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RUEDA SUELTA

Las actuaciones de la directora del Inpec plantean serios interrogantes sobre la efectividad de su <BR>gestión.

26 de abril de 1999

El pasado 19 de marzo la directora del Instituto Nacional Penitenciario (Inpec), Eugenia
Aguilar, comunicó a sus más inmediatos colaboradores que había tomado la decisión de trasladar de cárcel al
narcotraficante Alberto Orlandez Gamboa, alias el 'Caracol'. Esa medida obedecía a que Aguilar tenía en sus
manos una serie de informaciones en las que se afirmaba que se estaba fraguando una fuga en el pabellón
de máxima seguridad de la cárcel La Modelo, en la que se incluía a este hombre, señalado por las autoridades
como el jefe del cartel de la Costa. Como era un tema altamente delicado la directora del Inpec diseñó un
plan de seguridad, en el que incluyó un vuelo charter para realizar el traslado. Fue así como dos horas
después el 'Caracol' fue sacado de La Modelo, bajo estrictas medidas de seguridad, y conducido al
aeropuerto El Dorado, donde lo esperaba un grupo de funcionarios del Inpec que tenía la orden de llevarlo a
la ciudad de Cali.Hasta ahí Aguilar estaba cumpliendo al pie de la letra las normas para el traslado de un
preso de la categoría de Orlandez Gamboa. Pero desde ese mismo momento inició una cadena de errores
y contradicciones que, hasta ahora, la directora del Inpec no ha podido explicar con satisfacción. Unos
minutos después de haber despegado el avión, el director de la Policía Nacional, general Rosso José
Serrano, se enteró de lo que en ese momento estaba ocurriendo. Sorprendido por la decisión, Serrano se
comunicó con el ministro de Justicia, Parmenio Cuéllar. El propio Ministro tampoco estaba informado del
operativo que en ese momento adelantaba su subalterna. Como nadie tenía nada en claro se ordenó la
suspensión inmediata del traslado de Orlandez Gamboa. Por esa razón, cuando la aeronave estaba a punto
de llegar al aeropuerto de Palmaseca, al piloto se le pidió que regresara a Bogotá. Las experiencias en el
pasado les habían dejado claro a los funcionarios del actual gobierno, como al propio Serrano, que el
traslado de un preso como el 'Caracol' no se podía realizar de buenas a primeras, ni mucho menos basados
en informaciones de tercera mano. Además, para estos casos, se había dispuesto que la decisión tampoco
podía depender de una sola persona sino que se requería la opinión de los otros funcionarios que hoy tienen
en sus manos la responsabilidad de los detenidos en los pabellones de máxima seguridad.No es la primera
vez que Eugenia Aguilar actúa por iniciativa propia. Más de un dolor de cabeza y de un enfrentamiento ha
habido entre la Policía y la directora del Inpec. La sistemática fuga de presos en las diferentes cárceles del
país, al igual que las comodidades que existen en los pabellones de alta seguridad, han originado polémica
en el interior de quienes tienen el manejo penitenciario. Aguilar no ha sido afortunada durante su gestión.
Recién posesionada se fugaron de la cárcel La Picota tres de los presos más peligrosos del país, entre ellos el
famoso comandante 'Bochica'. De ahí en adelante ha venido un rosario de fugas sin que ninguna de ellas
tenga hoy un responsable directo de lo ocurrido.