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Solidaridad

Retratos del secuestro

Una campaña que comenzó esta semana busca que la tragedia de los más de 2.500 secuestrados no se vuelva parte del paisaje de Colombia.

7 de diciembre de 2002

Stalin decia que un muerto era una tragedia y un millón de muertos era una estadística. Una verdad cruda pero real. Para comprobarlo basta con mirar el caso de los secuestrados en Colombia. Son más de 2.500, según el Fondo Nacional para la Defensa de la Libertad Personal. Una cifra trágica y vergonzosa, nadie lo niega. Sin embargo, de tanto repetirse y machacarse, termina por ser un detalle más, una mancha negra más en el paisaje cotidiano de un país en conflicto.

Este número estadístico redondo representa a una masa abstracta y amorfa, en la que si acaso se destacan las figuras de la candidata presidencial Ingrid Betancourt, el ex ministro Gilberto Echeverry y el gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria. Los demás secuestrados son rostros y tragedias anónimas. Personas indiferentes para la mayoría del país. En un intento por cambiar esta actitud y tratar de despertar un poco de solidaridad con las víctimas de este delito atroz, la representante liberal a la Cámara Sandra Ceballos, puso en marcha esta semana el proyecto Galería Vida y Libertad.

Por iniciativa suya, y con el apoyo de Antanas Mockus, fueron colgados 40 pendones con fotografías de secuestrados en los muros de la entrada de la Alcaldía de Bogotá. Cada imagen fue escogida y entregada por los familiares de quienes están privados de la libertad. Las fotos los muestran en un momento feliz de su vida y van acompañadas por un texto breve en el que se resalta algún rasgo del personaje en cuestión.

Este concepto fue ideado por Carlos Hernán Gardeazábal, el publicista de la campaña política que llevó a Ceballos al Congreso. En uno de los pendones se ve, por ejemplo, a un hombre mayor bañándose en un río con su familia. La leyenda que lo acompaña dice: "Luis Alberto Amaya Franco, 63 años, no sólo es el abuelo de Michele, Johan, Jean, Angie, Johana Andrea, es también el hombre en el cual viven las más grandes historias del municipio Armero-Guayabal". A los secuestrados reconocidos se les dio el mismo trato que a los anónimos. Los libraron de sus investiduras políticas y los presentaron en una faceta más humana. Del ex ministro de Defensa escribieron: "Gilberto Echeverry, 66 años, tiene tres hijos, Lina, Jorge y Carlos, y tres nietos que son sus mejores amigos y saben que a su abuelo le gusta la fotografía".

Los pendones estarán en exhibición hasta enero del año entrante y luego, si se consiguen suficientes recursos pues hasta ahora todo el proyecto ha sido financiado con donaciones de amigos, iniciarán un recorrido por las principales ciudades del país.

Y mientras esta muestra fotográfica comienza a avivar la solidaridad nacional con los secuestrados la internacional llega de donde menos se espera. El martes de esta semana, el Día Internacional de los Derechos Humanos, un grupo de 20 reconocidos intelectuales hará pública una carta en la que condenan la práctica del secuestro en el país y solicitan la liberación de todos los retenidos. El texto es una iniciativa del pianista argentino Miguel Angel Estrella, secundada por el filósofo francés Régis Debray y su esposa, Elizabeth Burgos. Y entre las firmas que lo respaldan están las de los premios Nobel de Paz Elie Wisel y Adolfo Pérez Esquivel el ex director de la Unesco Federico Mayor Zaragoza y la escritora Isabel Allende, entre otros.