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RIÑA DE GALLOS

Prácticamente ningun tribunal se ha librado de la guerra sin cuartel entre dos empresas nacionales por la marca de unos pollos.

21 de noviembre de 1994

AL MUNDO DE LA PROPIEdad industrial y de las marcas le ha tocado presenciar una de las mas enconadas peleas juridicas que se hayan visto en el pais en muchos años. Se trata del pleito alrededor de la marca Rico McPollo, que mas que una pelea de pollos parece una rina de gallos. Y los abogados, como cualquier gallero que se respete, han salido a la arena con sus mejores espuelas.
Todo comenzó en 1976 cuando la compañia Avidesa de Bucaramanga solicit6 a la Superintendencia de Industria y Comercio el registro de su marca 'Mc Pollo, su pollo rico'. Como en esa epoca ese no era un tramite corto, la entidad se demoró hasta el 30 de octubre de 1984 para expedir la resoluci6n que reconoció el registro marcario a favor de Avidesa. Mientras pasó ese tiempo, surgió en San Andres un exitoso negocio de pollos, llamado 'Rico Mc Pollo', que se convirtió en uno de los lugares mas populares de la isla. El exito fue tal que en 1992 sus dueños decidieron tentar suerte en otras partes del pais y abrieron restaurantes en Bogota para aprovechar el reconocimiento que habia obtenido el sabor especial de su secreta receta. Y ahi se complicó el asunto.
Avidesa de Bucaramanga, que se especializa en la venta de pollos crudos en el oriente colombiano desde 1969, decidió hacer valer su marca ante la competencia. Inmediatamente procedió a pagar los derechos del registro marcario y los correspondientes a la titularidad de la marca 'McPollo, su pollo rico', a pesar de que la resolución que otorgó la marca habia sido expedida ocho años antes. No obstante el retraso en el pago, la Superintendencia de Industria y Comercio le expidió un certificado como propietario de la marca con vigencia entre febrero de 1992 y febrero de 1997.
Esa decisión generó de por si la primera controversia. No parecia lógico que si las normas vigentes en ese entonces otorgaban las marcas por periodos de cinco años -con lo cual la de Avidesa habria expirado en 1989, salvo que se hubiera solicitado su renovación- se estuviera aceptando el pago y por ende entregando los titulos tres años despues de la expiración (ver edición #631 de SEMANA). Desde entonces se ha venido librando una batalla juridica que ha pasado por todos los estrados posibles: comenzando por la vía gobernativa ha seguido su curso por los tribunales civiles, penales, por la Corte Constitucional, por el Consejo de Estado y ahora se ventila en la Fiscalia General de la Nación.
El más reciente capitulo de esta riña, en la que ninguno de los gallos se quiere dejar matar, es la sentencia de la Corte Constitucional de la semana pasada donde se determinó que la acción de tutela no era procedente en este caso. Consideró que existian otros medios de defensa mas idóneos y que no habia un perjuicio irremediable sino uno de orden meramente patrimonial. Según el alto tribunal, "admitir que mediante la acción de tutela se cuestione la validéz de un registro marcario, no sólo iría en contra de los más elementales principios que rigen esta figura(...), sino que despojaría de toda seguridad jurídica a aquellas personas que acuden ante la Superintendencia de Industria y Comercio con el fín de obtener protección jurídica de sus derechos...". Curiosamente el fallo de tutela había sido excluido de revisión por la Corte Constitucional el 24 de junio de 1994.
Esa decisión le dió la victoria del round a la firma Vernot Abogados que apodera a Avidesa de Bucaramanga. Aunque la verdadera ganadora es la Superintendencia de Industria y Comercio, pues desde la edición #631 de SEMANA se habia señalado claramente sobre los peligros que podría entrañar para el derecho marcario que sus pleitos se dirimieran por tutelas. Pero aparte de delimitar el campo de la acción de tutela, la sentencia de la Corte no agregó nada nuevo en el pleito. Como se lo manifestó a SEMANA una alta fuente oficial, "esto es lo unico rescatable de la decisión, pues esta no es una discusión jurídica enriquecedora sino un pleito feo donde se usan toda clase de armas". Sin embargo, tras todo lo sucedido en el caso Mc Pollo en donde las decisiones de las autoridades administrativas y judiciales han durado años y se han empantanado y enredado en todas sus instancias, podria preguntarse si no es evidente que debe acudirse a un mecanismo agil para acabar con los desequilibrios.
Pero la victoria de Avidesa puede haber resultado pírrica. El apoderado de Rico McPollo, el abogado Alvaro Rodriguez, abrió fuego por el frente penal y obtuvo mejores dividendos. Presentó una denuncia por prevaricato y fraude procesal y la Fiscalía General de la Nación dispuso abrir la investigación. Curiosamente los fiscales seccionales a quienes se encargó del caso no aceptaron las competencias atribuidas y el expediente pasó como papa caliente de despacho en despacho. Esto motivó un enérgico pronunciamiento del director Seccional de Fiscalías, Luis Antonio Hernandez, quien censuró la actitud de los fiscales a quienes "lo unico que interesa ba... antes que encontrar la verdad era hallar una razón para sustraerse del caso" y manifestó, ademas, que "hay que aceptar con tristeza que actitudes como esa dan a la comunidad motivos para cuestionar la actuación de la institución (la Fiscalia)", ordenó investigar sus conductas disciplinariamente y procedió a encargar a un nuevo fiscal para llevar el proceso hasta su terminación.
El nuevo fiscal, Camilo Montoya Reyes, ordenó el 21 de septiembre pasado suspender los efectos juridicos y procesales del registro de marca otorgado a favor de Avidesa. Igualmente ordenó suspender el tramite administrativo que adelanta la Superintendencia de Industria y Comercio en relación con un nuevo registro de marca solicitado por Avidesa y llamó a indagatoria a cuatro funcionarios de esa Superintendencia que estuvieron relacionados con el expediente marcario y al representante legal de Avidesa, Jaime Lievano Camargo. El abogado Alexandre Vernot tambien fue citado a declarar.
La razón de esa decisión es que entre los muchos rounds de la pelea habria tambien muchas irregularidades cometidas en la Superintendencia de Industria y Comercio entre 1976 1992. Los hallazgos, según la Fiscalía, van desde anulaciones de actos administrativos 'a mano', registros de marcas con enmendaduras y retoques, expedientes desaparecidos, resoluciones y certificados sin fechas de vigencia y privilegios especiales a favor de Avidesa de Bucaramanga. Curiosamente, uno de los expedientes extraviados apareció tan pronto se llamó a indagatoria a los cuatro funcionarios.
Lo irónico de todo este pleito es que poco esta aportando al derecho marcario. Uno de los elementos esenciales de esa disciplina es la diferenciación de las marcas. Es decir que debe existir la posibilidad clara de distinguir la frente a las demás y evitar de esa manera posibles confusiones de parte de los consumidores. Lo único que podría constituir ese elemento diferenciador sería el fonema 'Mc' puesto que ni rico, ni pollo, -que son palabras corrientes- ni su combinación serían susceptibles de ser registradas como marcas. Y no hay que ser muy perspicaz para comprender que el origen del fonema 'Mc' puede estar mas bien relacionado con el nombre de una conocida cadena de venta de hamburguesas de Estados Unidos que sería la que debería estar peleando contra los dos oponentes de esta riña. Como muchas de las cosas que suceden en Colombia -y en particular en el mundo de las marcas- a este aguerrido pleito no le ha faltado su buena dosis de piratería.-