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El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, tendrá duros debates en el Congreso. Presupuesto de 2017 y reforma tributaria, dos proyectos a los que les esperan fuertes discusiones. | Foto: Ministerio de Hacienda

PROYECTO

Reforma tributaria: La primera cuota

Esta semana será la última para el presupuesto de 2017 y la primera para la temida reforma. ¿Cómo jugarán las cartas gobierno y Congreso?

15 de octubre de 2016

La reforma tributaria estructural tendrá que aterrizar esta semana en el Congreso, pues el tiempo se agotó para tramitarla antes de que termine este año. Simultáneamente, se acabó también el plazo para que el Legislativo apruebe el proyecto de Presupuesto General de la Nación de 2017, que tiene como fecha límite el 20 de octubre.

Curiosamente, estos dos proyectos de ley, fundamentales en materia económica, se encuentran en el Congreso en un momento de tensión política y de apremiantes necesidades fiscales. En este escenario, el gobierno tendrá dos frentes de batalla esta misma semana. El primero, sortear el duro debate que le espera sobre el reparto regional de la inversión en el presupuesto del próximo año, un tema que tiene molestos a muchos parlamentarios. El segundo, buscar respaldos para el arranque de la reforma tributaria, lo que no será fácil porque varias bancadas han comenzado a tomar distancia de este proyecto.

Analistas políticos creen que en la discusión final del presupuesto, en las plenarias de Senado y Cámara, se podrá medir cómo estarán las fuerzas para cuando la reforma tributaria comience su discusión.

Aunque el monto del Presupuesto General, de 224,4 billones de pesos, no se puede modificar porque ya lo aprobaron las comisiones terceras y cuartas, sí hay campo para mover de un lado a otro las partidas del rubro de inversión. Los 32,9 billones de pesos destinados a este deben ser distribuidos atendiendo las necesidades sectoriales. Y es acá donde algunos piensan que le pasarán la primera cuenta de cobro al gobierno por apoyar la tributaria. Para suavizar los ánimos y evitar una mayor oposición a la reforma, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, tendrá que redireccionar recursos para satisfacer exigencias regionales formuladas por parlamentarios, lo que según analistas no significa otra cosa que la repartición de la mermelada.

El problema es que el gobierno necesita que la marea esté baja en las comisiones terceras, por donde comienza su trámite la reforma tributaria, lo cual por ahora no se ve fácil. Como dice el exministro Juan Camilo Restrepo, “No pudo escoger un momento más desacertado para desembarcar con una reforma tributaria”. Según Restrepo, no solo por el tema de la paz, sino porque algunos partidos políticos como el Centro Democrático, el liberalismo, y buena parte del conservatismo empiezan a tomar distancias frente a la reforma.

El ministro de Hacienda no la tendrá fácil, porque el contenido de la propuesta tributaria tiene puntos que, si bien técnicamente son defendibles, desde el punto de vista político son muy polémicos. Para empezar, la reforma tendrá que aumentar el recaudo y al mismo tiempo aliviar la carga impositiva que hoy pesa en extremo sobre las empresas. Lograr estos dos objetivos es muy complejo, porque alguien saldrá afectado.

Se sabe que su eje central es el aumento del IVA, pues, en últimas, es lo que permite aumentar recaudo. La propuesta de la Comisión de Expertos es elevar de 16 a 19 por ciento la tarifa general, lo que ya ha despertado reacciones en contra, no solo de algunos congresistas, sino de sectores económicos que se oponen a ello. El mayor rechazo está en que se llegue a incluir la canasta familiar. El ministro Cárdenas tendrá que jugarse su capital político para defender esta propuesta, que le garantizaría nuevos recursos y tranquilizaría a los mercados y a las agencias calificadoras que tienen los ojos puestos en esta iniciativa.

Lo cierto es que, esta semana, cuando el Congreso le dé trámite final al presupuesto del próximo año, el gobierno podrá medir qué tan caliente queda el ambiente para la reforma tributaria. Como el tiempo está apretado, el proyecto llegará con mensaje de urgencia, lo que facilitará la gestión para que la reforma esté lista antes de que los colombianos se vayan a las fiestas de Navidad.