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DEBATE

Refrendación de la paz: ¿Qué pasa con la economía?

No hay consenso entre los analistas sobre cuánto crecerá el PIB con la terminación del conflicto. Estos podrían ser los beneficios.

Gloria Valencia Cadavid
30 de septiembre de 2016

Siempre se ha dicho que décadas de violencia han impedido que Colombia dé un salto en su desarrollo y han frenado la posibilidad de una mayor expansión del Producto Interno Bruto (PIB). Por ello, desde cuando arrancó el proceso de paz con las FARC, muchos se vienen preguntando cuánto más crecería la economía sin conflicto armado y qué representaría en términos de bienestar para la población.

Pues bien, varios estudios han medido el impacto que tendría la paz sobre el PIB y los resultados presentan un amplio rango de posibilidades de crecimiento. Desde los más cautos, que pronostican un efecto de 0,28 hasta los más optimistas, que hablan de 6 y 8 puntos más de expansión.

A finales del año pasado, Planeación Nacional presentó un informe en el que comparó 18 países que vivieron procesos de paz similares a Colombia y según este, la economía daría salto entre 1,1 y 1,9 puntos porcentuales, por encima del crecimiento potencial (estimado hoy en el 3,7 %). Así las cosas, el país podría alcanzar tasas de 5,6 % anual. En esa misma línea está el excodirector del Banco de la República y quien fue director del equipo programático de la campaña de Santos (para el segundo período), Juan José Echavarría. Sostiene que los réditos del posconflicto sobre el crecimiento serían de 1,8 puntos adicionales.

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En una posición más cauta está ANIF, que afirma que en el posconflicto la economía se podría acelerar entre medio y un punto porcentual adicional, una cifra similar a la que calcula el Deutsche Bank. Por su parte, el Bank of America, en una medición que realizó en el 2014, proyectó el impacto sobre el PIB entre 0,28 % y 0,33 %.

Ahora bien, no todos los analistas están de acuerdo con la tesis de que el posconflicto desatará fuerzas que harán expandir el PIB. Marc Hofstetter, profesor de la facultad de economía y CEDE de los Universidad de los Andes, sostiene que los efectos en la actividad económica atribuibles al fin del conflicto difícilmente serán del tamaño que muestran los analistas, concretamente el DNP. “Habiendo una larga lista de razones que harían del fin del conflicto una gran noticia para Colombia, su impacto sobre el PIB futuro no es una de ellas”, señala.

El senador del Centro Democrático Iván Duque afirma que no está bien que el Gobierno “venda falsas expectativas de crecimiento automático por firmar un acuerdo cuando en el propio marco fiscal de mediano plazo se ha reducido el crecimiento potencial al 3,7 %”.

Un estudio de la Universidad de La Sabana sostiene que Colombia tardaría dos décadas para alcanzar el crecimiento económico de los países líderes de la región y la firma de la paz, contrario a lo que sostiene el Gobierno, no garantiza una mejor perspectiva de la economía. Además agrega el estudio que aunque se llegue a un acuerdo con la guerrilla y se logre frenar los índices de criminalidad, el PIB per cápita del país no crecería anualmente más del 8,2 % y tendría que mantener este nivel de crecimiento durante dos décadas para alcanzar a Chile, potencia en el continente.

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¿Por qué Sí y por qué No?

Las razones que llevan a pensar a unos y otros en tesis diferentes se basan en diferentes teorías. Según Planeación, los canales que moverían la economía en un escenario de paz serían dos. Uno de carácter interno, relacionado con el aumento de la tasa de inversión y el consumo de los hogares. Estos factores, dice el DNP, impulsarían el crecimiento de la economía, con un mayor aporte en los primeros años después de la firma del acuerdo. En segundo lugar, esta lo externo, con mayor inversión extranjera para el país y una mejora en el comercio vía mayores exportaciones. “Con el cierre del conflicto habrá una mayor confianza en el país y aumentarán la inversión interna y la externa”, dice el director de Planeación, Simón Gaviria. El estudio del DNP, que es el que más carrera ha hecho, cree que en el escenario de fin del conflicto Colombia podría alcanzar una tasa de inversión cercana al 35 % del PIB en el largo plazo y una tasa de ahorro de 26 %; duplicar el PIB per cápita en menos de diez años. Esto permitiría alcanzar un ingreso per cápita de 12.000 dólares en el largo plazo, frente a 6.800 dólares actualmente.

Juan José Echavarría, quien también se monta en esta tesis, sostiene que hay una verdad de a puño y es que un país sin guerra es visto internacionalmente de una manera más positiva, lo que implica que haya más apertura, que llegue inversión extranjera y que la economía se inserte mejor en el comercio global. Sostiene que los países que más crecen son los más abiertos al mundo.

Planeación y Echavarría sostienen que el crecimiento adicional vendría de los sectores más beneficiados con la paz, como la agricultura, el campo y el turismo. Frente a estos argumentos, el profesor Marc Hofstetter cree que no hay que hacer cuentas tan alegres. “Alcanzar saltos de crecimiento de la actividad económica como los prometidos es poco probable. Más aún si esperamos que los saltos sean eternos”, dice.

En su estudio sobre “Paz y PIB”, Hofstetter dice que la terminación del conflicto armado –sin que mediara la derrota militar– en algunos países de América Latina (Nicaragua, El Salvador y Guatemala) “no ha sido un botón que haya catapultado el crecimiento a nuevos rumbos”. Con respecto a los sectores que para algunos dispararían el crecimiento, como el agropecuario, el profesor señala que no hay duda de que la vida en el campo mejorará radicalmente sin conflicto. Sin embargo, es difícil que este sector sea un jalonador mayor del PIB, dado que no tiene un peso más allá del 6 %. Refuerza su tesis con el argumento de que a medida que las economías se desarrollan, el sector agropecuario pesa menos en el PIB. “No creería que acá vamos a romper ese parámetro”.

Beneficios adicionales

Independientemente de la magnitud del crecimiento esperado, hay otros beneficios que, según algunos analistas, vendrían por añadidura. Echavarría afirma que un país en paz permite hacer mejores políticas públicas, en especial en el campo. Y también sostiene que se abre la posibilidad de que se puede reducir el gasto militar con la terminación del conflicto, lo que permitiría canalizar recursos a educación, por ejemplo, que es otro motor de crecimiento. En este sentido hay que recordar que el gasto militar en Colombia como proporción del PIB (3,5 %) dobla al promedio de América Latina (1,5 %). ANIF dice que no es tan evidente que haya una disminución del gasto militar, por lo menos en los primeros años del posconflicto, pues no hay que bajar la guardia.

Para el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, la paz es buena para todos, pero en especial para la economía. “Traerá más divisas, turismo, inversión extranjera y dignificará la vida en el campo colombiano”, afirma.

Iván Duque agrega al debate su posición, según la cual en “Colombia vivió el mayor dividendo de La Paz entre el 2002 y el 2010, cuando se multiplico por 3 el ingreso per capita, se cuadruplico la inversión extranjera directa y se quintuplicaron las exportaciones. El dividendo se dio por la seguridad como detonante de La Paz”.

Lo cierto es que independientemente de la discusión sobre cuánto más podría crecer el PIB en el posconflicto, hay consenso general de que los beneficios económicos de la paz no se pueden desconocer.

Impacto regional

La Escuela de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de La Sabana desarrolló un modelo en el que se pronosticó el efecto que tiene la firma de la paz con la guerrilla de las FARC sobre el Producto Interno Bruto (PIB) a nivel departamental, al que denominó “El dividendo de la paz”.

Según el estudio, el PIB de un departamento en Colombia pudo haber aumentado su tasa de crecimiento promedio en 4,4 puntos porcentuales entre 1988 y el 2009 si no hubiera existido conflicto armado. “En términos de la tasa de crecimiento promedio que el país presentó entre el 2000 y el 2009, que fue de 3,8 %, ésta se hubiera duplicado anualmente en cualquier región hasta en 8,2 %, ahorrándole al Gobierno cerca de 230 billones de pesos que invirtió para combatir a la guerrilla, según cifras del Ministerio de Defensa”, dice el documento.

Esta predicción tiene validez siempre y cuando el crimen organizado no crezca al firmarse la paz. De lo contrario, “la culminación del conflicto puede conllevar a la paradoja de la paz lo que atenuaría sustancialmente el dividendo de la firma”.

La paradoja de la paz, como el informe recalca, puede razonablemente aparecer una vez se finiquite el proceso debido a que el cese al fuego paradójicamente puede conllevar al aumento de los niveles de violencia en las regiones a través del crimen organizado, si es en este sector en donde los excombatientes terminan cuando dejen las armas.

Para evitar este escenario y alcanzar un crecimiento sostenible de la economía apenas se firme la paz, el Gobierno debe reinsertar a los guerrilleros en trabajos legales y de forma permanente. El estudio de la Universidad de la Sabana advierte además, que en el postconflicto, el Gobierno y el sector privado deberán estimular programas de reinserción a la vida civil de excombatientes –tanto de la guerrilla como del Ejército– para que estos individuos, que en su mayoría no conocen otra actividad diferente a combatir, no tengan la necesidad de entrar a engrosar las organizaciones criminales.

La investigación también advierte la necesidad de mejorar el sistema judicial y penitenciario para disminuir la impunidad y desincentivar la entrada potencial de excombatientes a estos grupos criminales.

El informe predice que si Chile sigue creciendo en promedio el 4,5 % anualmente, como lo ha venido haciendo en los últimas dos décadas, y Colombia firmara la paz con el resultado de que la economía del país creciera en promedio al 8,2 % anualmente, sin que se incrementara la delincuencia, entonces el país tardaría aproximadamente 22 años para alcanzar el nivel del PIB per cápita de los chilenos.