respeto el pensamiento de mis secuestradores, con quienes discutía muchas veces de política, pero de ahí a que sea una militante hay mucho trecho. Reconozco, eso sí, que toda esa vivencia, ese discutir con ellos, ese saber qué piensan y para qué luchan, me amplió muchos horizontes. No he sido -ni yo ni mis hermanas- una niña por fuera de la realidad del país, pero esa oportunidad, repito, me abrió los ojos hacia cosas que no había visto o pensado. Pero, repito, no es que haya sufrido el "síndrome de estocilmo" o cosa así. No soy Patricia Herts, en otras palabras. Ahora, si madurar es cambiar de ideología, entonces tendría que decir que sí, que cambié de ideología".

CENSURA
"De los tres refugios donde me tuvieron, el más horrible era el primero. Una verdadera jaula como forrada en icopor. Con candados y todo. La última era la mejorcita, pero todas tenían una particularidad: ningún espejo me servía para verme. Eran pequeños y sólo al final me dieron uno donde podía verme toda la cara. Tal vez por eso fue que me engordé tanto porque no me veía el cuerpo entero en un espejo. No, pero en serio, engordé por las pastas y por no hacer ejercicios. Eso -y la falta de sol- es atroz, pero en materia de libros sí me daban algo de gusto. Leí, por ejemplo, la última novela de García Márquez "El amor en los tiempos del cólera" y no me gustó. Leía también a veces algunas revistas, pero ellos le suprimían partes que a mi pudieran deprimirme. Me censuraban por mi tranquilidad mental".

LA TOMA
"Sólo al final supe que ellos eran del M-19. Durante la mayor parte del tiempo se presentaron como un grupo guerrillero pero sin identificación. Supe lo del Palacio de Justicia por el alboroto que formaron. Entonces estaban tan intranquilos y como no querían intranquilizarme a mí, me contaron que se habían tomado el Palacio. No ellos, no, sino que se lo habian tomado unos guerrilleros. Una intranquilidad y alboroto igual fue cuando mataron a Fayad. No se lo atribuyeron como dirigente de su grupo, sino en general. Y me dijeron que eso también detenía el proceso de mi libertad".

LA COMIDA
"Me trataron bien y eso se lo agradezco. Pero me daban de comer mucha harina y por eso estoy tan gorda. "Comida de pobre", me decian con buen humor y sobre eso hacíamos chistes. Cuando tenían plata eso se sabia, porque la comida mejoraba: carne y lujos así. Y entonces también había chistes".

LLANTO
"Siempre estuve en sudadera. Tenía dos, que intercambiaba. Y dos pijamas. Pero no me faltaban los elementos de baño como jabón y cosas así. Lo que tampoco me faltaba era el llanto. Lloraba mucho. Hasta que se me acabaron las lágrimas. Eso a ellos les preocupaba mucho. En serio, a lo último no podía llorar. No me salian las lágrimas".

PERSONALIDAD
"¿ Sabe una cosa que me pasó durante el secuestro? Que cambié de ser una joven tímida a una persona extrovertida. Ahora no me da pena tanta cosa, soy más fresca, digamos. Y se me quitaron miedos. Antes estaba llena de ellos, de nervios, de taras será. La oscuridad me podía. Pero aprendi a vivir con la oscuridad, ya que durante todo este tiempo no vi el sol plenamente. Sabía que era de noche por un bombillo verde que indicaba el día y uno amarillo que quería decir que era de noche. Estaban colocados en el cuarto donde permanecía y esa era una referencia".

MIS PLANES
"Ahora lo que quiero es descansar al lado de mi papá y después veré. Quiero volver a estudiar y veré la forma de hacerlo, dependiendo de los semestres y eso. En Panamá no quiero vivir. Una vez viví aquí un año y no me amañé. Pero, además, es que adoro a Colombia, quiero volver a vivir allá y a eso no le tengo miedo".