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SACANDO BRILLO

Con el nombramiento del ministro Alberto Casas Santamaría como vocero presidencial, Pastrana da el primer paso en la solución de los problemas de comunicación de su gobierno.

9 de noviembre de 1998

La semana pasada el gobierno nombró al ministro de Cultura, Alberto Casas Santamaría, como nuevo portavoz oficial de Palacio. Con esta decisión el Presidente mató dos pájaros de un tiro. Por un lado logró que un peso pesado en materia política y de medios como Alberto Casas no fuera subaprovechado. Esto en razón de que el Ministerio de Cultura está apenas dando sus primeros pasos en medio de una crisis fiscal sin precedentes que no le augura mayor crecimiento en el corto plazo. Casas, un hombre con una cancha enorme, no solo en el tema de la cultura sino en el de la política, está en capacidad de hacer mucho más de lo que el Ministerio demanda en una coyuntura como la actual. Limitarlo a esa labor hubiera sido un desperdicio.
Pero el Presidente no solo logró evitar esto, sino que al mismo tiempo comenzó a dar solución a uno de los problemas más grandes que ha tenido su gobierno desde que arrancó el pasado 7 de agosto: la falta de un vocero calificado con el cual los medios de comunicación puedan conocer la opinión del gobierno en temas cruciales.
El problema se le estaba saliendo de las manos al gobierno. Mientras que los opositores han sido hábiles en difundir su versión de los hechos con temas tan cruciales como la reforma política, el ajuste fiscal y el proceso de paz, el gobierno no ha tenido quien logre el mismo impacto. A partir de esta semana Alberto Casas se encargará de que esto no siga sucediendo.

¿Portavoz a lo gringo?
Sin embargo los colombianos que se imaginen a Alberto Casas parado en un podio frente a un telepronter, rodeado de periodistas y respondiendo a preguntas con un vaso de agua en la mano derecha, están equivocados. Si bien fue nombrado como portavoz oficial, la verdad es que su labor no va ser la de imitar a funcionarios como Mike McCurry, de la Casa Blanca, famoso ya por sus ruedas de prensa en defensa del presidente Clinton en el caso Lewinsky. Como dijo Casas a SEMANA "en la medida en que mi trabajo sea menos institucional, mejor. No voy a dar declaraciones a nombre del gobierno, sino que voy a tener las puertas abiertas para que los medios acudan a mí cuando se sientan desinformados". Lo anterior quiere decir que Casas será algo así como un comunicador de alto nivel que tendrá en sus manos el integrar la estrategia de comunicaciones. Como dicen los expertos en estrategia política: gobernar es un 50 por ciento administrar y un 50 por ciento comunicar. Y todo parece indicar que de ahora en adelante ese último 50 por ciento en este gobierno correrá por cuenta de Alberto Casas Santamaría.